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Jaime Acosta: «Espero que este momento de dificultad sea la palanca de cambio que mueva a la Administración y a los compañeros a hacer cosas nuevas»

Jaime Acosta Gomez
Jaime Acosta Gomez

–¿Cuál es su principal prioridad como director de Infarma 2014?
–Consolidar el cambio que se produjo desde nuestras jornadas profesionales al actual Infarma, en colaboración con el Colegio de Barcelona. Hemos apostado por un modelo de congreso más profesional, con más peso congresual y en especial de las comunicaciones de compañeros. Es una estupenda noticia que podamos avanzar en esta línea y que la respuesta sea positiva, pues hemos vuelto a superar las expectativas con las propuestas de pósteres aceptadas. También queremos seguir apostando por debates vivos y valientes y por que el éxito no se mida sólo en términos de asistencia. Son tiempos de cambio y tenemos que guiarnos también por lo que se diga en estos foros.

–Los servicios farmacéuticos y las nuevas demandas sociales ocupan buena parte de la jornada central de Infarma 2014.
–En estos días se habla mucho de qué debe ser la farmacia dentro de unos años y hay visiones diferentes referidas a cambio de modelo retributivo, servicios profesionales, capital, Administración, pacientes y entidades privadas. Esperamos un debate serio, que vengan expertos, tanto nacionales como internacionales, y que nos cuenten su visión. Lo que necesitamos es que los compañeros decidan cómo se quieren posicionar. Queremos escuchar todas las opiniones.

–En el actual contexto de crisis, ¿esta búsqueda de nuevos servicios y mercados puede acabar desvirtuando el papel del farmacéutico?
–No, al contrario. Más que nuevos ingresos, hemos de buscar ser más viables asistencialmente. El dinero vendrá detrás. Creo que es un error y una perversión buscar directamente el objetivo económico. Tenemos que ser más útiles a los pagadores, hacer valer nuestras fortalezas –accesibilidad, formación, cercanía, capilaridad, horarios ampliados...– y aprovechar esta coyuntura de dificultad de la Administración pública, que tiene una gran presión asistencial y, ahora sí, tiene una necesidad mayor de una mejor gestión de los recursos. El farmacéutico aporta no sólo eficacia y eficiencia, sino que introduce un elemento de novedad en el Sistema Sanitario que aquí en España está todavía por explorar. En definitiva, no creo que esta propuesta de nuevos servicios desvirtúe el papel que pueden tener la farmacia y el farmacéutico, sino que lo refuerza.

–El Congreso se inicia con una mesa sobre los modelos farmacéuticos en Europa. ¿Qué espera de esta sesión?
–Con la excusa de los modelos, que es una parte muy importante de la ponencia, queremos debatir también acerca de qué hacen los compañeros en otros países. Al final, el modelo es un instrumento de la Administración y de los ciudadanos, que lo van a utilizar a su conveniencia y, de hecho, deben hacerlo. Nosotros creemos que el modelo actual tiene muchas ventajas sobre otros modelos menos regulados, pero hay otras experiencias y queremos ver cómo se gestiona esto en otros países y si podemos mejorar nuestro modelo.

«Cambio». Con esta palabra se podría resumir el mensaje que el director de Infarma 2014, Jaime Acosta, quisiera hacer llegar a los farmacéuticos que asistan a esta cita. El sector vive una etapa decisiva para su futuro. Las reglas del juego han cambiado y el pasado ya no sirve para proyectar el futuro. En Infarma 2014 se hablará de este futuro desde muchas perspectivas y, por ello, Jaime Acosta está convencido de que es una cita que no hay que perderse.

–De estos modelos, ¿hay alguno que le parezca más adaptable a nuestras circunstancias?
–No hay ningún modelo que me satisfaga plenamente. El modelo español o mediterráneo, tan regulado, ha sido y es muy útil para garantizar el acceso al medicamento y a profesionales sanitarios como los farmacéuticos. El problema es que en esta coyuntura económica el modelo se está manteniendo no sólo por la vía de la necesidad, sino también por la de la política. Lo malo es que esta coyuntura va a continuar siendo muy negativa para las farmacias y puede hacer que este modelo sea insostenible, pero no por su utilidad, sino por su coste. Las circunstancias de dificultad que tenemos no sólo se van a mantener, sino que se pueden acentuarse en el futuro y tenemos que buscar soluciones.

–En otra de las sesiones se pregunta, precisamente, si la red asistencial farmacéutica es un modelo empresarial sostenible.
–Es una marea que va ahogando a los que están en peor situación. Todas las farmacias son necesarias, pero para garantizar el acceso al medicamento y al servicio profesional de un farmacéutico es evidente que para la Administración las farmacias únicas que están ubicadas en un municipio son más relevantes que aquellas que están en grandes municipios, donde hay muchas más. Esta marea va a seguir subiendo, los precios y los márgenes van a seguir bajando, ya hay muchas farmacias con dificultades y en alguna Comunidad con el catalizador de los impagos. Necesitamos cambiar.

–Llama la atención, en una de las sesiones, el empleo de la expresión «burbuja farmacéutica».
–Esta expresión intenta reflejar el recorrido que ha tenido el precio de los traspasos de farmacias, que ha ido muy a la baja e impacta directamente sobre el patrimonio del titular. Ha sido una burbuja, porque aunque quizá haya habido menos componente de especulación que en otros sectores, es verdad que la financiación fácil y la coyuntura económica mucho más positiva que vivía la farmacia hace unos años hicieron que los precios se dispararan y ahora hay un ajuste bastante rápido que está poniendo en una situación de dificultad a compañeros que ven que su negocio es inviable y casi no pueden más que desprenderse de él, pero el propio valor del negocio ya no sirve para pagar las deudas que tienen contraídas. Hay farmacéuticos verdaderamente encadenados a sus farmacias, en una situación de absoluta inviabilidad.

–Encuentros como Infarma se revelan como foros propicios para medir la temperatura del sector. ¿Será así en esta nueva edición?
–En la parte congresual se sigue manifestando la vocación de cambio más o menos formal del sector. La parte de la feria sí que es quizás un termómetro mucho más directo de cómo están el sector y las empresas que viven de él. La mayoría siguen apostando por Infarma, y ya contamos con más de 200 expositores y más de 500 marcas. Esperamos, además, a 25.000 visitantes y 2.000 congresistas. La feria sigue siendo un éxito y estamos superando las expectativas.

–¿Cree que encuentros como Infarma ofrecen a los farmacéuticos herramientas para afrontar la crisis económica?
–El congreso tiene dos caras: una política, con grandes temas, y otra muy pegada a la realidad de la farmacia, expuesta, además, en muchos casos, por los propios farmacéuticos comunitarios. En una intentamos mirar al futuro por todos, y en la otra miramos exactamente al presente. Hay experiencias de gestión, de servicios que ya están funcionando... de manera que los compañeros que asistan al Congreso podrán volver a casa con ideas para aplicar en cuanto entren por la puerta. Y en la parte de la feria también; las empresas que asisten van a mostrar sus nuevos productos, que llegarán a la farmacia inmediatamente.

–Hablando de herramientas, tengo entendido que una de las novedades de está edición será una app.
–Sí, estamos desarrollando una app que va a permitir tener el programa y todo lo necesario para asistir al Congreso en el teléfono, en el bolsillo. No sólo las ponencias y los expositores, sino que además los visitantes van a poder gestionar su propia agenda, con las mesas que les interesen o las visitas a los expositores. Al final, el programa en papel casi resultará prescindible.

–¿Cuál es la sesión de Infarma 2014 que ningún farmacéutico debería perderse?
–Para mí, la de receta electrónica. Soy el encargado de gestionar la receta electrónica en el Colegio de Madrid, reportando a la Junta de Gobierno. Estamos terminando de implantarla en la Comunidad de Madrid y está siendo apasionante. Estamos logrando que la receta electrónica llegue a todas las farmacias y a todos los pacientes y que funcione administrativamente de manera muy correcta: con rapidez, permite ver las prescripciones del médico con normalidad, sustituir, diligenciar, completar el libro recetario, facturar los medicamentos a través de receta electrónica...; pero nos falta la otra parte, mucho más importante, que es lo que puede suponer la receta electrónica para el futuro de las farmacias no sólo como red, que esto es un concepto absolutamente nuevo, porque por fin estamos todos conectados entre nosotros y al Colegio y a la Administración, y además tiene un potencial de valor añadido para los profesionales de la farmacia inexplorado.
También me interesan mucho las experiencias de servicios en Madrid y Barcelona a través de la Mutua General y las experiencias internacionales.

–¿Necesita la farmacia española una convocatoria anual de estas características? ¿Puede permitírsela?
–Debe permitírsela. El Congreso debe ser un dinamizador de un debate profesional que tiene que ser continuo. El modelo y los farmacéuticos necesitamos una evolución constante y estos foros son muy importantes para debatir sobre lo que somos y lo que estamos aportando y qué maneras de cambio podemos encontrar para seguir siendo útiles. Es imprescindible, absolutamente.

–¿Cuál le gustaría que fuera la principal aportación de Infarma 2014?
–No sólo la evidencia de una necesidad de cambio, que es algo que en general ya está bastante interiorizado en el sector, sino también llegar a encontrar algunas vías claras de esta necesaria evolución. Es muy difícil que un congreso sea una revolución, pero es importante seguir encontrándonos y debatiendo, no sólo para los farmacéuticos de base, sino también para los agentes que están ahora mismo decidiendo por ellos. Es muy importante que estos agentes escuchen lo que se debate en estos foros.

–¿Cómo ve el futuro de la profesión?
–Optimista. Necesitamos cambiar, hacer más cosas, ser más útiles, resolver más problemas con evidencia, con registro y con calidad. Espero que este momento de dificultad sea la palanca de cambio que mueva a la Administración y a los compañeros a hacer cosas nuevas. La Administración nos necesita y nosotros necesitamos hacer más cosas para tener más viabilidad asistencial, que es en lo único en lo que podemos aportar valor.

–¿Los farmacéuticos son conscientes de esta necesidad de cambio?
–El farmacéutico en su farmacia tiene la necesidad y la obligación de hacer su negocio rentable con las herramientas que tiene para generar ingresos directos, y ahora mismo prácticamente no tiene más que dispensación y venta de parafarmacia. Una parte de la profesión se está volcando en la gestión de producto, que es y va seguir siendo imprescindible, pero necesitamos generar nuevas vías de ingreso para que tengan un incentivo para hacer otras cosas. Necesitamos abrirles nuevas vías de ingreso. Hay muchos compañeros –y en los últimos cuatro años esto está cambiando– que ven evidente la necesidad de un cambio, porque es aparente, pero también es verdad que hay un sector de la profesión que espera que con la mejor coyuntura que parece que nos viene a medio plazo los precios y los márgenes de los medicamentos suban. Mi opinión desgraciadamente es que esto no va a suceder. Los instrumentos que se entendían como coyunturales para controlar el gasto en la prestación farmacéutica han venido para quedarse: el 5/2000, el 4 y el 8/2010, los precios de referencia, los precios más bajos... Se harán cambios, seguro, pero lo que se quite por un lado se añadirá por el otro. No va a haber, en mi opinión, ningún gobierno que renuncie a esto. Los ingresos, desde luego, no van a subir, ni creo que se vayan a mantener.

–¿El proceso electoral que habrá vivido el Colegio de Madrid justo antes de Infarma 2014 puede afectar a la celebración del encuentro?
–No, absolutamente no. La gestión de todos los proyectos que hacemos en el Colegio, e Infarma es un proyecto muy importante, debe separarse de la coyuntura electoral. Se ha hecho un esfuerzo notable para conseguirlo. En el programa figura gente de distintas candidaturas y esto no sólo es normal, sino que además es sano y deseable.

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