El creador de la Dieta de la Zona, el Dr. Barry Sears, bioquímico y pionero en el campo de la biotecnología, aconseja hacer cinco comidas al día, tres principales y dos más ligeras (a media mañana y a media tarde), sin dejar pasar más de cuatro horas entre cada comida. De esta forma se evita la acumulación de grasas en exceso y que la acumulada se elimine en forma de energía.
Se trata de una dieta anti-inflamatoria, lo que ayuda a prevenir el envejecimiento de la piel y a eliminar el daño que ya existe. En los primeros días, los beneficios anti-inflamatorios de la Dieta de la Zona son evidentes, reduciendo significativamente la sensación de hambre y aumentando el rendimiento físico, ya que hay más capacidad para convertir la grasa almacenada en energía química. Al poco tiempo, la piel luce un aspecto más joven porque aumenta el flujo sanguíneo y se reduce la inflamación.
La Dieta de la Zona consiste, de hecho, en llevar un estilo de alimentación saludable para alcanzar un correcto equilibrio hormonal, controlando así los niveles de insulina y glucosa, y aportando ácidos grasos omega 3 y antioxidantes (polifenoles) al organismo
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