La población en las zonas rurales de Madrid comienza a contar con un servicio de cardioprotección en las farmacias

Luis González, presidente del COFM, y Luis Antonio Escudero, farmacéutico titular de la farmacia de Ribatejada
Luis González, presidente del COFM, y Luis Antonio Escudero, farmacéutico titular de la farmacia de Ribatejada

Aprovechar la proximidad de la farmacia a la población para facilitar el acceso a un desfibrilador y poder así responder a tiempo ante una emergencia sanitaria es el objetivo que se han marcado el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) y la Fundación Española del Corazón con el proyecto Farmacias cardioprotectoras, una iniciativa que cuenta con el apoyo de la Federación de Municipios de Madrid.

La directora general de Inspección y Ordenación Sanitaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Elena Mantilla García, y el asesor del consejero de Administración Local y Digitalización, Fernando Cobo, han presentado hoy el proyecto en Ribatejada, uno de los cinco municipios junto con Canencia, Ambite, Santa María de la Alameda y Las Rozas de Puerto Real, cuyas farmacias disponen ya de un desfibrilador. Se trata de localidades con menos de 1.000 habitantes, situadas a más de 30 km del hospital más cercano, y que no disponen de centro de salud, pero sí cuentan con una farmacia abierta.

Elena Mantilla ha mostrado el apoyo de la Consejería de Sanidad al proyecto y ha agradecido a los farmacéuticos implicados su colaboración al «prestar un servicio nuevo y esencial en el municipio, que supone una ayuda para que la Comunidad de Madrid sea una región cardioprotegida».

En el acto ha participado también Carmen Mª Gonzalez Escaso, alcaldesa de Ribatejada, un municipio de 707 habitantes censados, cuyo hospital más próximo (Hospital Príncipe de Asturias) dista 32 km. Esta población madrileña dispone de un consultorio que atiende un médico un par de horas dos días a la semana, además de una oficina de farmacia abierta los 365 días al año. Su titular desde hace 14 años, Luis Antonio Escudero, no dudó al unirse al proyecto: «Los farmacéuticos somos también profesionales sanitarios y, en un pueblo donde no hay entidad bancaria ni bar, la farmacia ofrece seguridad y protección a sus habitantes. Estoy preparado, hemos recibido formación en el uso del desfibrilador, pero espero no tener que utilizarlo nunca», reconoce.

Por su parte, la edil de Ribatejada ha felicitado al farmacéutico y a las organizaciones implicadas en esta iniciativa «por hacer que, una vez más, nuestra farmacia rural sea un centro sanitario de referencia para la población y por apostar y contribuir a todas las iniciativas en materia de reto demográfico y despoblación».

El presidente del COFM, Luis González Díez, ha agradecido el compromiso y la colaboración de los farmacéuticos rurales que se han sumado a este proyecto, al tiempo que ha reivindicado su papel sanitario: «Gracias a estos profesionales, muchas personas que viven en zonas rurales cuentan con una asistencia farmacéutica de primer nivel y ahora también disfrutan de algo más de tranquilidad. Queremos que este proyecto llegue a todos los pueblos y barrios donde los farmacéuticos podamos contribuir a salvar vidas y, para ello, necesitamos seguir contando con el apoyo de la Administración».

«Los farmacéuticos han mostrado un gran interés por el proyecto, porque añade valor añadido a su labor diaria como sanitarios y existe una predisposición a colaborar en todo lo que supone una mejora de la calidad de vida de los pacientes. El objetivo es crear una red de farmacias cardioprotectoras en zonas que no cuentan con suficiente apoyo sanitario, para contribuir así a reducir el número de muertes asociadas a las paradas cardiorrespiratorias», añade la vocal de Farmacias Rurales del COFM, Raquel Casado.

El doctor Ignacio Fernández Lozano, portavoz de la Fundación Española del Corazón y coordinador de la app Ariadna para geolocalizar los desfibriladores más cercanos, ha destacado: «En España se producen unas 30.000 paradas cardiacas extrahospitalarias al año con unas probabilidades de supervivencia que oscilan entre el 5 y el 10%. Estamos ante un problema de primera magnitud para la salud pública, por lo que hay que aunar esfuerzos para educar en técnicas de resucitación cardiopulmonar y contar con espacios cardioprotegidos. La farmacia es un punto ideal, hay un profesional sanitario y una luz verde, todo el mundo sabe dónde está».

Por su parte, la secretaria general adjunta de la Federación de Municipios de Madrid, Lola Martínez, ha resaltado que «esta primera acción que llevamos a cabo en la Comunidad de Madrid puede ser un buen referente para extender este servicio y demostrar el alcance sanitario que tiene una red de oficinas de farmacia que está presente en toda la geografía española y ofrece un servicio de cercanía a toda la población, especialmente en las zonas más despobladas de la llamada España vaciada».

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