• Home

  • Formación e investigación

  • Salud

  • Efecto del cambio del estilo de vida en diabéticos obesos / Asociación entre fracciones del colesterol y riesgo cardiovascular en pacientes tratados con estatinas

Efecto del cambio del estilo de vida en diabéticos obesos / Asociación entre fracciones del colesterol y riesgo cardiovascular en pacientes tratados con estatinas

Efecto del cambio del estilo de vida en diabéticos obesos

Rejeski W, Ip E, Bertoni A, Bray G, Evans G, Gregg E, et al. Lifestyle change and mobility in obese adults with type 2 diabetes. N Engl J Med. 2012; 366: 1.209-1.217

La pérdida de peso y una mejor forma física reducen el empeoramiento de la movilidad en los adultos con diabetes tipo 2. La intervención sobre el estilo de vida se reduce simplemente a una restricción en la ingesta calórica, junto con el aumento de la actividad física. Sin embargo, ello conduce a importantes beneficios.

La diabetes tipo 2 es una enfermedad cuya prevalencia aumenta cada vez más en el mundo actual; sus complicaciones, que no son simples ni inocuas, constituyen el mayor problema de esta patología, pues la morbimortalidad asociada representa una carga sociosanitaria de grandes dimensiones en cualquier sociedad.

En ocasiones, el paciente diabético presenta, entre otras cosas, una reducción de su movilidad, la cual aumenta progresivamente con la edad. Por ello, un grupo de investigadores americanos se plantearon si una intervención intensiva sobre el estilo de vida del diabético podía reducir el peso y mejorar entonces la forma física de este, lo que le permitiría reducir el deterioro en su movilidad.

Para analizar dicha hipótesis, llevaron a cabo una intervención en pacientes diabéticos, de los cuales una quinta parte presentaba una reducción muy importante de su movilidad. Al cabo del tiempo, el grupo en el que se llevó a cabo dicha intervención presentó una reducción del 50% del riesgo de pérdida de movilidad, en comparación con el grupo de control. Ello se consiguió, como era de suponer, mediante una reducción del peso de los pacientes, mejorando así su forma física.

Este estudio no hace más que evidenciar una cosa que es obvia: la obesidad es un factor de riesgo para la incidencia de diabetes. La obesidad, por un cambio negativo del estilo de vida, es un problema en constante aumento, y conlleva un incremento progresivo de la incidencia de diabetes. La enfermedad se asocia a un aumento adicional del peso corporal y a una permanencia en malos hábitos de estilo de vida. Por tanto, es preciso romper este círculo vicioso, y el farmacéutico, que está en contacto permanente con estos pacientes, tiene una responsabilidad muy importante en la reeducación y modificación del estilo de vida de aquellos que acuden a su farmacia. Con ello ayudaría a aumentar la movilidad de estas personas, lo que produciría simultáneamente una mejora en el control glucémico. El tema no es baladí. Los resultados pueden ser muy buenos y, aunque conlleve un gran trabajo extra, merece la pena.

 

Asociación entre fracciones del colesterol y riesgo cardiovascular en pacientes tratados con estatinas

Boekholdt S, Arsenault B, Mora S, Pedersen T, LaRosa J, Nestel P, et al. Association of LDL cholesterol, non-HDL cholesterol, and apolipoprotein B levels with risk of cardiovascular events among patients treated with statins: a meta-analysis. JAMA. 2012; 307:1.302-1.309

Entre los pacientes tratados con estatinas, los niveles de colesterol LDL, no colesterol HDL y apolipoproteína B se asociaron a un riesgo de episodios cardiovasculares futuros, siendo mayor esta asociación para la fracción no colesterol HDL que para la de colesterol LDL o apolipoproteína B.

Parece que la asociación entre colesterol LDL (c-LDL), no colesterol HDL (c-HDL, correspondiente al colesterol total menos la fracción colesterol HDL) y apolipoproteína B (apoB) con el nivel de riesgo cardiovascular en individuos tratados con estatinas no se ha estudiado debidamente. Por este motivo, un grupo de investigadores holandeses evaluaron la potencia relativa de dichas fracciones con el riesgo de presentar episodios cardiovasculares en un futuro.

Para ello, llevaron a cabo un metaanálisis a partir de los ocho ensayos clínicos aleatorizados y controlados en el que se administraban estatinas y se medían simultáneamente los niveles de las fracciones de colesterol y de apoB, tanto al inicio como al cabo de 1 año de tratamiento.

Los datos, correspondientes a más de 38.000 pacientes, mostraron un valor superior de la hazard ratio (HR) asociado a la fracción no c-HDL (HR 1,16) que con la de c-LDL (HR 1,13) o la de apoB (HR 1,14), siendo estas dos últimas estadísticamente sin diferencias significativas.

Estos resultados son importantes, pues cuestionan si la fracción de c-LDL, habitualmente utilizada para controlar el manejo de la dislipidemia, es realmente el mejor parámetro para predecir el riesgo cardiovascular o para medir el efecto protector frente al ateroma de las estatinas. No parece oportuno cambiar los parámetros umbrales actuales, estimados siempre con c-LDL, pero la facilidad de su medición, que no requiere ningún test adicional, podría alertar sobre los individuos que no consiguen bajar de 100 mg/dL de c-LDL ni del correspondiente nivel de no c-HDL, con el fin de evaluar si requieren o no un tratamiento más intensivo.

Destacados

Lo más leído