Erasmus+

No soy yo muy dado a contarles mentiras, pero en nuestro último encuentro lo hice. Por lo visto el famoso y flamante Erasmus for all se ha quedado en el camino. Se supone que el acuerdo se alcanzó en junio (mea culpa, que no estaba informado), aunque en muchos foros, entre ellos la propia página de la Comisión Europea, aún figura el nombre antiguo.

Erasmus+
Erasmus+

Parece ser que entre otras peleas estaba precisamente esa, la del nombre: los unos querían Erasmus for all y los otros Yes Europa. Al final ni pa' tí ni pa' mí y el nuevo Erasmus, el que vale hasta se supone 2021, va a ser el Erasmus+. Se mantiene aquello que sí les conté de unificar los programas de intercambio europeos, que ahora serán todos Erasmus+. Los nuevos convenios están pues por llegar, porque se supone también que el nuevo programa rompe las fronteras europeas y viaja por todo el mundo. En el caso que nos ocupa, el de la farmacia, es pronto para hablar de las tuteladas en Estados Unidos o estancias de laboratorio en Australia, porque si difícil es ponerse de acuerdo con las que se nos parecen, no les digo ya con los que tienen otros sistemas. En cualquier caso, la primera buena noticia y a la espera de que la Comisión explique el reparto entre los estados miembros, es el aumento del presupuesto; va a crecer el 30% respecto a años pasados, si bien es cierto que desde Europa el incremento del dinerete que daban a esta causa siempre ha ido subiendo. Si se compara el número de alumnos con lo que pone Bruselas sobre la mesa (figura), podemos ver que corrigió la tacañería de los primeros años, en los mejores años de bonanza europea. El curso 2007/2008 fue el mejor para irse, pues es cuando el presupuesto aportado fue mayor (dicho sea de paso, el año que me fui yo), y a partir del petardazo de las subprime ya se racaneó más; el pan nuestro de cada día.
El nuevo programa contempla un aumento en la aportación europea que ha sido bien acogido, aunque existe mucha disconformidad con lo que va a poner España, que en 2011 invirtió 66 millones y en 2014 va a bajar hasta los 181. Después de este grupo de disconformes estamos los que pensamos que el 1,2% que pone Europa para el Erasmus es poco, así que imagínense lo que pienso de lo que pone España.
La mejora en la aportación pretende subsanar otro error monumental que se produjo con las becas Erasmus y que nos afecta principalmente a nosotros, el tema de las desigualdades. Si ya explicamos hace tiempo que existían diferencias importantes en la cantidad de dinero que recibían los estudiantes españoles según la universidad de la que procediesen, pueden imaginarse que claramente no estamos equiparados con otros países europeos. España ha optado por mandar a más alumnos a costa de dar a cada uno menos dinero; los ciento y pico euros de cada españolito frente a los seiscientos y mucho de cada letón, por citar un ejemplo (esto es la base, cada comunidad añade o no su parte). El drama ha alcanzado el punto de mandar a gente sin beca, lo cual es un sinsentido absoluto y beneficia solo a los que pueden pagarse un Erasmus. Erasmus+ va a fijar un mínimo en la aportación, así que hay que entender que el número de alumnos que España envía va a disminuir, lo que puede que reduzca también el número de plazas en nuestras facultades. Otro punto económico importante, y que también produjo bastante debate, es la aparición como parte del programa de una línea de préstamos para estudiar másteres en el extranjero. Esto va a permitir, en palabras de la chipriota Androulla Vassiliou, comisaria europea de Educación, Cultura, Multiligüísmo y Juventud, la mandamás del asunto ahora mismo, crear un mecanismo que garantice a los alumnos hacer un máster en el extranjero; explica la creación de esta línea por la demanda de los empleadores. Se encuadra esta medida en la lucha contra el desempleo juvenil, que es un término que seguro que les suena y que cuando acaben la carrera será más utilizado que el estudias o trabajas de antes. Se supone que estos créditos se aportarán a 330.000 estudiantes a lo largo de los seis años. Por supuesto las condiciones serían siempre beneficiosas para el alumno con bajos intereses y a devolver una vez se encuentre trabajo. Me ahorro mi opinión acerca del concepto bajos intereses. En cualquier caso, la controversia entorno a este tema ha sido enorme: las asociaciones de estudiantes piensan que es no es lo que ellos entiende por invertir en educación. Por último, se empiezan a tener en cuenta factores que antes no importaban, como los deportistas o el aprendizaje no formal. Vamos, que han tenido que pasar veintiséis años para que en los papeles ponga que el Erasmus es algo más que una beca de estudios.

1En la página web http://www.oapee.es/dctm/weboapee/servicios/publicaciones/publicaciones-erasmus/bajadatos-y-cifrasok-2.pdf?documentId=0901e72b81579623 pueden ver más cifras sobre lo que pone cada cual. Lo que menciono yo está en la página 100 de ese documento.

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