Taninos

Sabemos que los taninos producen una sensación de astringencia y amargor, y que aumentan la complejidad del sabor del vino, pero desde un punto de vista químico son metabolitos secundarios de las plantas, solubles en agua y no en alcohol ni solventes orgánicos.

No son exclusivos de la vid, pues existen muchos alimentos ricos en taninos: hojas de té, nueces, almendras, chocolate negro, canela, clavo, etc. También hay variedades de vid más ricas en taninos que otras, y conocerlas resulta muy útil a la hora de elaborar un vino, ya que bien manejados los taninos pueden afectar muy positivamente al producto final.

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Podemos hablar de taninos robustos, sólidos o bien construidos cuando son abundantes, es decir, cuando se percibe esa sensación áspera muy claramente. Sin embargo, si los taninos son apenas perceptibles hablamos de taninos menores, amorfos o sin definición. Los grandes vinos recién embotellados poseen gran cantidad de taninos. Su tacto en el paladar es seco, duro, astringente, áspero...

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Para analizar los tipos de taninos, debemos dar un sorbo y retener el vino unos 15 segundos, que es el tiempo medio necesario para que se manifiesten en su máxima expresión. Llegados a este punto, podemos determinar ante qué tipo de taninos nos encontramos. Si una vez pasado este tiempo se aprecia sequedad leve en las encías, los taninos son dulces y aterciopelados, y el vino se encuentra en su punto óptimo para ser consumido y debe beberse ya. Si aparece una sensación de sequedad y nos cuesta recuperar nuestra salivación, esto puede deberse a dos motivos: que a la dureza tánica le acompañe un aroma de madera vieja (lo que indica que se han usado barricas demasiado antiguas y colmatadas) o que esa dureza tánica vaya acompañada de ciertos recuerdos a verdor (lo que se debería a un exceso de maceración de la uva). Si, en cambio, tras 15 segundos, incluso antes, la tanicidad se vuelve ácida, salina, deja el paladar jugoso y no es necesario pasar la lengua por las encías para recuperar la salivación, decimos que los taninos se muestran sedosos y nos indican que sí estamos ante un vino con capacidad de guarda.

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Salanques 2008
D.O. Priorat
Precio: 38 €
Elaborado a partir de uvas procedentes de viñas viejas de garnacha y cariñena, y trazas de viñas jóvenes de syrah, cabernet y merlot con una doble selección en mesa, este vino presenta aromas a mermeladas de frutos rojos y cacao, y en boca es goloso, sabroso, equilibrado, con un paso denso en paladar y un final fresco. Perfecto para maridar con un arroz salvaje con setas, asados con frutos secos y cualquier tipo de rosbif.