Cuando Roque nació, hace ahora dos años largos, su primo Lucas le recibió con un eufórico: «Roque, bienvenido a Madrid». De inmediato le corrigió Martín, hermano de Roque: «No, bienvenido a la Tierra».
...no tienes duda alguna sobre sus intenciones, en esta soledad inmensa repleta de coches, a estas horas de la noche para ti tan inhabituales, después de Rigoletto y después de rompiendo tu costumbre unas copas con los amigos hasta tan tarde