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Guillermo Martín Melgar: «Desde el momento en que estás en redes sociales tienes una responsabilidad, aunque solo tengas dos seguidores»

Proyecto «Farmacia y redes sociales» #FarmaciayRRSS

https://youtu.be/tO1l0CXVN2I

Hace 10 años que cuenta en Twitter (@farmaenfurecida) las anécdotas que vive en la farmacia. Desde entonces, Guillermo Martín Melgar ha visto crecer las redes sociales y su influencia: 70 000 seguidores en Twitter, 67 000 en Facebook (Farmaenfurecida), 157 000 en Instagram (@farmacia_enfurecida) y 292 000 en TikTok (farmaceutico_guille). Este farmacéutico de Salamanca reparte su tiempo entre dos mundos que le apasionan: la farmacia y las redes sociales. Durante la pandemia tuvo un arduo trabajo luchando contra los bulos y la desinformación, y lo hizo con el mismo humor que utiliza como vehículo imprescindible para difundir contenido sanitario riguroso en las redes sociales. Este es su compromiso con la audiencia: veracidad, pero siempre con humor. 

 

– ¿Cómo surge Farmacia enfurecida?

– Durante las prácticas de la carrera de Farmacia me aburría, y pensé hacer un canal de humor desde el que contar lo que es el día a día de un estudiante de Farmacia, de cómo se viven esas pequeñas idiosincrasias que tenemos los farmacéuticos, esas tonterías muy nuestras. A la gente le fue gustando mucho, y al acabar la carrera me planteé de qué podría seguir hablando. Y estaba claro, de farmacia. Empecé a contar en las redes sociales todo lo que pasaba en el mostrador de la farmacia, a transmitir la realidad del día a día del farmacéutico con un toque de humor. Funcionó, y de ahí Farmacia enfurecida.

– ¿Por qué decidió estudiar Farmacia?

– Es un campo que combina muchas disciplinas y a mí me gusta picotear un poco de cada lado. Tienes química, toxicología, anatomía… En la carrera de Farmacia acabas sabiendo un poco de todo, y luego si te gusta más un tema que otro te puedes especializar o estudiar más. 

– Además de «intentar acercar la farmacia al mundo con un toque de humor», ¿qué más objetivos quiere alcanzar a través de las redes sociales?

– Ahora tengo muchísimos proyectos, he publicado dos libros y tengo otros en camino, eventos… Para mí las redes sociales han pasado de ser un hobby a ser una forma de vida, a ser otro yo diferente. Mis objetivos ahora mismo son seguir creciendo tanto a nivel profesional como en las redes sociales.

Para mí las redes sociales han pasado de ser un hobby a ser una forma de vida

 

– ¿Y lo puede compaginar bien con la farmacia? ¿Cómo lo hace?

– Es complicado. Estar en los dos sitios a la vez es muy difícil, he tenido que reducir el horario en la farmacia para dedicarlo a las redes sociales porque realmente es un trabajo más y te quita mucho tiempo al día.

– ¿Ha conseguido llegar a todo tipo de público a través del humor?

– Sí, creo que llego a todas las franjas de edad. En redes sociales hay gente más joven, pero pasan mis vídeos por whatsapp a su madre para que vean lo que digo. Aunque en las redes sociales hay bloques de público muy segmentados, creo que he conseguido llegar a todas las edades.

– En la reunión del proyecto «Farmacia y redes sociales» organizada por El Farmacéutico afirmó que «Si queremos dignificar la profesión y que se nos tome de referencia, hay que plantearse llegar a toda la población». ¿Qué más hace falta para que el mensaje cale?

– La gente ve las redes sociales como un negocio, una oportunidad, un nicho, y realmente son plataformas de entretenimiento. Este entretenimiento puede ser emocional o de humor. Y el humor es la forma que tienes de viralizarte y de llegar a más gente. En la farmacia es un poco delicado crear mensajes muy emotivos, mientras que el humor gusta a todo el mundo, no conozco a nadie que diga «No, es que no me gusta reírme». El humor, la broma, constituye un vehículo de transmisión de contenido muy bueno.

14 EF 610 TENDENCIAS entrevista Guillermo Martin

– Uno de los aspectos que lo caracteriza en redes sociales es la lucha contra los bulos y la desinformación, pero ¿empieza a ser una tarea titánica?

– Ahora los bulos relacionados con la pandemia han quedado relegados a un segundo lugar, pero ha sido un trabajo muy, muy duro. Cada día era uno nuevo, cada día una tontería nueva, miles de personas repitiendo la misma tontería y encima creyendo que saben más que tú… Durante la pandemia esta labor en redes sociales me ha quemado muchísimo. Supone luchar con gente que repite cosas de temas de ciencias, de farmacia, de salud, que no entiende, y además este tipo de gente resulta agresiva, violenta, e insulta. La verdad es que ha sido muy cansado.

– ¿Considera que tiene una responsabilidad que cumplir?

– Desde el momento en que estás en redes sociales tienes una responsabilidad, aunque solo tengas dos seguidores. Cuando ya tienes 200 000 seguidores en TikTok, como es mi caso, la responsabilidad es enorme, por lo que siempre tienes que dar una información veraz al cien por cien y transmitir tranquilidad cuando sea necesario. No es un compromiso que firmo en un contrato; es un compromiso ético con mi comunidad, y no puedo subir tonterías ni decir chorradas. Soy un profesional, he llegado aquí gracias a ser farmacéutico y cada cosa que haga mal me cae mal a mí y cae mal a la profesión, por lo que hay que tener mucho cuidado.

– Durante este tiempo, ¿han ido aumentando los bulos?

– Al principio de la pandemia los bulos eran más «sencillos»; luego se han ido especializando, buscando intríngulis. El problema es que un bulo se tarda en desmontar 10 minutos, pero se forma solo en uno, y la gente se lo cree a millares, y a pesar de toda la información que das para rebatirlo, mucha gente prefiere creer el bulo. Esto es lo que se llama ley de Brandolini.

– ¿Se ha puesto algún límite?

– Hace mucho que me dije que a la gente que insulta, que amenaza o que trata mal a otro no le contesto. Esa gente, aunque no tenga razón, no va a admitirlo, no va a rectificar ni va a aprender. Sé reconocer causas perdidas cuando las veo.

– Está en Twitter, Instagram, Facebook y TikTok. ¿En qué red social se inició?

– Empecé en Twitter porque lo que me gusta es escribir. Luego salió Instagram y entré, y después vino TikTok y ahí estoy, aunque odio grabarme en vídeo. Me he ido adaptando poco a poco a las distintas plataformas, pero empecé en Twitter y soy twittero.

– ¿Es necesario adaptar el contenido a cada plataforma?

– Claro. En Twitter hay que ser más profesional y no dejar lugar a ningún tipo de ambigüedad, hay que ser muy puntual, muy concreto. En TikTok esto da igual porque la gente consume el contenido muy rápido y no se para a comprobar lo que has dicho, lo consume y se va.

– Ya ha publicado dos libros, Esta farmacia es una cruz y Esta farmacia necesita receta, ilustrados por Maribel Carod, que cuentan los entresijos de la farmacia a través de los ojos de Remedios y Antonia. ¿Tanto material genera el día a día tras el mostrador?

– Lo bueno de la farmacia es que en lo que tardo en escribir un libro, ya tengo anécdotas para el siguiente, por lo que esto es un no acabar. En el año que tardas en publicar siguen pasando cosas, y en estos últimos, ¡sí que han pasado cosas!

– ¿Y por qué escribir un cómic?

– No hay una respuesta épica para este tema porque realmente la editorial contactó conmigo. Me dijo que quería hacer un cómic, y como soy muy fan desde pequeño de los cómics, leía mucho a Mortadelo y demás, simplemente pensé que era el momento de hacerlo.

– ¿Le piden más historias de Remedios y Antonia?

– Sí, me están pidiendo adelantos, pero no puedo dar más datos. La verdad es que son dos personajes muy entrañables, uno más que otro, pero caen muy bien los dos. La gente ya no se encariña conmigo, me he desvinculado de los personajes, y ahora Antonia y Remedios ya saben lo que tienen que hacer.

– ¿Qué es lo que más le gusta de ser Farmacia enfurecida?

– El trabajo de Farmacia enfurecida supone relacionarte con otros compañeros, intercambiar anécdotas… Esta relación con la gente y saber la opinión de otros farmacéuticos es algo muy positivo. Y además sentirse un poco «querido» y que la gente te vea como un referente en redes es muy gratificante para mí.

– Como farmacéutico, ¿qué es lo que destacaría de su profesión?

– Realmente lo más esencial es estar al lado del paciente, la farmacia siempre está ahí. Y en las redes sociales pasa lo mismo: cuando los farmacéuticos hemos empezado a estar muy activos en las redes, la gente ha visto que tiene al lado profesionales jóvenes que rompemos un poco el estereotipo y que los podemos ayudar en mil cosas de salud.

– ¿La profesión farmacéutica está preparada para las redes sociales?

– Vamos mejorando mucho y estoy muy contento con ello, pero todavía nos queda mucho camino que recorrer. Ahora está saliendo mucha gente, sobre todo jóvenes influencers de farmacia, de dermocosmética, que están haciendo un papel terriblemente bueno. Estamos mejorando mucho y estamos posicionándonos muy bien, y espero que siga así los próximos años.

Hay muchos jóvenes influencers de farmacia que están haciendo un papel terriblemente bueno en las redes sociales. Estamos mejorando mucho y estamos posicionándonos muy bien

 

– ¿Cuál sería la red social más apropiada para un farmacéutico?

– Depende un poco de a quién quieras llegar. TikTok viraliza más el contenido y llegas a más gente, Instagram te permite crear una comunidad más cerrada de gente a la que le gusta tu contenido. Las redes sociales son herramientas: si quiero poner un tornillo no puedo utilizar un martillo, tengo que usar un destornillador. Con las redes sociales pasa lo mismo; depende de lo que quieras, usas una u otra. Para crear un nicho de gente conocida, que te siga, fiel, mejor Instagram; si quieres llegar a millones de personas, utilizas TikTok.

– Está especializado en fitoterapia, tiene un máster en atención farmacéutica y otro en dietética y nutrición, es experto en genética médica y genómica, MBA en marketing farmacéutico, máster en formulación y dermocosmética…, no ha parado de formarse. ¿Para un farmacéutico comunitario es importante la actualización y formación continua?

– Es imprescindible, porque el mundo de la farmacia va rapidísimo, cambia de un día para otro. Hay que ir actualizándose poco a poco en todos los temas, cada día, y de vez en cuando toca hacer un intensivo, un máster, un curso de actualización. La farmacología avanza muchísimo, ya hemos visto lo que ha pasado con las vacunas, estamos en continuo cambio, y el farmacéutico tiene que estar preparado para que cuando alguien vaya a la farmacia y le pregunte por un tema, saberlo. Por ejemplo, si te preguntan «¿Qué opinas de las vacunas de ARN mensajero?», puedas decir «Ya tengo una opinión porque me he estado formando».

La farmacología avanza muchísimo y el farmacéutico tiene que estar preparado para saber de cualquier tema que le pregunten

 

– También le preguntan muchos estudiantes de farmacia por la carrera y la profesión. ¿Qué consejos les daría?

– Lo primero que tengo que decirles es que dejen de mandarme sus deberes, porque hay muchos que me mandan sus trabajos… A ver, cuando era estudiante me las apañaba solo y no andaba preguntando a influencers. Pero el mayor consejo que se le puede dar a un estudiante es paciencia, siempre paciencia. Igual te frustras si no sale bien ese examen, esa asignatura, te cabreas, pero paciencia, siempre paciencia, con los pacientes y con las asignaturas. Es una carrera difícil, no tienes por qué forzar la maquinaria ni ser el mejor, ni conseguir todo a la primera. Es una carrera de fondo, quema mucho, pero siempre paciencia y para adelante.

El mayor consejo que se le puede dar a un estudiante de Farmacia es paciencia, siempre paciencia

 

– ¿Cómo se ve dentro de unos años?

– Espero estar igual y compaginar la labor fuera y dentro de la farmacia. Ahora trabajo en una farmacia como un farmacéutico más y luego por la tarde me dedico a las redes sociales. Y espero seguir así toda mi vida porque son dos mundos que me gustan mucho y que he conseguido unir.

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