Control glucémico y diabetes

Shurraw S, Hemmelgarn B, Ling M, Majumdar S, Klarenbach S, Manns B, et al. Association between glycemic control and adverse outcomes in people with diabetes mellitus and chronic kidney disease. Arch Intern Med. 2011; 171(21): 1.920-1.927.

Un mal control de la glucemia (HbA1c >9%) en pacientes diabéticos con insuficiencia renal crónica ofrece un mayor riesgo de muerte y progresión de la enfermedad renal. Ahora bien, si dicho parámetro es inferior al 6,5%, también se observa un aumento de la mortalidad.

La hemoglobina glucosilada o glicada (HbA1c) es un parámetro muy utilizado en la actualidad para el control de los pacientes diabéticos. Su valor ofrece una estimación de la glucemia media de los últimos meses, a la vez que presenta una correlación con los valores clásicos de glucemia plasmática (por ejemplo, si la HbA1c es del 7%, la glucemia plasmática es de 154 mg/dL u 8,6 mmol/L). Además, es un buen predictor de las complicaciones diabéticas. Todo ello hace que se recomiende realizar dicho análisis trimestralmente en pacientes que hayan alcanzado el objetivo glucémico y lo mantengan de forma estable.

En el paciente diabético que presenta ya insuficiencia renal crónica (estimado por un valor de filtración glomerular inferior a 60 mL/min/1,73 m2), cuando se obtiene un buen control glucémico se reduce el riesgo de progresión de su nefropatía. Con este argumento, investigadores canadienses evaluaron la idea contraria: si se reduce más el nivel de HbA1c, ¿se mejorarían los resultados clínicos en estos pacientes?

El estudio se llevó a cabo en más de 23.000 diabéticos con insuficiencia renal crónica, y se evaluaron diferentes tipos de respuestas: muerte, progresión de la enfermedad renal, incidencia de episodios cardiovasculares y hospitalización. Los pacientes fueron seguidos a lo largo de 46 meses, al cabo de los cuales se observó que aquellos que presentaron un mayor nivel de HbA1c obtuvieron peores resultados clínicos. Pero lo sorprendente fue que se observó una curva en U, es decir, además de mayor mortalidad en los que tenían una HbA1c >9%, se detectó también un incremento de la mortalidad en los que presentaban un valor de HbA1c <6,5%. Un dato curioso e importante fue que el exceso de riesgo renal fue mayor en los que presentaban mejor función renal inicial.

La trascendencia de estas investigaciones es relevante para la farmacia comunitaria. Es muy importante controlar de forma adecuada los niveles de glucemia en el diabético. Ello se consigue mediante la educación y vigilancia continua del paciente, a fin de que se mantenga como buen cumplidor tanto de los tratamientos farmacológicos como especialmente de los no farmacológicos. La estrecha colaboración del farmacéutico con el equipo de profesionales sanitarios que tratan al diabético es esencial para mantenerle en los niveles adecuados de glucemia y evitar tanto los incrementos como los descensos.

 

sehablade468Alimentación y riesgo cardiovascular

Gutiérrez J, Gómez J, Gómez A, Rubio M, Cancelas P, Jurado C. DRECE 1990-2010. Med Clin Monogr (Barc). 2011; 12: 1-39.

Los cambios producidos, en los últimos años, en la sociedad española no han supuesto modificaciones relevantes en la alimentación de los españoles. El estudio se efectuó sobre una gran muestra de una media de edad de 40 años, que aún mantiene los hábitos de la dieta mediterránea.

Sin embargo, estos hábitos saludables en la alimentación aparecen menos arraigados en la población adolescente. Si, como puede preverse, las nuevas generaciones se alejan de la saludable dieta mediterránea, la salud cardiovascular

de la sociedad española no gozará de las ventajas que

hoy día posee respecto de las sociedades de otros países.

La patología cardiovascular supone la primera causa de mortalidad en los países desarrollados. Un condicionante de riesgo cardiovascular lo constituye la dieta. Un estudio realizado en 1970 mostró menor mortalidad cardiovascular en los países mediterráneos, así como la relación directa entre grasas saturadas, colesterol y coronariopatía. Dicho hallazgo puso de manifiesto la importancia de la dieta en la prevención cardiovascular primaria.

En España, se inició hace 20 años el proyecto DRECE (Dieta y Riesgo de Enfermedades Cardiovasculares en España), que analizó a una cohorte de individuos a los que revisó parcialmente al cabo de 5 y 12 años. En 2008, se llevó a cabo un nuevo seguimiento para investigar su dieta, hábitos saludables y calidad de vida. Los resultados, recientemente publicados, han mostrado una ingesta calórica diaria de 2.500-2.600 kcal, con un 42% de hidratos de carbono, un 17% de proteínas y un 40% de grasas, de las cuales, el 17-18% saturadas.

En el detalle de los resultados se observa que casi el 60% consume más de tres raciones diarias de fruta y verdura, y este porcentaje es mayor aún a medida que aumenta la edad. Por otra parte, estamos todavía lejos de alcanzar las recomendaciones dietéticas aconsejadas, aunque este distanciamiento no ha variado mucho en los últimos 20 años: seguimos con un consumo ligeramente bajo de hidratos de carbono, mientras que nos situamos algo por encima en el consumo de proteínas y grasas (aunque, afortunadamente, la grasa principal sigue siendo el aceite de oliva).

Con respecto a la grasa ingerida, parece que aumentamos el consumo de lácteos desnatados y reducimos el de grasas procedentes de carnes rojas, cambiándolo, además de por carne de ave y carnes magras, por un mayor consumo de pescado. No obstante, ha aumentado el consumo de bollería industrial, así como el de mantequilla y margarinas. Finalmente, el consumo de hortalizas y legumbres se ha reducido ligeramente, pero ha aumentado el de frutos secos.

La farmacia comunitaria es un lugar ideal para fomentar la educación de una dieta saludable. Conocida como es la relación entre dieta y morbimortalidad cardiovascular, se hace imprescindible que dicha educación pase a formar parte de una rutina habitual del farmacéutico. En nuestro país, disponemos de productos que conforman una dieta que repercute muy favorablemente en la salud de la población. Divulguémosla de forma constante, especialmente entre las nuevas generaciones, para inducirles a una modificación saludable de sus hábitos dietéticos.

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