Errores, alucinaciones, imprecisiones, información no actualizada, sesgada o no basada en la evidencia… problemas con la legalidad o la privacidad de la información aportada a los sistemas vitaminados con inteligencia artificial… ¿Qué puede hacer un profesional de la salud como tú para evitarlos? 

Realmente solo conozco una manera: formarte desde hoy mismo manteniendo el sentido crítico siempre alerta para supervisar cada una de las respuestas que ofrecen estos sistemas. No hay atajos cuando la salud de tus pacientes está en juego.  

El cambio no es negociable. Como ocurrió con la informática, internet o los móviles, la implantación de la inteligencia artificial en tu farmacia será tan gradual como inevitable. 

Hoy solo estamos empezando… ¿Y mañana? ¿Qué hará dentro de 5 o 10 años la inteligencia artificial? Vete a saber... 

El cambio no es negociable. Como ocurrió con la informática, internet o los móviles, la implantación de la inteligencia artificial en tu farmacia será tan gradual como inevitable

Probablemente nos ayude mucho menos de lo que algunos tecnogurús están diciendo, pero su impacto en la vida de pacientes y profesionales será muchísimo mayor de lo que estamos viendo ahora. Hoy hablamos de tecnologías inmaduras en manos de usuarios inexpertos. Estas tecnologías son sorprendentes, pero no hacen milagros. 

La inteligencia artificial es ciencia de datos y matemáticas muy complejas desarrolladas en sistemas con una capacidad de procesamiento de información y cálculo que está fuera de toda escala humana. 

Y por último, y como te he comentado, muéstrate con el sentido crítico atento y siempre alerta. La aparente facilidad de uso y la verosimilitud de sus respuestas hacen que cualquiera pueda cometer errores que en el ámbito de la salud pueden ser especialmente graves. 

La responsabilidad es siempre del humano que usa estas herramientas.