Ayer se presentaron en rueda de prensa los datos extraídos del Barómetro ESCAPE de percepción social sobre el EStigma del CÁncer de Pulmón en España, puesto en marcha por la Lung Ambition Alliance (LAA), una colaboración de diversas organizaciones que tiene como propósito a corto plazo duplicar la supervivencia de este tumor a cinco años y defiende la implantación de un programa de cribado para detectar la enfermedad en fases tempranas. Estos programas son una herramienta esencial para mejorar el pronóstico, especialmente en personas con factores de riesgo como el tabaquismo, la contaminación, etc.
La investigación, en la que han participado 5.001 personas adultas, distribuidas representativamente por comunidad autónoma, sexo y edad, tenía como objetivos medir los conocimientos de la población sobre el cáncer de pulmón, los programas de cribado y detectar si existe un estigma social en torno a la enfermedad. Tal y como ha explicado el Dr. Luis Seijo, director del departamento de Neumología de la Clínica Universidad de Navarra y co-coordinador del Proyecto CASSANDRA, "queríamos hacer este sondeo para analizar el grado de conocimiento sobre la enfermedad y el cribado, y, sobre todo, comprobar si existía algún tipo de estigma social al respecto. Según los resultados del barómetro, 2/3 de los encuestados no conoce qué es el cribado de cáncer de pulmón, y cerca de uno de cada cuatro encuestados cree que el fumador que acaba desarrollando cáncer de pulmón se lo ha buscado. Creemos que tenemos que luchar contra este estigma asociado al cáncer de pulmón porque puede estar influyendo en la percepción del beneficio del cribado y su efectiva implantación a nivel nacional en España. El tabaquismo es una adicción, una enfermedad y las personas que fuman merecen nuestra comprensión”.
Aumento de casos
El cáncer de pulmón es el más diagnosticado y el que mayor número de fallecimientos provoca en el mundo. En este 2025 se prevé un aumento de casos de cáncer de pulmón en España, y se estima que rondarán los 35.000. No obstante, la supervivencia puede alcanzar el 80% cuando la enfermedad se detecta en fases iniciales, lo que además puede reducir los costes estimados del abordaje de este cáncer, cifrados en unos 2.100 millones de euros, hasta cuatro veces. El tabaco es la causa principal del cáncer de pulmón, por lo que la prevención primaria entre fumadores y exfumadores que han consumido durante muchos años es primordial. No obstante, entre un 10-20% de los afectados por este tumor no ha fumado nunca. Hay evidencia científica de que pruebas diagnósticas como la tomografía computarizada de baja dosis (TCBD) permitirían detectar el tumor en fases tempranas, lo que aumenta hasta 6 veces más de posibilidades de sobrevivir que si se diagnostica en estadio avanzado.
En mayo de 2025 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aprobado la primera Resolución Integral sobre Salud Pulmonar, un enfoque global e integrado que abarca la prevención, diagnóstico y abordaje de todas las enfermedades respiratorias, tanto transmisibles como no transmisibles, como asma, EPOC, tuberculosis, neumonía, gripe y cáncer de pulmón, entre otras. La resolución subraya la necesidad de colaboración multisectorial y multidisciplinar para abordar este problema y la incorporación de enfoques tanto de la Administración como de la sociedad en su conjunto, garantizando la participación de todos los sectores pertinentes, incluidos los de la salud, el medio ambiente, el trabajo, la educación y las finanzas.
Mejores expectativas de supervivencia y más sostenibilidad del sistema
Uno de los datos más significativos extraídos del estudio es que el 66,9% de las personas encuestadas desconoce qué es el cribado de cáncer de pulmón. De hecho, un 30,2% reconoce que no sabría cómo definirlo; solo un 33,1% afirma que está destinado a personas en riesgo y la mayoría (un 76,6%) cree que se debería realizar a toda la población. Además, solo un 5,7% de los participantes identifica correctamente la prueba diagnóstica concreta a realizar como un TAC de baja radiación y un 6,2% la confunde con una radiografía simple de tórax. A pesar de ello, tres de cada cuatro personas (75,1%) afirman que participarían en un programa de cribado si fuera candidatas, lo que evidencia una alta disposición de la población, aún sin pleno conocimiento de en qué consiste la prueba. Esta participación es más elevada entre exfumadores (82,1%). El 83,7% considera que el cribado debería ser costeado por el Sistema Nacional de Salud, una percepción compartida tanto por los encuestados que son fumadores (88,7%) y exfumadores (91,1%) como por los no fumadores (79,1%). Esta opinión tiene también más peso entre mujeres y personas de 45 años o más.
“El tratamiento precoz del cáncer de pulmón no solo aumenta las expectativas de supervivencia a largo plazo de forma significativa sino que contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario al ser más rentable que el tratamiento habitual en estadios avanzado. Por otro lado, la tomografía computarizada de baja dosis es un método de cribado cómodo, no invasivo, eficaz y rápido, que además proporciona información sobre otras patologías con gran mortalidad que se asocian al tabaco y ayuda a detectarlas en estadios precoces cuyo tratamiento temprano también tiene ventajas”, ha defendido el Dr. Florentino Hernando Trancho, jefe de Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Clínico San Carlos. En palabras del Dr. Luis Seijo, "en el estudio más grande de cribado, el 25% de las muertes eran por enfermedad cardiovascular, que se pueden detectar en el TAC de baja dosis, por lo que puedes tener a un paciente con riesgo de enfermedad cardiovascular por haber fumado, y no solo detectar EPOC o cáncer de pulmón".
Síntomas, factores de riesgo e información
En cuanto a los síntomas, los más reconocidos son la tos persistente (70%), la sangre en el esputo (59,6%) y la falta de aire (57,6%). No obstante, el 41,2% de la población identifica correctamente que puede ser una enfermedad asintomática, lo cual refuerza la importancia de los programas de cribado.
Ante un posible diagnóstico, la ciudadanía acudiría a informarse mayoritariamente a los médicos especialistas (73,7%) y a su médico de familia (65,1%), relegando a un segundo plano las asociaciones de pacientes (24,7%). El estudio muestra también que las generaciones más jóvenes recurrirían con mayor frecuencia a internet o redes sociales, lo que plantea desafíos y oportunidades en la difusión de información fiable.
Entre la concienciación y el estigma
El sondeo también evidencia que existe cierto estigma social: un 24,4% considera que quienes fuman deben asumir las consecuencias si acaban desarrollando cáncer de pulmón. No obstante, la mayoría (61,7%) rechaza esta postura y defiende una visión más empática, subrayando que, aunque el cáncer de pulmón se asocie al tabaco, nadie merece sufrir una enfermedad así.
Además, el 68,3% considera que fumar es una adicción y no una elección voluntaria, una percepción que se da con mayor frecuencia entre mujeres, mientras que un 22,3% aún lo percibe como una decisión personal.
“Este estudio pone de manifiesto un importante desajuste entre la amplia disposición a participar en cribados y el nivel de conocimiento real sobre el cáncer de pulmón y sus técnicas para diagnosticar precozmente. La implementación de campañas de sensibilización, información rigurosa y accesible, así como la implementación del cribado en poblaciones de riesgo, son claves para revertir las cifras actuales demortalidad y avanzar hacia un abordaje más eficaz frente a esta enfermedad”, concluyó Ana Peiró, directora médica de Oncología de AstraZeneca en España.