La uva riesling es una variedad muy aromática, afrutada y floral. En los climas frescos puede dar notas de fruta verde y chispas cítricas y en los climas más templados, los aromas cítricos y de fruta de hueso son más pronunciados y, si la zona es más calurosa, los aromas pueden llegar a ser a frutas tropicales. Su característica acidez alta permite largas evoluciones en botella que pueden desembocar en sabores a miel, lichi, pan tostado e incluso ahumados. Como veis, hay aromas para todos los gustos.
La Chenin blanc es una uva blanca originaria del Valle del Loira (Francia). Su alta acidez la hace útil para la producción de vinos espumosos y de postre equilibrados, aunque puede producir vinos muy blandos y neutrales si no se controla el vigor de la vid. No es muy común encontrarla plantada en nuestras tierras y exceptuando algunos viñedos en Cataluña, Navarra y Aragón, su presencia es anecdótica.
Llegan el verano, las vacaciones, los mediodías al sol con un tinto de verano y los comentarios del tipo «mejor un vino blanco fresquito cuando hace tanto calor» o «los tintos mejor cuando termine este calor porque se han de tomar a temperatura ambiente». Pues ni los vinos blancos son sólo para el verano ni hace falta esperar al crudo invierno para descorchar un buen tinto. En verano un buen tinto fresco y joven o muchísimos tintos tomados un poco más fríos son un compañero perfecto.