La estadística sigue manteniendo que, prácticamente, uno de cada dos pacientes en patologías crónicas no es adherente al tratamiento impuesto por su profesional sanitario. Esta falta de adherencia repercute en un peor control de la enfermedad, incrementando sus complicaciones, y una disminución de la calidad y esperanza de vida de los pacientes. Además, deriva en un aumento de las consultas, hospitalizaciones, pruebas complementarias, etc. incrementado notablemente los costes sanitarios. Todo ello fue abordado el pasado 15 de noviembre durante la X Jornada Científica de Adherencia, organizada por el Grupo OAT.

Durante el acto inaugural José Luis Casteig, presidente & CEO de Grupo OAT, destacó «la importancia de la implicación de las comunidades autónomas para favorecer y vehiculizar programas, con la colaboración público-privada, para la mejora de la adherencia con todos los profesionales sanitarios, asociaciones de pacientes e industria farmacéutica» y se refirió al «importante papel que también debe jugar la industria farmacéutica, más allá de la investigación que realiza, para mejorar la adherencia en sus tratamientos y sus áreas terapéuticas».

En el mismo acto inaugural, José Enrique Villares, director técnico de Procesos Asistenciales de la Gerencia Asistencial de AP del Servicio Madrileño de Salud, manifestó que «una de las querencias que se suelen tener cuando se habla de adherencia es enfocarla exclusivamente al aspecto meramente farmacológico, ya que debe ser mucho más amplio, y lo que tenemos que contemplar es el plan terapéutico. Este plan terapéutico no solo debe conformar la prescripción farmacológica, sino también incorporar la prescripción de activos en salud: estilo de vida, ejercicio, la dieta, la actitud… y contemplar el compromiso existente por parte del profesional sanitario y el ciudadano de conocer la enfermedad, saber en qué estamos trabajando y qué es lo que estamos abordando, estableciéndose una simbiosis y compromiso entre ambos para cumplir ese plan terapéutico». Villares mencionó también «la implicación que deben tener los trabajadores sociales en la adherencia terapéutica, ya que creemos que un elemento clave a la hora de abordar la adherencia es la valoración del riesgo social de las personas».

A lo largo de la jornada hubo mesas sobre «Investigación en adherencia» e «Innovaciones para la mejora de la adherencia», con el objetivo de dar visibilidad a los proyectos que se están realizando en diferentes áreas para la mejora de la adherencia terapéutica de los pacientes, así como un debate multidisciplinar en torno a la importancia de incorporar el ejercicio como hábito de vida saludable.

Al igual que en ediciones anteriores, con el objetivo de divulgar experiencias de éxito respecto a acciones o programas orientados a la mejora de la adherencia, se presentaron los detalles del proyecto «ADHEFAP: Ensayo clínico para evaluar una intervención telefónica educacional-conductual por el Farmacéutico de Atención Primaria en la mejora de la Adherencia Terapéutica», galardonado como Premio Extraordinario al Mejor Proyecto del Año en Adherencia en la V Edición de los Premios OAT Adherencia. Para ello se contó con Ana Díez y Blanca Basagoiti, farmacéuticas de AP de la Dirección Asistencial Noroeste del Servicio de Farmacia de la Gerencia Asistencial de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid y especialistas en farmacia hospitalaria.

 

Investigación en adherencia

Durante el tiempo dedicado a la investigación en adherencia, José María Castellano, vocal del Comité Científico del Grupo OAT, director científico Fundación Investigación HM Hospitales y coordinador Investigaciones Clínicas CNIC, presentó la ponencia «Prevención de eventos cardiovasculares tras un ataque al corazón» en la que habló del desarrollo y estudio de la polipíldora cardiovascular como un «dispositivo para la optimización de la adherencia y un gran éxito de la colaboración público-privada», pudiendo demostrar, a través de estos estudios realizados «que la polipíldora es una muy buena herramienta para mejorar la adherencia terapéutica al simplificar el régimen terapéutico». Uno de los datos más contundentes que Castellano transmitió fue el hecho de que «un paciente que se tome la medicación tras un infarto, únicamente cinco días a la semana, tiene un 19% más de riesgo de volver a tener un evento frente al que lo toma siete días a la semana, por lo que hay que ser obsesivos a la hora de que el paciente se tome el 100% de la medicación». «Por tanto, en general para cualquier patología, si el paciente no es totalmente adherente nos iremos a un fracaso clínico», puntualizó.

 

Innovaciones para la mejora de la adherencia

En el espacio dirigido a innovaciones para la mejora de la adherencia participaron Yolanda Gilaberte, jefe del Servicio de Dermatología del HU Miguel Servet de Zaragoza, Jens Muñoz, public affairs manager, Shared Value & Sustainability Business Partner de Chiesi España, y Pilar de Lucas, vocal del Comité Científico del Grupo OAT, neumóloga y ex-presidenta de SEPAR.

Gilaberte, en su ponencia «Asistentes virtuales en dermatología: realidad y futuro», presentó un proyecto para la mejora de la adherencia y la calidad de vida de pacientes con psoriasis vehiculizado a través de un chatbot. La idea del programa surgió durante la pandemia de la COVID-19 y se pensó que «implementar la telemonitorización en dispositivos de mensajería móvil que conocen los pacientes podía ser un sistema sencillo para que estos se pudieran poner en contacto o que se sintieran unidos a su profesional sanitario de forma permanente y, de esta forma, podría ser igualmente beneficioso para su enfermedad y el control de su tratamiento». Gilaberte explicó que con la utilización del chatbot durante al menos tres meses, a través de los cuestionarios del sistema, «se vio que los pacientes reflejaron una disminución en los efectos secundarios reportados, un aumento en la conveniencia de utilizar el tratamiento y de la satisfacción con el mismo, así como otro aumento en la adherencia medida a través del test de Morisky y, en general, una mejora en la calidad de vida».

Por su parte, Muñoz, con la ponencia «Sostenibilidad y adherencia» puso sobre la mesa una relación novedosa de la adherencia con un nuevo factor, como es el de la sostenibilidad medioambiental. Se sabe que la baja adherencia repercute negativamente en la salud y calidad de vida de los pacientes y en el aumento de los costes sanitarios, pero Muñoz añadió «el impacto negativo en el medio ambiente debido a la huella de carbono que generan los efectos secundarios que conocemos de la baja adherencia». De esta forma, facilitó las claves, desde su punto de vista, para mejorar la adherencia y acompañamiento del paciente en su patología a la vez que se reduce el impacto medioambiental, asegurando que «poniendo en el centro al paciente, habría que hacer una optimización de su tratamiento, selección del dispositivo adecuado de administración para cada paciente, realizar una educación al paciente, fomentar la adherencia e innovar en nuevas tecnologías desde la industria farmacéutica».

Por último, De Lucas expuso, en su ponencia «Enfermedad de la vía aérea, adherencia y control», «el valor de los pequeños detalles que también son innovación e influyen en la adherencia en los pacientes como, por ejemplo, la buena conservación del fármaco en blíster y no tanto en un bote».

 

Estilo de vida y adherencia efectiva

Una importante novedad de esta edición fue la incorporación de una mesa-debate que, bajo el título «Evidencias de un estilo de vida físicamente activo: retos para una adherencia efectiva», incluyó la ponencia «La importancia del ejercicio como estilo de vida saludable», presentada por Crys Dyaz, CEO de Crys Dyaz & Co, ex deportista de élite, fisioterapeuta y entrenadora personal, y una mesa-debate multidisciplinar que ofreció la visión de diferentes expertos sobre la importancia de esa vida físicamente activa.

Dyaz habló de «los retos para una adherencia efectiva, ya que no solo es que la OMS dice que hay que moverse, sino que hay que saber cómo moverse, cómo motivar a la gente y qué hacer para que ese estilo de vida sea sostenible». De cara a establecer un plan trabajo activo para los pacientes, para Dyaz es «fundamental la comunicación profesional-paciente, la participación de este en la definición de sus propios objetivos, que se integre a la persona que queremos adherir al deporte para estimularse, motivarse, etc. y que vea que tiene cierta capacidad de decisión. Del mismo modo, que el paciente pueda tener referencias de mejora de su estado físico para ver una evolución positiva le ayudará a mantener el interés y la motivación».

Ya en la mesa de debate, se unieron a Dyaz, Cristina López, psicóloga y logopeda especializada en gestión del estrés, inteligencia emocional y mindfulness en Gabinete Bonamind; José Antonio Serra, jefe del Servicio de Geriatría del HGU Gregorio Marañón, profesor titular de Medicina en la Facultad de Medicina de la UCM y CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable en Instituto de Salud Carlos III de Madrid, y Tamara Iturriaga, doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, especialista en actividad física para la salud y miembro activo del grupo de investigación Ejercicio, Salud y BIomarcaDores Aplicados (ESBIDA) de la UEM.

Durante el debate, cada uno de los expertos aportó su punto de vista profesional. Dyaz comentó que «independientemente del motivo por el que alguien empiece a hacer deporte, el profesional ha de ayudar al paciente a mantener esa motivación», mientras que López habló desde el punto de vista emocional y explicó que «la producción de serotonina cuando haces deporte es fundamental, pues se trata de un neurotransmisor muy relacionado con la depresión, siendo interesantísimo para la gestión de las emociones». «Pero, además, hay otros beneficios a nivel de regulación del sueño, a nivel cognitivo y a nivel energético», añadió Dyaz.

Ante la pregunta de qué beneficios se pueden conseguir con el ejercicio físico en edades avanzadas y/o qué problemas se pueden retrasar manteniendo un estilo de vida activo, Serra respondió que «todos, ya que el ejercicio no solo vale para tratar, sino también para prevenir los factores de riesgo cardiovascular». «Los tratamientos son más eficaces –prosiguió– porque el primer pilar del tratamiento son los hábitos de vida, la dieta y la actividad física; el principal factor que influye en la mala calidad de vida de las personas mayores es la dependencia y la discapacidad, y la gente que es físicamente activa tiene mucha mayor capacidad de mantenerse físicamente independiente hasta el momento más cercano de la muerte».

Para finalizar, Iturriaga comentó que «la cantidad de ejercicio que hay que hacer es un poco más de lo que haces ahora, aun no llegando a los mínimos que establece la OMS. Hay que empezar por objetivos cortos, pero lo importante es hacer un poco más».

Adherencia clausura
Francisco Javier Martínez

 

En la clausura, Francisco Javier Martínez, director general de Coordinación Socio-Sanitaria del Servicio Madrileño de Salud, destacó que «la adherencia al tratamiento y la adherencia al ejercicio físico son inherentes a un envejecimiento saludable y, previo a perseguir una correcta adherencia terapéutica, desde los sistemas sanitarios tenemos que convertir la práctica habitual de la revisión del tratamiento en algo  imprescindible, es decir, muchos de los problemas derivados de los errores de la medicación vienen como consecuencia de una falta de revisión de la misma». Martínez finalizó diciendo que «es necesaria la toma de decisiones compartidas con los pacientes e involucrar a estos en la prescripción de los fármacos para tener una buena adherencia».

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