Si la población española con obesidad perdiera entre el 5-10% de su peso, se lograría un ahorro de unos 25 mil millones de euros en 2030

"El Valor Social de un mejor control de la obesidad en España", primer informe que cuantifica el impacto económico y social de las complicaciones asociadas al sobrepeso y obesidad en España.

 El mejor control de la obesidad generaría ahorros y mejoras sustanciales en calidad de vida
El mejor control de la obesidad generaría ahorros y mejoras sustanciales en calidad de vida

"El Valor Social de un mejor control de la obesidad en España" es el título del informe elaborado por expertos en economía de la salud y profesionales sanitarios y pacientes, y que ha proyectado el impacto económico y social del exceso de peso en nuestro país. Realizado para la empresa médica Lilly por la Fundación Weber, el análisis calcula el gasto de 18 de las complicaciones clínicas asociadas al exceso de peso más comunes y los cambios en su frecuencia que se producirían en función de las diferentes pérdidas de peso porcentuales; esto es, el coste de la inacción frente a la obesidad.

Representantes institucionales y expertos en Endocrinología, Atención Primaria y Farmacia defienden un abordaje multidisciplinar e integral para mejorar el bienestar de las personas afectadas.Teresa Millán, directora de Asuntos Corporativos en Lilly España, ha señalado que “estamos en un momento histórico para abordar con eficacia uno de los grandes desafíos para la salud como es la obesidad. Este informe realizado por la Fundación Weber analiza el impacto económico de la inacción frente a esta enfermedad y puede ayudar a que las autoridades sanitarias tomen decisiones en beneficio de la salud de los ciudadanos y también de la sostenibilidad del sistema sanitario”.

Así, el informe concluye que el gasto actual en nuestro país, solo de la obesidad, ya alcanza los 130 mil millones de euros. Por otra parte, ha proyectado el beneficio que tendría la pérdida de peso: un ahorro (valor social), en el año 2025, de 20 mil millones de euros con reducciones moderadas (del 5-10%) o de 68 mil millones con las pérdidas de peso más elevadas estudiadas (del 20-25%). Si se extrapolara la prevalencia actual de obesidad a las proyecciones poblacionales previstas para el año 2030, este ahorro se situaría entre 25 mil millones (pérdidas de peso del 5-10%) y 84 mil millones de euros (del 20-25%).

A estas cifras se añaden las derivadas de las mejoras en la calidad de vida e intangibles, que conllevarían un importe superior a los 7.353 millones de euros en 2025, considerando solo la franja de pérdida de peso inferior. Esta cuantía se asocia con una mayor participación en las distintas actividades contempladas que a día de hoy las personas con obesidad manifiestan no realizar como consecuencia del exceso de peso.

La obesidad se asocia frecuentemente a más de 200 complicaciones clínicas que impactan de manera directa en la calidad de vida de los pacientes y en el propio sistema sanitario. Para simplificar el estudio, este trabajo ha analizado el impacto socioeconómico de solo 18 de las complicaciones clínicas más comunes de las que además hay sólida evidencia científica, agrupadas por sistemas, y sus múltiples niveles de gravedad.

Sistemas utilizados para agrupar las complicaciones

  • Cardiovascular: ictus, síndrome coronario agudo (SCA) e insuficiencia cardíaca (IC). Este grupo de enfermedades produciría un ahorro en costes directos e indirectos asociados a la reducción de peso desde 8.707 millones de euros con la franja de pérdida de peso inferior (5-10%) o hasta 32 mil millones de euros con las reducciones más elevadas (20-25%) en este año 2025.
  • Metabólico: prediabetes, diabetes mellitus tipo 2 (DM2), hipertensión arterial (HTA), dislipidemia, gota, síndrome del ovario poliquístico (SOP) y el hígado graso asociado con la disfunción metabólica (MAFLD). La pérdida de peso generaría un ahorro de 5.064 millones a 10.114 millones de euros (con pérdidas de peso del 5-10% y del 20-25%, respectivamente), para el año 2025.
  • Otros sistemas: depresión y ansiedad, enfermedad renal crónica (ERC), apnea obstructiva del sueño (AOS), asma, albuminuria, reflujo gastroesofágico y osteoartritis. Este conjunto de complicaciones supondría un ahorro desde 6.607 millones de euros hasta 25.958 millones de euros (con pérdidas de peso del 5-10% y del 20-25%, respectivamente), para este año.

Durante el encuentro, Álvaro Hidalgo, presidente de la Fundación Weber, apuntó que “la atención sanitaria, la mayoría de las veces no es un gasto, es una inversión”, y que "la carga económica de la obesidad es de gran magnitud y, en gran medida, permanece oculta, ya que está conformada, además de por el incremento sostenido de los costes sanitarios directos, por la pérdida de capital humano y la reducción de la productividad laboral, que superan con creces el gasto destinado a la atención médica. Y es que “ la gente, cuando adelgaza, consume menos recursos sanitarios (impacto directo), además, pierde menos días de trabajo,  (impacto indirecto) y  gana calidad de vida y autoestima, (impacto intangible)”. Ante esta situación, el Dr. Diego Bellido, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), hizo alusión a que “la tendencia creciente en la prevalencia del exceso de peso en España pone de manifiesto la urgencia de diseñar e implementar estrategias preventivas y terapéuticas integrales, fundamentadas en la evidencia, que sitúen el control de la obesidad como una prioridad sanitaria y social".

Acabar con el estigma

Federico Luis Moya, presidente de la Asociación Nacional de Personas con Obesidad (ANPO), insistió en que es fundamental acabar con el estigma de la obesidad, que está presente en todos los niveles. En este sentido ha recordado “el impacto tan elevado que genera la obesidad en la calidad de vida de los pacientes. Es una enfermedad crónica y compleja, que causa problemas de movilidad en 3 de cada 4 personas afectadas y problemas psicológicos derivados de la obesidad en casi la totalidad de los pacientes (96%)”.

Ana Segura, Secretaria General de la Junta Directiva Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), destacó la importancia de la Atención Primaria en hacer un diagnóstico precoz e iniciar un manejo integral con los especialistas hospitalarios, de ahí la necesidad de una comunicación ágil. Asimismo, afirmó que "necesitamos un equipo multidisciplinar en los centros que puedan tratar con los pacientes, familias y entornos sociales de estos pacientes. Esto es fundamental y solo lo podemos hacer desde la Atención Primaria ya que somos los que vamos al domicilio de nuestros pacientes y vemos las características que tienen y  el entorno familiar y social". 

Las principales conclusiones del estudio enfatizan la necesidad de un abordaje integral que considere la obesidad como un desafío complejo económico y sanitario. La inversión en estrategias de control efectivas de la obesidad es, por tanto, una inversión en la salud y el bienestar futuro de la sociedad española. En este sentido, José Luis Trillo, jefe de Servicio de Prestación Farmacéutica de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana, recalcó la complejidad abordada en el estudio. Como comentó, uno de los elementos que más incertidumbre generan es saber cuánto se va a mantener en el tiempo la reducción de peso. Controlar la obesidad genera un beneficio clínico, y desde las Administraciones se están realizando propuestas de intervención a nivel macro, para seguir potenciando la reducción de peso, que se mantenga en el tiempo y tenga un efecto en el conjunto de comorbilidades.

Metodología

Este trabajo, desarrollado a partir de un modelo económico con 3 horizontes temporales hasta 2030 (2025, 2028 y 2030), se basó en una revisión de la literatura científica y la validación de datos por un comité multidisciplinar de expertos, incluyendo clínicos, gestores sanitarios y representantes de pacientes.

Se realizó una distribución de la población española por sobrepeso y los grados de obesidad con base en los datos de las Encuesta de Salud de España (ESdE) 2023, que reflejan que el 39,8% de la población adulta presenta sobrepeso y el 15,2% tiene obesidad. A partir de ahí, con los datos de la OCDE y del Instituto Nacional de Estadística (INE), se realizaron las proyecciones poblaciones para 2025, 2028 y 2030.

Después se distribuyeron las complicaciones clínicas por grados de obesidad y se estimaron las mejoras clínicas de una reducción de peso del 5-10%, del 10-15%, del 15-20% y del 20-25%. Igualmente se estimaron las mejoras en calidad de vida de los diferentes porcentajes de pérdida de peso. Por último, la metodología para monetizar los efectos de los diferentes rangos de reducción de peso consistió en utilizar los desplazamientos de índice de masa corporal, los cambios de utilidades en calidad de vida y los gastos de bolsillo asociados a la obesidad.  

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