«Había semillas terribles en el planeta del Principito... Eran las semillas de baobabs. La tierra del planeta estaba infestada. Y de un baobab, si tomamos medidas demasiado tarde, no podemos deshacernos nunca. Ocupa todo el planeta.» Así explicaba el narrador del cuento el único problema que tenía el Principito cuando llegó a la Tierra. Algo muy diferente pasa en Nguékhokh, una villa situada a unos 60 km al sureste de Dakar, en Senegal: allí a nadie se le pasaría por la cabeza acabar con los baobabs.
El Grupo Cofares, a través de su filial internacional OMFE (Cofares Internacional), colabora con Madrid Salud en el suministro de medicamentos y material sanitario a un centro de salud comunitario puesto en marcha por la asociación ‘Campamentos Solidarios’ en la región de Bassari, en Senegal.