
Pep Bransuela
Farmacéutico y enólogo
La Chenin blanc es una uva blanca originaria del Valle del Loira (Francia). Su alta acidez la hace útil para la producción de vinos espumosos y de postre equilibrados, aunque puede producir vinos muy blandos y neutrales si no se controla el vigor de la vid. No es muy común encontrarla plantada en nuestras tierras y exceptuando algunos viñedos en Cataluña, Navarra y Aragón, su presencia es anecdótica.
La uva verdejo crece básicamente en la comunidad de Castilla y León. Se encuentra en 74 municipios de la denominación de origen (D. O.), 53 de ellos al sur de Valladolid, 17 al oeste de Segovia y 4 en el norte de Ávila. Su historia se remonta al siglo XI, cuando en la reconquista de Toledo la zona del Duero fue repoblada con vascones, cántabros y mozárabes. Probablemente originaria del norte de África, estos nuevos habitantes la plantaron en las zonas de Toro y Rueda.
En el mundo del vino la innovación es habitual, pero también hay una vuelta a la tradición, a la búsqueda de técnicas que se usaban hace muchos años.
Hablar de los Pirineos es hablar de paisaje, montaña, nieve, valles, naturaleza, fauna salvaje y bosque. Aquí poca cosa encontramos cuando buscamos viñedos, cepas o bodegas. Lo interesante empieza cuando miramos más a fondo y descubrimos una materia prima diferente a la uva y exquisita para la elaboración de caldos y licores únicos: frutas del bosque (grosella negra, arándanos, fresas, frambuesas...), nueces, manzanas, genciana o incluso los «boletus».
Acabadas las vacaciones, llega el momento de recordar lo buenas que han sido y las vivencias que más nos han gustado. Este año uno de los destinos ha sido el Delta del Ebro, una tierra que puede parecer poco atractiva para un amante de los brebajes, pero no es así.
Llegan el verano, las vacaciones, los mediodías al sol con un tinto de verano y los comentarios del tipo «mejor un vino blanco fresquito cuando hace tanto calor» o «los tintos mejor cuando termine este calor porque se han de tomar a temperatura ambiente». Pues ni los vinos blancos son sólo para el verano ni hace falta esperar al crudo invierno para descorchar un buen tinto. En verano un buen tinto fresco y joven o muchísimos tintos tomados un poco más fríos son un compañero perfecto.
En Japón, la fruta se considera un artículo de lujo. El melón Yubari, la mandarina Deko-pon, las sandías Densuke (las que tienen forma de cubo), los mangos Taiyo, las manzanas Sekai-Ichi, las fresas Sembiyika Queen o las uvas Ruby Roman tienen el curioso privilegio de ser las frutas más caras del mundo.
El maridaje en los restaurantes japoneses siempre es un poco complicado. Cervezas, vinos blancos, vinos tintos... En Japón, sin embargo, lo tienen claro: nada mejor que un buen nihonshu, más conocido en occidente como sake o vino japonés, aunque el nombre técnico es seishu.
La sagardotegi o sidrería vasca es uno de los secretos mejor guardados del País Vasco. Cuando llega el mes de enero, y hasta los meses de abril y mayo, en el País Vasco es época de sidrerías. En esta región hay una larga producción de sidra que se remonta al siglo XI. La gente de los alrededores iba a las sagardotegi a degustar y comprar sidra. Era costumbre llevar algo de comida para no beber con el estómago vacío y con el tiempo se convirtió en una tradición que la sidrería funcionase también como restaurante y lugar de reuniones sociales.
Escocia tiene cinco zonas de elaboración de whisky, pero la pequeña isla de Islay, de poco más de 3.000 habitantes, ha conseguido hacerse famosa en todo el mundo con unos destilados excepcionales. En sus 600 km2 su principal industria se basa en la destilación del whisky, en el turismo relacionado con el whisky y en la observación de aves. Una isla misteriosa, casi aislada en el mar, pero un lugar «santo» para los bebedores de whisky.