Pasa muy a menudo. Más de la mitad de los ciudadanos españoles no acaba su tratamiento médico. Un olvido o desistimiento que causa más de 18.400 muertes al año. En Extremadura, la realidad es muy similar.
En Extremadura se acabó el ir sólo con la receta de papel a una farmacia a por medicinas. Ni siquiera en caso de una urgencia. A partir del 1 de febrero es obligatorio tener tarjeta sanitaria y presentarla para acceder a esa dispensación de medicamentos en las apotecas extremeñas. Es uno de los puntos del concierto suscrito entre el Servicio Extremeño de Salud y los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Extremadura el pasado verano y que se activa en febrero.
La factura en medicamentos de la comunidad autónoma de Extremadura llega a los 520 millones de euros en los últimos doce meses. El apunte lo ha dado el consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles, quien lo ha desglosado por apartados.
La Consejería de Sanidad y los colegios farmacéuticos de Extremadura han suscrito un nuevo convenio para la prestación y atención a través de las oficinas de farmacia de la Comunidad.
Los colegios de farmacéuticos de Badajoz y Cáceres y la ONG Farmacéuticos Sin Fronteras han firmado un convenio de colaboración mediante el que se potenciará el papel del farmacéutico en la Comunidad Autónoma de Extremadura en el ámbito de la asistencia sanitaria a los colectivos vulnerables, generando espacios de participación en actividades relacionadas con la cooperación internacional y de acción social en España.
En la actualidad, 37 farmacias rurales precisan del apoyo económico del gobierno extremeño para continuar prestando servicio, pues según el presidente autonómico, Guillermo Fernández Vara, «pasan por una situación complicada».