• Home

  • Una obra maestra inacabada

Todos conocemos la impresionante basílica de la Sagrada Familia de Barcelona: Gaudí asumió su construcción en 1883, pero, casi 140 años después, el proyecto sigue inacabado.

Venimos de celebrar el 22 Congreso Nacional Farmacéutico, que, juntamente con el 80 Congreso Mundial de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas, ha tenido lugar recientemente en Sevilla. En el seno de estos acontecimientos, y conscientes de los muchos retos de la farmacia a los que tenemos que hacer frente a corto y medio plazo, se celebró una convención farmacéutica dirigida a presidentes de colegios y a miembros de las juntas de gobierno. Fue un encuentro francamente productivo, con la finalidad de alinear estrategias en objetivos comunes, en el que se debatieron temas tan actuales como la digitalización, la atención farmacéutica domiciliaria, los servicios profesionales farmacéuticos y el modelo retributivo. Abordar estas reivindicaciones no es tarea fácil, y más complicado aún resulta ejecutar cambios trascendentales que afecten a estos aspectos; pero, sinceramente, creo que estos son los grandes retos a los que nos enfrentamos. Aunque está claro que todos estos avances no dependen única y exclusivamente de nosotros: necesitamos que las Administraciones nos permitan aprovechar las herramientas que ya tenemos en las oficinas de farmacia, para poner en valor el sector farmacéutico, y las oportunidades que ofrecen a la farmacia para poder implicarnos más. En este aspecto, creo firmemente que la farmacia del futuro debe ser colaborativa, tanto entre las diferentes modalidades de ejercicio farmacéuticas como entre las distintas profesiones sanitarias. Es muy necesario que se establezca un sistema de cooperación y coordinación entre médicos y farmacéuticos comunitarios, creando un canal de comunicación efectivo y bidireccional que permita solucionar los problemas relacionados con los tratamientos que surgen en el día a día de las farmacias. Este canal ya existe desde hace más de 12 años, es la receta electrónica, pero está infrautilizada. Es primordial hacer modificaciones en esta receta electrónica que, por un lado, habiliten la gestión de incidencias en los tratamientos desde las farmacias comunitarias y, por otro, mejoren la información clínica accesible a los farmacéuticos para facilitar la atención farmacéutica, siempre con la finalidad de actuar en beneficio del paciente de forma multidisciplinar.

No podemos consentir que a nuestros proyectos e intenciones les pase como a la Sagrada Familia: es un gran proyecto, una obra maestra, pero sigue inacabada. Y nosotros no podemos esperar 150 años. Es el momento de ser resolutivos y de ejecutar todas esas grandes ideas; de aportar soluciones que la farmacia y los farmacéuticos reclaman y necesitan, para seguir siendo vitales en la construcción y el buen funcionamiento del sistema sanitario, además de rentables y sostenibles económicamente; de fijar las prioridades de esa agenda común, y de comenzar a trabajar juntos por el bien de nuestros pacientes y de nuestra profesión.

Destacados

Lo más leído