Comienza en Extremadura la incorporación del farmacéutico comunitario en los servicios sociales de proximidad

Alconchel es un pueblo de la provincia de Badajoz, con apenas 1.750 habitantes, que se encuentra al suroeste, pegado a la frontera portuguesa y a unos 45 kilómetros de la ciudad pacense. Sin embargo, este municipio rayano es especial porque está siendo pionero en la comunidad extremeña en la incorporación del farmacéutico comunitario en los servicios sociales de proximidad pensando en las personas dependientes o en riesgo de exclusión.

Este farmacéutico se encarga de la prescripción de medicamentos a 18 domicilios de Alconchel donde viven personas que necesitan ayuda. El alcalde, Óscar Díaz Hernández, espera que en los próximos meses se pueda ampliar el número de beneficiarios. Esta prestación ha sido diseñada por los técnicos especializados del ayuntamiento, en coordinación con la farmacia y el médico que desempeña su labor en dicha población. Éstos han de conocer el historial del paciente y realizarles un seguimiento farmacoterapeútico.

Eficacia probada
El alcalde de Alconchel, Óscar Díaz, enumera los objetivos del farmacéutico comunitario en su municipio. Aspira a «introducir ese profesional en los Servicios Sociales de Proximidad». Queda demostrada que la actuación de este farmacéutico es útil para mejorar los procesos de uso y la efectividad en los tratamientos de los usuarios. Y se evalúa «la necesidad de los sistemas personalizados de dosificación (SPD) que permitirán un ahorro muy significativo en el gasto farmacéutico de nuestra comunidad».

Para ser beneficiario de este servicio, los solicitantes deben estar empadronados en Alconchel, tener más de 65 años o una discapacidad igual o superior al 65%; vivir sólos o con personas en circunstancias similares, tener dificultades para el control de las tomas de medicamentos y carecer de familiares que se las puedan preparar. Una experiencia que están estudiando en otras localidades de la región.

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