Según datos de la última Encuesta Europea de Salud en España (2020), un 14,7% de las personas entrevistadas reconoce automedicarse, lo que supone un descenso de casi siete puntos respecto a la edición anterior de la encuesta (2014). Entre los medicamentos más consumidos sin receta se situarían los complejos vitamínicos (32,84%), los medicamentos para tratar el catarro y los síntomas de la gripe (26,67%), los medicamentos para el dolor (22,83%) y los laxantes (20,58%). La tendencia decreciente también se observa en el consumo de antibióticos sin receta, que experimenta un descenso de dos puntos (4,1% en 2014 frente al 2,11% de 2020).

Para favorecer una automedicación segura, el Grupo de Pacientes y Ciudadanía de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) ha elaborado una infografía en la que profundiza en el concepto de automedicación responsable y alerta de la necesidad de usar los medicamentos con precaución. En este sentido, según han afirmado Beatriz Benítez y Eva López, miembros del Grupo de Pacientes y Ciudadanía de SEFAP y autoras de la infografía, «la automedicación si se hace de una manera responsable no tendría por qué suponer un problema, ya que forma parte del autocuidado. El concepto de autocuidado de la salud es una necesidad cada vez más importante debido al envejecimiento de la población y a que los recursos son limitados».

Para las farmacéuticas de atención primaria, se puede hablar de automedicación responsable cuando se tratan problemas de salud leves, durante cortos periodos de tiempo, con medicamentos que no necesiten la prescripción de un médico, odontólogo o podólogo, y siempre que se utilicen esos fármacos tal y como se indica en su prospecto.  En todo caso, y aunque se sigan estas normas de seguridad básicas, Beatriz Benítez ha señalado que hay determinados grupos de población que deben tener «especial precaución» y consultar con el profesional sanitario antes de iniciar cualquier medicación o ingesta de complementos o suplementos alimenticios, vitaminas o productos de herboristería. Entre ellos se encontrarían los niños, las mujeres embarazadas o que crean que pueden estarlo, así como las mujeres durante el periodo de lactancia, especialmente durante el puerperio y los primeros meses de vida del lactante; y los pacientes con enfermedades crónicas.

«En las enfermedades crónicas es necesario que sea el médico el que decida cuál es el medicamento más adecuado. Además, aquellos pacientes con enfermedades crónicas que en algún momento necesiten automedicarse para tratar un problema de salud leve con alguno de los medicamentos autorizados de venta libre, deben consultar con su profesional sanitario de referencia antes de empezar a tomar el medicamento para que éste valore si es recomendable o no, ya que no todos los medicamentos son adecuados para todo el mundo», ha argumentado Beatriz Benítez.

Eva López, por su parte, ha recordado que en el caso de los antibióticos «nunca» se puede hablar de automedicación responsable ya que estos fármacos siempre necesitan receta médica: «Elegir cuándo prescribir un antibiótico y cuándo no, así como seleccionar el antibiótico más adecuado para cada caso requiere mucha formación y experiencia, por eso nunca son adecuados para la automedicación». Asimismo, ha recordado que el uso inadecuado de los antibióticos ha llevado a que existan infecciones por bacterias que antes se curaban con facilidad y que ahora no tienen tratamiento: «Cada año más de 33.000 personas en Europa mueren debido a infecciones por bacterias multirresistentes. Si no usamos los antibióticos de la forma adecuada en unos años podrían morir muchas personas por infecciones que ahora mismo son curables».

Riesgos de una automedicación no responsable

Además del desarrollo de infecciones por bacterias multirresistentes debido al mal uso de los antibióticos, desde el grupo de Pacientes y Ciudadanía de SEFAP han alertado de otros riesgos para los pacientes derivados de una automedicación no responsable:

  • Falta de efectividad de los medicamentos al no ser utilizados de la forma adecuada o utilizarse para problemas de salud para los que no estén indicados.
  • Interacciones con otros medicamentos y/o con alimentos que esté tomando el paciente, lo que podría disminuir o aumentar el efecto de alguno de los medicamentos.
  • Reacciones adversas al medicamento.
  • Intolerancia o alergia a alguno de los componentes, tanto al medicamento como a los excipientes.
  • Dependencia o adicción, como puede ocurrir con los descongestivos nasales.
  • Que si la automedicación se utiliza para tratar signos y síntomas de enfermedades graves, se pueda retrasar un diagnóstico y tratamiento correctos.   

Para evitar todos estos riesgos, Beatriz Benítez y Eva López han señalado algunos principios de la automedicación responsable, entre los que estarían adquirir siempre los medicamentos en una farmacia, leer el prospecto y consultar con el farmacéutico antes de iniciar el medicamento, respetar la dosis que se indica en el prospecto para evitar una intoxicación o sobredosificación, respetar la duración de tratamiento, dejar de tomarlos si se sospecha de algún efecto secundario y consultar con el médico si el problema para el que se toma el fármaco no se ha resuelto en 2 o 3 días o si se ha empeorado.

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