Temperatura del vino para «winedummies»

Los estándares de la temperatura del vino están perfectamente delimitados: blancos jóvenes entre 7 y 9 grados, blancos con cuerpo o barrica entre 9 y 11, rosados entre 8 y 10, tintos jóvenes y ligeros entre 11 y 14, tintos más viejos o con cuerpo entre 14 y 16, espumosos jóvenes entre 6 y 8, y gran reserva y más viejos entre 10 y 12 grados. Hasta aquí todo correcto y entendido, pero ¿de dónde se sacan estos valores? Las sustancias responsables de los aromas y los sabores que tanto nos gustan en nuestro vino se ven altamente influidas por la temperatura.

El sabor dulce se percibe más intensamente a temperaturas altas y por eso muchos de nuestros postres se sirven fríos, imaginando una mousse de chocolate bien caliente y pringosa se puede entender mejor el concepto; es por eso que el vino dulce se sirve siempre frío, entre 7 y 9 grados.

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La sensación de acidez también se potencia con las temperaturas altas, por eso los zumos de naranja o limonadas se toman bien frescos. Los tintos cuanto más jóvenes y ácidos, más fríos se deben tomar, en cambio los blancos con barrica y menos ácidos es mejor a temperaturas más altas.

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¿Por qué tomamos el café caliente? El amargor se percibe más intensamente a temperaturas bajas. Por eso los tintos, que son más amargos que los blancos, se toman ligeramente más calientes, e igualmente pasa con la astringencia, que se mitiga con una temperatura un poco más elevada.

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El alcohol se percibe más intensamente con altas temperaturas, por eso miramos de bajar la temperatura de los vinos muy alcohólicos. Los muy aromáticos o de variedades muy aromáticas ven reforzada esta complejidad aumentando un poco la temperatura.

Aunque a veces hacemos referencia a la famosa frase «tomar a temperatura ambiente», recordad que cada zona tiene unas temperaturas diferentes y que nunca debería tomarse un vino a temperaturas superiores a los 25 grados, por muy «ambiente» que sea.

Comando G. La mujer cañón 2015
Precio: 48,00 €
Elaborado por Uvas Felices, es un vino tinto de la D.O. Madrid, elaborado con uva garnacha y con 14,5 grados de alcohol. Este vino es muy peculiar en nariz, con un fondo de hierbas mediterráneas, muy profundo y con frutas rojas confitadas en segundo término. En boca es elegante y amplio con unos taninos perfectamente integrados que le dan un gran volumen en boca y un perfume a cerezas y ciruelas que persiste en boca. Muy largo y aterciopelado. Perfecto para tomar con buey guisado, caza o carnes rojas intensas o liebre royal. Un descubrimiento excelente.