La farmacia, un apoyo esencial en la atención a los cuidadores

La farmacia, un apoyo esencial en la atención a los cuidadores

A lo largo de la vida, tanto nosotros como nuestros seres queridos necesitaremos cuidados o los dispensaremos. Con estas palabras, la Comisión Europea anunció la puesta en marcha, en septiembre de 2022, de una Estrategia Europea de Atención1, que se implementará en los próximos años con fondos de la UE y de cada país. España ya ha puesto en marcha normativas y estrategias en dependencia2,3, destinadas a mejorar la calidad de vida de las personas, preservar su autonomía y reducir las desigualdades, ya que, pese a que los cuidados son reconocidos como un derecho en las legislaciones más avanzadas, el acceso a los mismos resulta más difícil para los sectores de población con menos recursos.

Nos concierne a todos

Sin duda, el tema de los cuidados nos concierne a todos, tanto más cuando la demanda de estos servicios lleva años creciendo y en las próximas décadas se incrementará notablemente. La infancia y la vejez son momentos de la vida de especial vulnerabilidad, a los que se suman las consecuencias de enfermedades incapacitantes y situaciones especiales de enorme impacto social —como la pandemia de COVID-19— que nos colocan ante la necesidad de disponer de unos servicios asistenciales que garanticen la continuidad de los cuidados.

El amplísimo alcance de los cuidados y su variedad los convierten en un servicio estratégico con gran demanda en las envejecidas sociedades occidentales. El reto de cuidar a familiares con algún tipo de dependencia plantea la cuestión indisociable acerca de los proveedores de cuidados, quiénes los prestan y en qué condiciones.

Ellas sostienen el sistema

Las figuras cuidadoras están representadas en abrumadora mayoría por las mujeres, que asumen esta función —de forma voluntaria o no— por múltiples razones ya conocidas. La brecha de género es patente, aunque se va reduciendo muy poco a poco. El sistema de cuidados en España lo sostienen las mujeres. Las instituciones y las ayudas económicas o sociales no alcanzan a cubrir las necesidades del extenso colectivo que demanda cuidados, de forma que hoy, a nuestro alrededor, la mayoría recibe en el hogar cuidados informales por parte de familiares próximos o cuenta con la ayuda de otras personas sin formación específica. Por su parte, las trabajadoras de la dependencia tienen una alta tasa de temporalidad, salarios bajos, y unos riesgos físicos y mentales mayores que en otros sectores de la población.

Cuidarse a una misma implica estar en mejor disposición para ofrecer unos mejores cuidados, y también significa estar dispuesta a buscar y aceptar toda la ayuda disponible4. La farmacia comunitaria reúne las mejores condiciones de accesibilidad, los recursos profesionales y técnicos para detectar estas situaciones y ofrecer apoyo a las cuidadoras/es en aspectos esenciales. El Consejo General de Colegios Farmacéuticos, los Consejos autonómicos y los Colegios provinciales han desarrollado actividades formativas destinadas a mejorar la calidad de los cuidados y la implicación de los farmacéuticos.

 

La atención al dependiente suele recaer en una sola persona, la cuidadora principal, que asume el acompañamiento y la responsabilidad del tratamiento de su familiar, especialmente el anciano polimedicado. El seguimiento y el consejo farmacéutico se convierten en estos casos en garantía de un adecuado cumplimiento terapéutico, y en la forma de detectar y prevenir situaciones de riesgo, derivadas de la sobrecarga física y emocional que a menudo afecta a las cuidadoras/es.

Cansancio, dolores musculares o articulares, irritabilidad, tristeza, ansiedad y abandono de hábitos de vida y de relaciones sociales son algunos de los síntomas frecuentes en las personas cuidadoras. Aprender a poner límites a las tareas y peticiones del familiar; seguir las pautas adecuadas de alimentación e higiene; conocer los recursos que proporciona la tecnología sanitaria para facilitar la movilización y asegurar la seguridad del paciente; aprovechar todas las ayudas posibles, profesionales, económicas y de otros familiares, asociaciones o centros de día, y la teleasistencia, así como fomentar el autocuidado resulta una labor esencial a partir de la relación de confianza que se establece entre las cuidadoras/es y su farmacia habitual.

Bibliografía

  1. https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:52022DC0440

  2. https://www.inmujeres.gob.es/areasTematicas/IgualdadEmpresas/docs/Resumen.Ejecutivo.DocumentoBases.pdf

  3. https://www.dsca.gob.es/sites/default/files/derechos-sociales/FSE%2B/docs/Estrategia-nuevo-modelo-cuidados.pdf

  4. https://www.cruzroja.es/ser-cuidador/Guia-cuidados.htm