Las farmacias valencianas echan el cierre

Acuciadas por una deuda de más de 450 millones de euros las oficinas de farmacia de la Comunitat Valenciana han dicho basta y han iniciado este lunes un cierre patronal que se plantea como indefinido en tanto en cuanto la deuda no se satisfaga por completo.

La Administración valenciana, que padece graves problemas de liquidez, tan solo abonó, vía Fondo de Liquidez Autonómica, 114 millones de euros, la cantidad correspondiente a una mensualidad. Del abono del resto no se sabe nada. Y, mientras tanto, en unos días vence el pago de una nueva mensualidad, que se podría acumular a la deuda ya contraída.

Así las cosas, el sector ha apostado por echar las persianas y mantener cerradas 2 de cada 3 oficinas, en turnos rotatorios, a la espera de una solución definitiva. El seguimiento de esta huelga patronal ha sido altísimo, de un 98%, según se ha informado desde el Colegio de Farmacéuticos de Valencia (COFV). En el Colegio de Alicante han elevado la cifra al 99% y en Castellón, fuentes colegiales han asegurado que solo 3 de las farmacias no han secundado la medida. Este porcentaje refleja la unanimidad de la medida, pues ya se arrastran muchos meses de incumplimientos de pago y la situación de las farmacias es acuciante.

Dentro de las movilizaciones previstas, alrededor de 200 farmacéuticos de la provincia de Castellón se han concentrado este lunes para protestar por los impagos del Consell frente a la Dirección Territorial de la Conselleria de Sanidad, donde han presentado una carta para denunciar la situación del sector farmacéutico y explicar lo que está suponiendo la deuda tanto para las farmacias como para los usuarios.


IMG_9329De hecho, la presidenta del COFV, María Teresa Guardiola, declaró ayer que si no se corrige la situación puede que cerca de 500 boticas «estén en proceso de embargo» a lo largo de noviembre. Guardiola reclamó a la Administración que se habilite un mecanismo especial para las farmacias «como si fuéramos un banco, porque lo que hemos estado haciendo año y medio ha sido financiar los medicamentos de los valencianos». «No nos consideramos de cuarto orden, sino de primero, y por eso debemos ser primeros, como la banca», ha insistido.

Por su parte, la Generalitat Valenciana ha destacado el cumplimiento de los servicios mínimos durante la huelga, la ausencia de incidencias, y ha querido asegurar a los ciudadanos que el acceso a los medicamentos está «garantizado» y que no habrá desabastecimiento. La Conselleria de Sanitat ha habilitado un número especial, el 900 10 10 81, para resolver cualquier duda relacionada con el cierre patronal y ha recalcado que, en el caso «puntual» de que el ciudadano finalmente no encontrara su medicamento, «los centros sanitarios están preparados para resolver los problemas que pudieran surgir». Sobre el pago de la deuda, nada se ha aclarado, tan solo que la Generalitat ha hecho un gran esfuerzo para abonar «todo lo que ha podido» a los farmacéuticos.

En paralelo al anuncio de esta medida de presión por parte del sector, el portavoz del Consell, José Císcar, anunció el pasado viernes la preparación de un nuevo modelo voluntario de financiación a las farmacias con el fin de garantizarles liquidez. El sistema consistiría en abonar «un pronto pago», una cantidad fija mensual por tramos en función de la facturación, eso sí, a las oficinas que voluntariamente se adhirieran. El resto de la factura se liquidaría periódicamente. Desde el COFV se ha tachado la medida como «infantil y poco responsable» por pretender cambiar un sistema que funciona y se le ha instado a pagar lo que se debe.

La perentoria salud económica de la Administración pública valenciana no augura que el problema de la deuda se salde en un breve plazo de tiempo, por lo que el cierre de las farmacias valencianas puede prolongarse bastante en el tiempo.

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