Hoy sabemos que la gota ocurre debido a la formación de cristales de ácido úrico en algunas articulaciones. Para que estos cristales se formen es preciso que existan niveles altos de ácido úrico en la sangre (lo que se llama hiperuricemia), pero sólo algunas personas con hiperuricemia forman cristales y llegan a padecer gota. El depósito de cristales es reversible, es decir, que cuando se reducen los niveles de ácido úrico en la sangre a niveles normales, los cristales se disuelven y desaparecen, y con ellos la gota. Los cristales provocan inflamación de las articulaciones, que es intensa y muy dolorosa, los llamados ataques de gota. Una vez que estos ataques han pasado, los cristales quedan en las articulaciones sin causar mayor molestia hasta que ocurra el próximo. Los ataques suelen ser ocasionales y distanciados al comienzo de la enfermedad y con el tiempo se van haciendo más frecuentes, afectan a más articulaciones y pueden ser más intensos. Suelen ocurrir en la articulación de la base del dedo gordo del pie –la famosa podagra–, que se hincha y se enrojece. Pero son también frecuentes en el empeine, en el tobillo, en la rodilla, en la muñeca o en el codo. Pero todo esto tiene un origen más remoto del pensado.
Esta historia comienza en 1846 en Turín, en pleno boom de la síntesis química, con un científico llamado Ascanio Sobrero que decidió añadir glicerina a una mezcla de ácido nítrico obteniendo así la nitroglicerina. Éste se dio cuenta rápidamente de su poder explosivo, lo que llevó a posicionarse en contra de su uso. También existen referencias sobre experimentación humana al añadir una pequeña porción de nitroglicerina sublingual y observar un fuerte dolor de cabeza. Sí, queridos lectores, sorprende un poco desde la perspectiva de hoy en día el afán por experimentar de aquellos hombres, estábamos ante los «Indiana Jones» de la ciencia, ¿o acaso querían ver si podrían hacer explotar una cabeza humana?
HistoriaLos opiáceos son un conjunto de fármacos extraídos del opio que se han utilizado con fines terapéuticos desde hace varios milenios. El opio se obtiene tras la incisión en la cápsula de la planta Papaver somniferum, más conocida como adormidera. De hecho, el nombre opio deriva de una palabra griega que significa «jugo», en referencia a la extracción del alcaloide de la planta.
Podemos englobar dentro de la definición de un fármaco hipolipemiante a cualquier sustancia que farmacológicamente se encuentre activa y tenga la propiedad de disminuir los niveles de lípidos en la sangre.