Una experiencia inglesa

Mi nombre es Mar Arranz. Soy farmacéutica y acabé la carrera en 1999 en la Universidad de Salamanca. Después de una beca en investigación y algunas experiencias en farmacias españolas, en 2002 quise probar la oficina de farmacia en el Reino Unido. La primera dificultad fue el idioma, porque aunque mi familia había insistido para que fuera a academias desde los 6 años y se me daba bien, lo único que tenía eran todos los errores de mis profesores.

Al principio trabajé como auxiliar hasta que me colegié, lo cual fue casi misión imposible. Creo que la experiencia fue muy beneficiosa, ya que durante ese tiempo pasé por todos los roles de la farmacia, lo cual me ayudó a entender las dificultades de cada puesto y a ser mejor farmacéutica después.
Después de casi un año viviendo en UK me compré mi primer traje y empecé a trabajar como farmacéutica. Al principio todo era nuevo y tenía la sensación de que todo el mundo sabía más que yo y me indignaba. Después de todo lo que había trabajado durante la carrera y mis buenas notas, no quería que pensaran que me habían dado el título en una tómbola, así que me puse manos a la obra e hice todos los cursos que estaban a mi alcance, me leí todos los libros que me ofrecieron y, poco a poco, me empecé a sentir más segura.
Empecé a entender entonces las diferencias entre estudiar Farmacia en España y estudiar en el Reino Unido. En España se nos enseña de una manera muy teórica y muy general, lo que nos prepara para adaptarnos a cualquier trabajo en el futuro, pero a la vez no nos sentimos preparados para ningún rol recién salidos.
En el Reino Unido la formación es más práctica y tienes contacto con los clientes desde el primer año, por lo que al final, si eligen oficina de farmacia, están muy preparados para el trabajo.
Yo nunca quise trabajar en hospital, me gusta mucho más el ambiente de la oficina de farmacia, pero conocí a mucha gente trabajando en oficina de farmacia que se cambiaron a hospital y están encantados. En el Reino Unido no existe el funcionariado, y por lo tanto tampoco las oposiciones. La gente opta a los puestos a través de entrevistas de trabajo normales, y eso es para todo los trabajos, tanto en industria como en hospital u oficina de farmacia.
Lo mismo que no existen los funcionarios, tampoco centros de salud públicos. Los centros de salud son todos privados, aunque tienen un contrato con el Estado y es éste el que paga por las consultas; aquí la sanidad es completamente gratis para la mayoría de las personas. Esta es una diferencia que nos afecta muchísimo a los farmacéuticos y que hace nuestro trabajo más fácil.
Siempre que trabajé en España noté que había una falta de comunicación entre el médico y el farmacéutico; en el mundo rural esta carencia se nota menos, pero aun así la sensación es que no nos tratamos de igual a igual. En el Reino Unido al tener un contrato similar, con objetivos similares tanto los farmacéuticos como los médicos, o nos ayudamos y colaboramos los unos con los otros o no hay manera de alcanzar los objetivos, y esta relación de igual a igual repercute en una mejor atención al paciente.
Hay millones de diferencias entre España y el Reino Unido, más en el próximo artículo.

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