La botella medio llena

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En el último editorial decíamos que el farmacéutico no debe dejar de incrementar lo que es su mejor capital: la buena valoración que de su labor de profesional sanitario hacen sus clientes. Poco después de escribirlo nos llegaba el Informe del Consejo General Estadísticas de Colegiados y Oficinas de Farmacia 2011 en el que, entre otros datos, se informaba de que la cifra de farmacéuticos colegiados ha crecido un 1,2% y se ha llegado a los 64.977, un número muy respetable, en especial si tenemos en cuenta el actual contexto económico, en el que un día sí y otro también se habla de que aumentan las farmacias en riesgo.  

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Cuando una profesión pierde atractivo –desde el punto de vista económico y de seguridad– sería lógico imaginar un escenario con menos colegiados, pero no es así. La realidad, como en tantas otras ocasiones, se empeña en llevarnos la contraria y sorprendernos con cifras por las que no hubiéramos apostado.

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Hemos de reconocer que otros datos sí confirman nuestros temores, pues el porcentaje de farmacéuticos colegiados en activo, que se sitúa en el 80%, muestra una tendencia decreciente desde el año 2008.

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Con todo, nos gusta ver la botella medio llena y nos quedamos con la primera cifra, la del 1,2%, que nos muestra una profesión que parece seguir viva y confiando en sus posibilidades. Una profesión cuyos profesionales aún valoran la labor sanitaria que realizan y que siguen ahí a pesar de lo mucho que han cambiado sus circunstancias. Una profesión en la que aún es posible la aparición de una nueva sociedad científica (la SEDOF) y en la que otra pequeña asociación (la SEFAR) lucha con energía para preservar la supervivencia de las farmacias más aisladas y muchas veces olvidadas.

Evidentemente la realidad que vivimos es muy difícil, pero preferimos ver la botella medio llena, porque la otra opción solo nos lleva a la desesperanza o, lo que es lo mismo, a un camino sin salida.

En el mismo informe del Consejo General se dice que en 2011 se abrieron 63 farmacias y que, de éstas, el 83% lo hicieron en municipios que no son capital de provincia. Un dato interesante en un contexto que parece perjudicar más que favorecer a estas farmacias.

Afortunadamente, más allá de la crisis, más allá de los posibles efectos negativos del RDL 16/2012, la vida prosigue y cabe esperar que en un momento u otro las circunstancias serán más favorables... aunque también es cierto que hemos de hacernos a la idea de que pasará mucho tiempo antes de que la botella vuelva a estar llena.