Papel de los complementos infantiles en el desarrollo de los bebés y niños

Durante los 1.000 primeros días, los bebés experimentan un proceso de rápido crecimiento y desarrollo en el que deben cubrir necesidades nutricionales específicas, y donde una alimentación adecuada juega un papel clave. Por ejemplo, la necesidad de un aporte de vitamina D durante todo el primer año de vida, o situaciones habituales en esta edad como episodios de diarrea o estreñimiento, o sencillamente necesidades nutricionales debidas a la inmadurez de sus sistemas digestivo e inmunitario.

Papel de los complementos infantiles en el desarrollo de los bebés y niños
Papel de los complementos infantiles en el desarrollo de los bebés y niños

¿Qué son los complementos infantiles?
El organismo de los bebés desde el nacimiento y hasta los 3 años de edad aproximadamente es sensible, ya que reacciona fácilmente a alteraciones de la dieta derivándose por ejemplo en insuficiencias vitamínicas o estreñimiento.

Los suplementos infantiles complementan la nutrición de los bebés y niños y son muy útiles para ayudar a combatir o prevenir algunas de las reacciones más comunes de los bebés a su nutrición, además de ayudarlos en el desarrollo del sistema inmunitario y digestivo.

¿Sabías que…?

Diarrea y tratamientos antibióticos
Alrededor de un 62% de los bebés que son tratados con antibióticos experimentan episodios de diarrea.

Durante los primeros años de vida, el sistema inmune del bebé todavía es inmaduro y, por lo tanto, necesita protección adicional.

¿Cuál es el rol de la flora intestinal y por qué es importante?
La composición de la flora intestinal es de gran complejidad, pero también tiene una importancia clave para nuestro bienestar por las diferentes funciones que realiza. Es también muy importante el establecimiento de una óptima flora intestinal después del nacimiento y el mantenimiento de su equilibrio.

¿Por qué un tratamiento antibiótico puede provocar diarreas?
El uso de antibióticos causa desequilibrios en la flora intestinal, con un crecimiento de bacterias potencialmente patógenas y microorganismos tóxicos. Un efecto común adverso al tratamiento antibiótico es la reducción de la flora intestinal normalmente presente en el intestino y el desarrollo de diarrea.

Los complementos infantiles con L. rhamnosus y HMOs (oligosacáridos presentes en la leche materna) pueden ayudar a reestablecer la cantidad de bacterias beneficiosas en el intestino del bebé.

Estreñimiento
El estreñimiento es un problema común en los bebés y niños, siendo uno de los motivos principales para acudir al profesional de la salud.

Puede producirse debido al sistema digestivo inmaduro del bebé, a una colonización intestinal alterada o a cambios en la dieta, como puede ser la introducción de la alimentación complementaria.

¿Qué es el estreñimiento?
El estreñimiento es un desorden gastrointestinal leve caracterizado por movimientos intestinales reducidos, una defecación dolorosa o heces grandes y duras que requieren un esfuerzo excesivo por parte del bebé.

¿Que causa el estreñimiento en bebés y niños?
En aproximadamente el 95% de los casos, el estreñimiento en lactantes es ‘funcional’, es decir, no hay ninguna causa estructural para ello. Las principales causas de este estreñimiento pueden ser su sistema digestivo aún inmaduro, la colonización de la flora intestinal alterada o los cambios en su dieta, periodo de entrenamiento para dejar el pañal, etc.

¿Cómo actúan las fibras en el intestino?
La fibra soluble absorbe agua a su paso por el intestino, lo que favorece que se formen heces más blandas y voluminosas que favorecen los movimientos intestinales y un adecuado tránsito intestinal.

Los complementos con FOS (fructo-oligosacáridos) y GOS (galacto-oligosacáridos) pueden ayudar a tratar el estreñimiento de tu bebé, haciendo las heces más blandas y que ocurran con más frecuencia.

Desarrollo del cerebro y la vista
El DHA es un ácido graso presente en la leche materna, por lo tanto, una ingesta adecuada de DHA es muy importante durante todo el periodo de desarrollo del bebé.

Los niveles de DHA presentes en la leche materna depende de la alimentación de la madre.

Algunos alimentos ricos en DHA son el pescado o el marisco, que siempre deben darse con mucho cuidado a los bebés en etapas tempranas y bajo la recomendación del pediatra para evitar casos de intolerancias o alergias.

El crecimiento y desarrollo del cerebro en los bebés es extremadamente rápido durante los 2 primeros años de vida, al igual que la visión, que mejora muy rápidamente durante este periodo:

  • Al nacer, el cerebro del bebé representa el 25% del peso del cerebro adulto
  • A la edad de 2 años, el cerebro del bebé representa el 80% de su tamaño total
  • Los bebés nacen con poca visión y la agudeza visual se desarrolla a lo largo del tiempo
  • La visión mejora en gran medida, pero no se termina de desarrollar hasta los 2 años de edad

La ingesta de DHA a partir de la dieta puede no ser suficiente en algunos bebés o niños, por ello se recomienda consultar al profesional de la salud para determinar las necesidades del bebé en cada caso.

Los complementos infantiles con DHA pueden ayudar a alcanzar las necesidades diarias recomendadas en bebés y niños.

Desarrollo de los huesos y sistema inmunitario
El organismo sintetiza vitamina D de manera natural gracias a la exposición solar. Sin embargo, hay que limitar el tiempo de esta exposición en bebés, para evitar problemas relacionados con la piel.

La vitamina D se encuentra de manera natural en algunos alimentos y ayuda al organismo en la absorción del calcio de los alimentos.

La vitamina D contribuye al mantenimiento normal de los huesos y a la función normal del sistema inmunitario.

Existen pocas fuentes dietéticas naturales de vitamina D, por ejemplo, aceite de hígado de pescado, pescados grasos y la yema de huevo, alimentos que siempre deben darse con mucho cuidado a los bebés en etapas tempranas y bajo la recomendación del pediatra para evitar casos de intolerancias o alergias.

La deficiencia en vitamina D es común incluso en los países cálidos y en aquellos en los que existe una fortificación de vitamina D en alimentos.

Los principales factores de riesgo más conocidos son:

  • Bebés con lactancia materna exclusiva.
  • Bebés prematuros.
  • Bebés con piel oscura.
  • Todos los bebés y niños que tienen una exposición solar limitada por el uso del protector solar.

Algunos problemas asociados a la deficiencia de vitamina D pueden ser el impacto negativo en la salud de los huesos, asma, infecciones respiratorias, gripe, etc.

Además, la leche materna es naturalmente pobre en vitamina D, por lo que los bebés alimentados con leche materna necesitan un aporte complementario, tal como recomienda la Asociación Española de Pediatría.

Tu profesional de la salud es quien mejor te puede aconsejar sobre el uso de cualquier complemento infantil conociendo la situación específica de tu bebé en cada momento y edad.

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