Con la edad, la piel pierde propiedades de forma gradual. Se vuelve más vulnerable a la radiación UV, al estrés, a la contaminación, etc. Su estructura se debilita y la flacidez se instala en nuestro rostro. Estos factores, junto a la continua contracción del tejido conectivo y muscular, provocan la aparición de las conocidas como arrugas de expresión. A continuación, se produce una pérdida de volumen de la piel en el óvalo facial, surco nasogeniano, ojeras…
Lo más leído
La información de esta página web está dirigida exclusivamente al profesional sanitario.