Cartera de servicios: su viabilidad pasa por los pacientes

Con las Administraciones sin liquidez y el fin del 'todo gratis', los farmacéuticos consideran que la implantación de nuevos servicios en las farmacias sólo será posible con financiación privada.

Hace ya tiempo que los actos profesionales en una oficina de farmacia han dejado de centrarse exclusivamente en el medicamento para que sea el paciente el eje de la asistencia. En mayor o menor medida, toda farmacia ofrece otra serie de servicios profesionales paralelos a la dispensación de valor sanitario para sus pacientes. El seguimiento farmacoterapéutico, los servicios personalizados de dosificación, las pruebas rápidas del VIH o los programas de prevención y cribado del cáncer de colon, son ejemplos de servicios adicionales ya presentes en estos establecimientos.

El futuro pasa por la expansión, protocolización y remuneración de estas y otras actuaciones en una cartera de servicios reconocida por Administraciones y pacientes. En la mesa debate «Nuevas oportunidades para la Farmacia: Cartera de servicios, presente y futuro», organizada por Teva y Antares Consulting en Madrid, diversos representantes del sector pusieron sobre la mesa sus propuestas.

Hasta la fecha, ha sido el compromiso de los farmacéuticos con la salud de los pacientes lo que ha propiciado la presencia de estos servicios en sus establecimientos. Unas acciones realizadas, excepto excepciones aisladas en algunas comunidades autónomas, sin contraprestación económica alguna. Ahora, la negativa situación económica que viven las oficinas de farmacia, con una reducción drástica y constante de márgenes por la vía de los RDL (29 normas de afectación directa en los últimos 15 años) propicia que el fin del «todo gratis» también se aplique al futuro de esta cartera. No para sustituir, pero sí para paliar en parte las pérdidas.

Las intervenciones en esta mesa de representantes colegiales como Jesús Aguilar, presidente del COF de Burgos y del Consejo de COF de Castilla y León; Andreu Suriol, presidente del COF de Tarragona; Alberto García Romero, presidente del COF de Madrid, y Ana Aliaga, secretaria técnica del Consejo General de COF, llevaron implícito un mensaje común: los farmacéuticos desean ofrecer nuevos servicios de valor sanitario a sus pacientes, pero en la coyuntura actual sólo la remuneración garantiza su viabilidad. «Aunque queremos, los actuales momentos impiden que las farmacias puedan prestar servicios de forma gratuita», reafirmó Suriol.

Siempre que la remuneración de servicios ha salido a la palestra, los focos se han dirigido hacia las Administraciones sanitarias. Los números rojos de los presupuestos destinados a Sanidad–con impagos de recetas incluidos– hacen dar actualmente por perdida esta vía. «En estos tiempos, la Administración no nos va a pagar por estos servicios. Debemos ser realistas», indicó Jesús Aguilar con el asentimiento del resto de la mesa. Un escenario sin posibilidad de cambio tras el próximo 20 de noviembre: «Gane quien gane las elecciones, nadie va a pagar esa cartera de servicios», añadió, sabedor de la situación, el también parlamentario de las Cortes de Castilla y León.

Con el descarte 'obligado' de la Administración, un nuevo actor sale a escena: el paciente. Todos los representantes colegiales presentes en este evento estuvieron de acuerdo en que el futuro de la cartera de servicios pasa por la financiación privada. «Si queremos una cartera de servicios, ésta deberá ser pagada por los usuarios», expuso Alberto García Romero. No obstante, el presidente madrileño recordó el inconveniente añadido que implica la falta de costumbre del paciente a este tipo de pagos.

El reto inmediato sería, por tanto, la concienciación ciudadana: «El paciente tiene que darse cuenta de que es necesario y ventajoso para su salud la existencia y pago de nuevos servicios en las farmacias», recordó Rafael Borrás, director del área de Bioindustrias y Farmacia de Antares Consulting, también presente en esta mesa. Y Ana Aliaga completó: «Administraciones y pacientes deben asumir que el pago por estos servicios es una inversión en salud». La secretaria general del CGCOF sacó a colación los resultados de la prueba piloto del Programa ConSigue (Seguimiento Farmacoterapéutico en pacientes polimedicados), coordinado por el Consejo General, los cuales han deparado ahorros de 300 euros al sistema sanitario por cada paciente incluido en él.

Otros interrogantes

No es sólo la remuneración la única vía sobre la que trabajar en el futuro de la cartera de servicios. Hay más interrogantes abiertos. ¿Son las farmacias las que deben adaptarse a una cartera de servicios común? ¿O conviene trabajar en diferentes carteras de servicios adaptadas a las necesidades de cada tipo de población y las posibilidades de cada establecimiento? ¿Quién debe asumir la formación y acreditación de los profesionales para su prestación? Estas y otras cuestiones también se pusieron sobre la mesa en la jornada celebrada en Madrid.

Las únicas experiencias existentes son iniciativas de ámbito autonómico. En algunos casos, ya bastante consolidadas. Cataluña abrió el camino en 2010, cuando Consellería de Sanitat y COF pactaron su cartera de servicios, un documento en el que se distingue entre servicios «básicos» y servicios «acreditados», los cuales deben consensuarse entre ambas partes y pueden ser retribuidos. «Lo difícil no es poner en marcha una cartera de servicios en una farmacia, sino ponerla en marcha para toda una comunidad autónoma», avisó Suriol, una de las personas que, en su condición de presidente del COF de Tarragona, trabajó en ese documento.

Los compañeros de Suriol en la mesa se mostraron partidarios de que toda cartera de servicios se oriente a las necesidades o demandas de la población, y no al revés. «Pero sí se pueden fijar unos mínimos en lo que sería esa cartera de servicios común», según Aguilar. Respecto a quien debe asumir la acreditación de los profesionales, tampoco hubo dudas: «Son los colegios farmacéuticos quienes están capacitados y deben liderar la formación para la prestación de estos servicios», afirmó Aliaga.

Una solución intermedia: el catálogo de servicios

Hasta la llegada de esa reclamada cartera de servicios, siguen surgiendo nuevas iniciativas. Es el caso de Madrid, donde García Romero avanzó que ya se trabaja con la Consejería de Sanidad en un concepto intermedio: el catálogo de servicios. En él figurarían una serie de servicios reconocidos y acreditados por la Administración que pueden ser demandados a título individual por los pacientes y en los que las farmacias (con unos costes orientativos también fijados) pueden cobrar por su realización. «La diferencia es que en este catálogo no se obliga a la Administración a pagar estos servicios, sino que se permite que los pacientes puedan demandarlos y nosotros cobrar por ellos». La atención a residencias, el seguimiento de factores de riesgo cardiovascular o el consejo nutricional serían algunos de ellos. «No es la panacea, pero sí el inicio del camino», dijo el presidente madrileño. Quizá Madrid busque encontrar, en el término medio, la virtud.

Una web como vigía de su desarrollo

En el marco de esta jornada se presentó el Observatorio de la Cartera de Servicios desde la Oficina de Farmacia (www.observatoriocarteraservicios.org), una nueva web promovida por Teva, con la colaboración de Antares, que nace con el objetivo de dar a conocer los servicios que actualmente se ofrecen en las oficinas de farmacia nacionales e impulsar su desarrollo en nuestro país.

En esta web se recogerá –a través de prácticas fichas– toda la información sobre programas, servicios en fase piloto u otras iniciativas en el campo asistencial, tanto a nivel nacional como internacional. El profesional podrá también conocer cómo avanza la cartera de servicios en cada comunidad autónoma, acceder a las opiniones de los expertos y recibir las últimas novedades en este campo a través de newsletters.

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