La importancia de la relación existente entre alimentos y enfermedades y la falta de asesoramiento de la población evidencia la necesidad de que los profesionales sanitarios, entre ellos el farmacéutico comunitario, divulguen sus conocimientos y avances en materia de nutrición, en un sector de la población especialmente vulnerable como son los menores de edad, con el fin de mejorar su calidad de vida y prevenir patologías.
Introducción
Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de dos tercios de las patologías que sufrimos y que causan mortalidad son enfermedades no transmisibles. Estas enfermedades de civilización acostumbran a estar directa o indirectamente relacionadas con nuestros estilos de vida, y entre ellas ocupa un lugar destacado la obesidad, una enfermedad crónica compleja y de origen.
En el artículo anterior (El Farmacéutico 2012; 474:30-38) abordamos la definición, características y efectividad de las dietas hiperproteicas (DHP) en la pérdida ponderal, especialmente en el escenario de atención farmacéutica frente a la demanda de reducción de peso en individuos sanos en los cuales una pérdida ponderal rápida podía ejercer un importante efecto de motivación extrínseca que mejorara su adherencia y cumplimiento.
La obesidad es hoy en día uno de los principales problemas de salud pública en los países de renta alta. Debido en parte a su prevalencia y a una tendencia incremental desde hace algunos años1. Más de mil millones de personas en el mundo tienen exceso de peso, y cerca de 300 millones presentan obesidad.