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Vinos atlánticos y vinos mediterráneos

Existe una forma de clasificar los vinos que los distingue entre vinos atlánticos y mediterráneos.Los vinos mediterráneos tienen una fuerte carga frutal, son vinos con mucho cuerpo, grado elevado y muy bien estructurados y redondos. Presentan, además, una acidez moderada. Su alto contenido alcohólico es debido en parte a la climatología de la zona de cultivo, típicamente en zonas de elevadas horas de insolación y altas temperaturas que producen una mayor presencia de azúcares en la uva, y por consiguiente unos vinos más golosos. Son, en definitiva, unos vinos complejos, de colores intensos y vivos, con mucho carácter y lo que muchos expertos llaman horizontales; vinos que se expresan en la boca poco a poco, dando matices al subir la temperatura, con profundidad y gran recorrido en boca.

Pep Bransuela

Pep Bransuela

Farmacéutico y enólogo

Los vinos atlánticos son más ligeros. Una de sus características más generalizada es la marcada acidez, y en ocasiones son un tanto verdes tanto en olores como en boca debido a la dureza de los taninos. Su cualidad más apreciada tanto en tintos como en blancos es su frescor y su perfecto equilibrio entre esta frescura, su acidez y el cuerpo, dando productos muy singulares y apetitosos. Son vinos con aromas y gustos a frutas menos marcados que los mediterráneos, y que nos recuerdan a la fruta más fresca y a flores menos dulces. Son menos golosos porque el clima no favorece tanto la maduración de la uva, lo que se traduce en fruta más ácida que acumula menos azúcar y obtiene así unos grados alcohólicos más moderados. También hablamos de la verticalidad de estos vinos, es decir, son bombas aromáticas en la boca y, cuando pasa el tiempo, poco queda de ellos.

didoDido La Universal 2011
Bodega: Venus la Universal
D.O.: Montsant 13,5º
Precio: 12,80 €
En esta pequeña bodega de Falset se elabora este sensacional vino en su finca de 10 hectáreas de suelos graníticos, ácidos y muy pobres en materia orgánica. Se usa Garnacha, Merlot, Cabernet Sauvignon y Sirah. Tras maceraciones no muy largas, el mosto se fermenta en ánforas de arcilla y depósitos de hormigón. El 60% del vino se fermenta en barricas de distinto tamaño, y el resto en hormigón. Tiene un color carmesí y ribete morado con aromas a arándanos, moras, tomillo, romero y notas especiadas. En boca es fresco, equilibrado y sabroso. Muy acertado para un compromiso.

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