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La crianza (y 2): el roble y las barricas

Aunque históricamente no solo se ha usado el roble para la elaboración de barricas, ya que se empleaban también el castaño o el cerezo, incluso el pino, podemos decir que los robles monopolizan la industria tonelera.

Pep Bransuela

Pep Bransuela

Farmacéutico y enólogo

La crianza (y 2): el roble y las barricas
La crianza (y 2): el roble y las barricas

Antiguamente las barricas se utilizaban como meros contenedores para el transporte y almacenaje del vino, pero, como veremos, no son un simple contenedor. El vino, gracias al contacto con la madera de roble, se enriquece en sabores y aromas. La madera de roble es porosa y contribuye a una oxigenación continua del vino. Esto permite una suavidad de la astringencia del vino y una estabilización del color.
De todas las especies de roble (género Quercus), solo Q. petraea, Q. robur y Q. alba se usan en la elaboración de barricas. Las principales zonas de producción de estas tres especies son Francia y los Estados Unidos, por lo que cuando hablamos de barricas normalmente nos referimos al roble francés o al americano. Cuando hablamos de roble americano se trata de la especie Quercus alba, y cuando hablamos de roble francés nos referimos a Quercus petraea y Quercus robur.
El grano del roble es el tamaño y regularidad de los círculos de crecimiento del roble. El roble de grano fino presenta un crecimiento de los círculos anuales pequeño y una mayor porosidad, mientras que el roble de grano grueso presenta un crecimiento de los círculos anuales grande y una menor porosidad.
De todas maneras, no solo entra oxígeno a través de la madera, sino que también el vino se oxigena entre los espacios de las duelas que forman la barrica, y en los trasiegos.
El roble aporta aromas al vino, y según la especie escogida y el grado de tostado de la madera, serán diferentes y más o menos intensos. Cuanto más intenso es el tostado de la madera, más intensos son los aromas que el roble transmite al vino, y viceversa.
Los principales aromas que aporta el roble son las almendras tostadas, caramelo, café, avellanas, vainilla, clavo de especia y nuez de coco. El roble americano es el que más aromas a coco y vainilla aporta al vino; Quercus petraea es el que más aromas a clavo transmite y Quercus robur el que más concentración de taninos aporta al vino.j

Embruix de Vall Llach 2010
D.O.Q.: Priorat
Uva: 27% Cariñena, 23% Garnacha, 20% Cabernet Sauvignon,
15% Syrah, 15% Merlot.
Precio: 17,50 euros
Este vino del Priorat envejecido en barricas de roble francés de tostado ligero y medio y grano fino durante 14 meses es de una gran elegancia al paladar. Es importante decantarlo una media hora antes para que se abra. Presenta unos aromas a vainilla, canela y cacao y una fruta roja intensa y licorosa. En boca es muy intenso y voluminoso, con notas a mermeladas de frutas rojas y unos aromas retronasales potentes de toffe. Es un vino muy largo y voluminoso que deja un toque balsámico excepcional en el paladar.

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