Dice Rafael Chirbes que el hombre no es nada que no sea la conciencia que tiene de sí mismo, la que se fabrica a sí mismo. Si no sabes de qué estás compuesto –continúa el malogrado escritor valenciano– y de qué se compone lo que usas o lo que transformas con tu trabajo, no eres nada. Un mulo de carga.

Esta cita de una de sus últimas obras, En la orilla, me ha vuelto a llevar a la reflexión acerca de qué somos nosotros, los farmacéuticos, y de cuál es nuestra esencia, esa que subsiste y se depura a lo largo de los siglos a medida que los avances tecnológicos van haciendo innecesarias algunas funciones y nos abren al reto de afrontar otras.

Esta reflexión viene al hilo de un encuentro que tuve hace unos días en México con Linda Strand, la pionera y auténtica triunfadora de la atención farmacéutica en el mundo; no en vano son ya miles de farmacéuticos en el planeta los que perciben sus honorarios por mejorar los resultados clínicos de los medicamentos en los pacientes, contribuyendo a disminuir la morbimortalidad asociada a los mismos. Farmacéuticos convertidos en guardianes de la sociedad respecto a la farmacoterapia.

Después de treinta años de lucha, el éxito traspasa fronteras. En los próximos meses, el National Health Service (NHS) del Reino Unido comenzará, de la mano de la Dra. Strand, a formar farmacéuticos para trabajar a horario completo en esta actividad, y los farmacéuticos del American College of Clinical Pharmacy (ACCP), a quienes han entregado la responsabilidad de las estructuras de atención primaria de Estados Unidos, en las que, como en cualquier país, están el 99% de los pacientes, van a modificar todas sus estructuras de trabajo para orientar su actividad hacia el comprehensive medication management.

Formar farmacéuticos en la práctica, o sea, lo que en este país llevamos haciendo veinte años, no garantiza el éxito de dicha práctica, sino su modelo de gestión, me dijo. Si haces ver a las estructuras sanitarias que la actividad es beneficiosa para la sociedad y ahorra costes, genera la carrera profesional que lleva a los profesionales a incorporarse de forma natural a esta actividad sanitaria.

Estas conversaciones me hicieron recordar otra reciente en una facultad de farmacia, en la que un veterano dirigente profesional, no tanto por la edad como por los años que lleva en cargos de responsabilidad, aducía que había que realizar trabajos de fin de máster sobre gestión de productos en farmacias, y que, por supuesto, no todo era atención farmacéutica. Y es que cerca de doscientas tesis doctorales en España sobre esta materia no han servido para cambiar casi nada, ni siquiera las diapositivas que algunos utilizan en sus presentaciones.

Y para finalizar, una noticia que me anunció la Dra. Strand: al parecer, el NHS va a prescindir de externalizar la dispensación de los medicamentos de los usuarios, centrándola en sus estructuras. ¿Qué harías si no tuvieras miedo?

PD: No maten de nuevo al mensajero. Hace daño, y no soluciona nada.

Destacados

Lo más leído