Europa confía en las farmacias comunitarias para potenciar las labores de salud pública

Representantes farmacéuticos de Irlanda, Portugal y Francia explicaron ayer en el marco del 21 Congreso Nacional Farmacéutico, que se está celebrando en Burgos, diversas iniciativas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad desde las farmacias.

La mesa fue moderada por la secretaria general de la Agrupación Farmacéutica Europea, Ilaria Passarani, que reivindicó que no se valore a la farmacia comunitaria solo en términos de coste, si no de eficiencia. En este sentido, recordó el papel que puede desempeñar la farmacia en la prevención de la enfermedad, evitando hasta 1,2 millones de muertes al año. Y desde esa perspectiva más amplia, cómo se debe valorar la función y la viabilidad de la farmacia.

Para dar a conocer el modelo farmacéutico de Portugal intervino Ema Paulino, representante de la Sociedad Farmacéutica Portuguesa, quien se refirió a la nueva Ley de Servicios Profesionales Sanitarios que ha entrado en vigor este mismo año y que recoge nuevas funciones para tratar de «hacer sostenibles las farmacias comunitarias, sobre todo en el ámbito rural». Paulino también anunció que, tras un proyecto piloto, pronto se extenderá a todas las farmacias portuguesas la posibilidad de dispensar medicamentos retrovirales.

Descanso entre sesionesEl modelo irlandés fue explicado por Darragh O´Loughlin, representante de la Unión Farmacéutica de Irlanda. Durante su exposición, apostó «por posicionar al farmacéutico como experto en salud y no solo en medicamentos». Para argumentar esa posición, explicó que la participación de las farmacias comunitarias en campañas de vacunación, como la de la gripe, ha conseguido que «uno de cada seis vacunados lo haya hecho por primera vez gracias a la acción del farmacéutico». También mencionó la puesta en marcha de un programa de dispensación de medicamentos complejos, por el que se renumera mensualmente a la farmacia por cada paciente.

Por último, en representación de la Orden de Farmacéuticos de Francia, intervino Stephane Pichon, quien alertó de que «en su país están cerrando farmacias rurales», atribuyendo ese hecho a «la falta de médicos rurales». Por eso, reclamó «una mayor coordinación de la farmacia con otros profesionales sanitarios». Como novedad quiso resaltar el impulso de un programa de conciliación farmacéutica para «pacientes polimedicados, cuyo objetivo es controlar y reducir en lo posible la medicación».

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