En los últimos meses hemos detectado en nuestra firma que en la Agencia Tributaria continúa la tendencia de control sobre las oficinas de farmacia españolas. La verdad es que no es únicamente sobre este sector empresarial, sino que las autoridades fiscales han decidido exprimir al máximo la fiscalización a las pymes en general, buscando la imposición de sanciones mediante las cuales puedan alimentar las pobres arcas del estado.
Atravesamos un ciclo económico difícil y complejo, de cambios, tanto económicos como financieros, en sentido inverso al periodo de crecimiento de estos últimos años. El titular de la oficina de farmacia sufre de primera mano las inclemencias en su cuenta de resultados y en su fiscalidad, sumadas a las dificultades de ventas ante un mercado mermado de liquidez.