El consumo de ansiolíticos en España ha experimentado un crecimiento sostenido desde 2019

La ansiedad ligada al actual estilo de vida continúa incrementando el consumo de ansiolíticos y fitofármacos.

El consumo de ansiolíticos en España ha experimentado un crecimiento sostenido desde 2019 debido, sobre todo, a factores derivados del actual estilo de vida, con desencadenantes laborales, sociales y un mayor nivel de estrés. Dicho aumento se observa con mayor notoriedad entre las mujeres de 75 años o más, donde el 37% ha recurrido a ansiolíticos en el último año. Cifras con relación directa con el impacto de la ansiedad, que es especialmente prevalente entre los 40 y 70 años, siendo entre 1,5 y 3 veces más frecuente en mujeres que en hombres.

Esta tendencia lleva a explorar también medicamentos naturales o fitofármacos seguros que puedan tratar de manera efectiva los síntomas de la ansiedad como la intranquilidad, la fatiga, la dificultad de concentración, la irritabilidad, la tensión muscular y las alteraciones del sueño. Así, desde la pandemia, el consumo de plantas medicinales ha aumentado significativamente a nivel global, reflejando una marcada inclinación por alternativas naturales.

“Plantas como la lavanda son conocidas por sus propiedades calmantes y ofrecen un enfoque complementario o alternativo. Teniendo en cuenta estas cualidades, Schwabe Farma Iberica ha desarrollado Lasea, el primer medicamento que está formulado a base de un aceite esencial de calidad farmacéutica extraído de las flores de Lavandula angustifolia, que trata los síntomas transitorios de ansiedad. Además, destaca por no generar dependencia, lo que permite su uso sin el riesgo de adicción y carece de efecto sedante, favoreciendo la claridad mental durante el día”, ha explicado el doctor Luis Herrera, director médico de Schwabe Farma Iberica. “Los medicamentos desarrollados con ingredientes de origen natural, ofrecen una alternativa eficaz para pacientes con ansiedad leve a moderada, cubriendo la brecha terapéutica entre eficacia y seguridad”, ha añadido.

Foco en los jóvenes

La ansiedad afecta a un 31,5% de los jóvenes de entre 16 y 24 años según diferentes estudios poblacionales. A pesar de ello, solo el 30% busca apoyo en amigos, familiares o profesionales cuando se enfrentan a malestar emocional. En su lugar, un 22,9% de los jóvenes recurre al uso de psicofármacos. Estos datos subrayan la necesidad de adoptar un enfoque más proactivo en el cuidado de la salud mental juvenil, fomentando el acceso a recursos de apoyo y promoviendo un diálogo abierto sobre el bienestar emocional.

El uso de tecnologías es una de las principales causas del malestar emocional entre los jóvenes. En concreto, un 31,3% considera que el uso excesivo de estos dispositivos les genera ansiedad y también expresan una disminución en su capacidad de concentración y problemas de sueño. Además, las preocupaciones sobre el mundo actual, como la inestabilidad económica, el desempleo, el futuro social y el acceso a la sanidad, también afectan el equilibrio mental de esta población.

¿La primavera aumenta la ansiedad?

Por otro lado, con la llegada de la primavera, los días se alargan y las temperaturas aumentan, incrementando la exposición a la luz natural. Este cambio afecta la producción de melatonina y serotonina, hormonas esenciales para regular el sueño y el estado de ánimo. La melatonina se produce en la oscuridad, mientras que la serotonina se favorece con la luz solar, lo que puede mejorar el ánimo y el descanso. Sin embargo, estas variaciones también pueden desestabilizar momentáneamente el ritmo biológico, incrementando los síntomas de ansiedad en algunas personas durante esta estación.

Este desajuste puede aumentar la sensación de molestias como fatiga, irritabilidad y problemas de concentración, ya que el cuerpo y la mente intentan adaptarse al nuevo horario. Aunque el organismo suele ajustarse rápidamente, es importante ser consciente de estos efectos y tomar medidas para mitigarlos, como mantener una rutina regular de sueño, practicar técnicas de relajación, aprovechar las horas de luz y apoyarse en tratamientos con ingredientes de origen natural para abordar los síntomas transitorios de la ansiedad.