Farmamundi alerta sobre la posibilidad de que el ACTA pueda frenar el comercio legal de genéricos

«El Acuerdo Comercial Anti Falsificación (ACTA, por sus siglas en inglés), que recientemente han firmado 22 estados miembros de la Unión Europea (entre ellos España) podría frenar el comercio legal de medicamentos genéricos de calidad al considerarlos falsificaciones, en virtud de la defensa de la propiedad intelectual y no de la protección de salud pública».

Con esta contundencia se expresa Farmamundi en un comunicado que ha hecho público para alertar a la población de que este acuerdo «no sólo afectará a la manera en la que se intercambian y comparten archivos e información en la Red (peer-to-peer networks), sino que en el ámbito de la salud, podría acabar por criminalizar a los medicamentos genéricos al ser considerados como falsificaciones y, como consecuencia, dificultar e incluso negar a los países empobrecidos el acceso a estos fármacos».

Según explica Farmamundi en su comunicado «este acuerdo -pendiente de ratificación por el Parlamento Europeo en junio-, considera que un producto es una "falsificación" cuando viola la propiedad intelectual y hace un uso deliberado y fraudulento de una marca, con el fin de engañar a los consumidores. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las empresas farmacéuticas multinacionales suelen tener frecuentes conflictos con las empresas de genéricos, ya que en muchas ocasiones los genéricos tienen un nombre o presentación similar al medicamento de marca, ya que con ello intentan transmitir al consumidor la bioequivalencia con dicho producto de marca».

Por ello, Farmamundi considera que «al ser considerados "falsificaciones", los medicamentos genéricos corren el riesgo real de ser perseguidos y retenidos en las aduanas, acusados de atentar directamente contra la marca en virtud de duras normas de control de ACTA».

El ACTA, explica Farmamundi, «prevé que, bajo sospecha de infracción de marca, las autoridades aduaneras podrán retener bienes que estén en tránsito (por ejemplo, por Europa), incluso si no infringen ninguna propiedad intelectual en el lugar de producción o en los países de consumo, como es el caso de genéricos de calidad legítimamente producidos en la India y que son distribuidos a países empobrecidos donde su comercio está igualmente permitido». «Bajo la apariencia de un acuerdo supuestamente encaminado a proteger al ciudadano frente a los medicamentos falsificados –añade el comunicado–, se esconde un tratado que busca reforzar la propiedad intelectual y no proteger la salud del consumidor.»

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