Hay un dicho italiano que reza lo siguiente: «O si cambia, o tutto si ripete» y cuya traducción, por obvia, no es necesario poner aquí. Pues bien, se ha acabado 2020, el año maldito, el año de las mascarillas y la ausencia de abrazos, de las polémicas estériles, de los golpes en el pecho, de los aplausos y los reproches. El año del que decían que íbamos a salir mejores (tierna inocencia). El año que cambiaría nuestra forma de ser y actuar (¿en serio?). Y llegamos, por fin, al año de la ansiada vacuna y, ojalá, de la lenta vuelta a una cierta normalidad (nueva o vieja, da igual).
El 24 de enero Extremadura aprobará sus presupuestos para este 2020. Serán 6.006 millones de euros, de los cuales 1.745 irán a Sanidad. Es la partida más cuantiosa, y dentro de ella habrá unos 100.000 euros cuyo destino son las 33 farmacias de la región que se encuentran en una situación de viabilidad económica comprometida (VEC).
No es ninguna novedad la precaria situación en la que se encuentra la farmacia rural a día de hoy y la cantidad de mensajes negativos que continuamente leemos sobre su viabilidad. Desde SEFAR llevamos años alertando sobre su continuo deterioro y la ausencia de medidas que palíen esta situación. Y sí: es cierto que, con los datos en la mano, el futuro de estas pequeñas farmacias no es nada halagüeño, pero no quiero que este artículo de opinión verse sobre las penalidades de la botica rural sino sobre las posibles soluciones.
La plataforma WikiFarmacia y la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR) han firmado un acuerdo de colaboración para proveer de contenidos audiovisuales formativos e informativos a los profesionales de las farmacias rurales españolas.
Los presidentes del grupo Cofares, Eduardo Pastor, y de la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar), Jaime Espolita, han firmado un convenio de colaboración que incluye diferentes y variados aspectos con el objetivo de «estrechar lazos de cooperación en iniciativas e intereses comunes sobre aspectos relacionados con el ámbito farmacéutico, en el ejercicio de sus respectivas actividades». Tanto Eduardo Pastor como Jaime Espolita han destacado, tras la firma del acuerdo, «el trascendente apoyo que supone para la farmacia rural y la cooperación recíproca en actividades de interés común, además de buscar nuevas vías de salida a estas oficinas de farmacia».