Desde febrero, unas treinta pequeñas farmacias ubicadas en zonas rurales comenzarán a recibir ayudas económicas para evitar que echen el cierre. El motivo de que hayan tenido que recurrir a estas subvenciones es la continua bajada del precio de los fármacos y la progresiva implantación de los medicamentos genéricos. El Servicio Extremeño de Salud (SES) calcula que 20 farmacias de la provincia de Cáceres y 10 de Badajoz necesitarán este tipo de apoyo, que les garantizará al menos unos ingresos de 850 euros mensuales. Las ayudas que recibirán cada una de ellas llegarán a los 300 euros. El presidente del Colegio Extremeño de Farmacéuticos, Cecilio Venegas, explica que «hay establecimientos en pequeños pueblos de 200, 300 o 400 habitantes que van a cobrar este dinero para complementar esos 850 euros y así poder seguir prestando su servicio público».

 

Mantener empleos y negocios

Además de esa prestación de servicio en 30 poblaciones, las farmacias subvencionadas desde febrero permitirán conservar puestos de trabajo y se eludirá lo que está sucediendo en otras comunidades. Cecilio Venegas comenta que «en otras regiones algunas farmacias se quieren traspasar pero acaban cerrándose, ya que nadie quiere hacerse cargo de ellas, por lo que los consumidores son los que más pierden».

En 2011, el sector farmacéutico habría facturado en España un 13% menos que en el ejercicio anterior. Aproximadamente, unas 2.500 familias vivirían de esta actividad en Extremadura.

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