—¿Qué significa para usted asumir la Secretaría General de la AESEG [Asociación Española de Medicamentos Genéricos] en este momento clave para el sector?
—Es un rol que asumo con gran honor y con un elevado sentido de la responsabilidad. En estos momentos el sector del medicamento genérico está experimentando grandes desafíos estructurales, pero también hay numerosas y grandes oportunidades en las que trabajar. Lo que queremos desde la AESEG es trabajar para garantizar un acceso equitativo a los medicamentos genéricos; conseguir y lograr alcanzar la sostenibilidad del sistema, y trabajar para lograr la competitividad de nuestro sector industrial.
—¿Qué medidas cree que son necesarias para garantizar la sostenibilidad del modelo de genéricos en España?
—Para contestar esta pregunta hay que poner en contexto la situación en que nos encontramos.
»Por un lado, es necesario garantizar la viabilidad del genérico porque es un agente esencial en lo que a la sostenibilidad de nuestro Sistema Nacional de Salud se refiere, ya que introduce una competitividad en el mercado. Y eso tiene como consecuencia directa, en primer lugar, que se liberan recursos que se pueden destinar en nuestro sistema a otras inversiones, o, por lo menos, al acceso a la innovación, y además que garantizan el tratamiento de un gran volumen de pacientes. Es decir, contribuyen mucho a la accesibilidad a los tratamientos.
»Desde ese punto de vista es fundamental garantizar esta sostenibilidad del genérico. ¿Y qué medidas hay que implementar o cuáles son las principales? En España tenemos una situación de estancamiento de lo que es la cuota del mercado de genéricos. En los últimos 10 años solamente ha crecido 2 puntos; ahora estamos en un 42 %, frente a un 40 % que había en 2015, cuando en los años anteriores —cuando había una serie de medidas progenéricos— ese incremento de cuota del mercado fue exponencial.
»¿Y por qué se han estancado? Precisamente porque esas medidas de fomento del uso de los genéricos han ido desapareciendo de la legislación. Entonces, respondiendo a tu pregunta, «¿qué medidas hay que adoptar para garantizar esta sostenibilidad?», pues, por un lado, tal y como hemos propuesto, garantizar una dinamización del mercado mediante un sistema de precios que hemos llamado precios dinámicos. Después, revisar la legislación para incluir, como había antes, medidas progenéricos en cuanto a la prescripción y la dispensación. En este contexto tenemos al farmacéutico comunitario, que es un agente clave. Y, en tercer lugar, medidas como, por ejemplo, revisar el umbral mínimo de precios de los medicamentos, que se definió en el año 2014 y que, desde entonces, no se ha revisado, a pesar de que, por ejemplo, simplemente el IPC interanual ha crecido desde entonces un 26 %.
»Estas son las medidas fundamentales y básicas que creemos que es necesario adoptar para garantizar esta sostenibilidad del sistema de precios genéricos.
—Tras la carta conjunta al Gobierno en relación con el Anteproyecto de Ley del Medicamento, ¿qué compromisos concretos piden al Ministerio para frenar este modelo propuesto y en qué plazos esperan respuesta?
—El comunicado común que se presentó ante el Ministerio de Sanidad cuando se publicó el Anteproyecto de Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios, fue un posicionamiento de todas las patronales que representan el sector de la industria farmacéutica, la distribución y el Consejo General de Colegios Farmacéuticos. La propuesta que contemplaba la ley era un sistema de precios seleccionados que, en nuestra opinión, amenazaba algunos puntos fundamentales, como el suministro y la estabilidad de la cadena. Se basaba en un sistema de precios ciegos que a la larga podría tener consecuencias muy negativas para todos los agentes y, por supuesto, para el paciente. Y por eso se hizo este posicionamiento común, que se presentó en abril y en el que se planteaba reconsiderar esta postura. El Ministerio ha estado muy abierto al diálogo y muy receptivo, y, concretamente, la propuesta que hemos lanzado desde la AESEG la han recibido con los brazos abiertos. Estamos trabajando con ellos codo con codo constantemente, y se trata de una propuesta que pretende dinamizar el mercado de los genéricos para que, por un lado, se liberen recursos que permitan que entre innovación, y, por otro, también beneficie a agentes de la cadena, como el farmacéutico comunitario. Si se aumentan estas cuotas de mercado, todo el mundo sale ganando, por ese motivo el sistema ha tenido una gran acogida.
—¿En qué consiste un sistema de precios dinámicos?
—El sistema de precios dinámicos pretende identificar aquellas agrupaciones homogéneas de medicamentos genéricos que están estancadas y que tienen cuotas de mercado inferiores al 50 %, y activarlas mediante bajadas de precios. Es decir, dinamizar el mercado con una especie de acuerdo precio-volumen. Se operaría fundamentalmente sobre este tipo de medicamentos que están estancados con cuotas muy bajas, y, al ir alcanzando cuotas mayores, se irían reduciendo estos precios.
»Para esto es fundamental contar con una herramienta que permita medir esas cuotas de mercado, una especie de Observatorio del Mercado de Medicamentos Genéricos, una herramienta pública y que pudiera garantizar esta transparencia y este seguimiento.
—La penetración de genéricos sigue estancada en el 41 % de unidades frente al 65 % europeo. ¿Qué KPI, o indicadores clave de desempeño [del inglés Key Performance Indicators], cuantitativos se fija la AESEG para 2026 y cómo piensa monitorizarlos?
—Estos umbrales o límites de cuotas de mercado son los que estamos trabajando en la propuesta con el Ministerio de Sanidad. La media europea está en torno al 60 %, pero hay países de la Unión Europea que tienen un 85 % de cuota de mercado de genéricos. En nuestro caso, no es tanto una cantidad fija la que nos marcamos sino un desestancar estas cuotas que están por debajo del 50 o niveles del 40; incluso en algunos de los nuevos lanzamientos es muy difícil alcanzar cuotas de mercado superiores sin la medida progenérico.
»Entonces no es tanto la cantidad sino ver que esto se va dinamizando y cuánto tiempo tarda en ir alcanzando este incremento. Por eso, no solamente hace falta este sistema, sino también un sistema que permita alcanzar mayores cuotas como una prescripción por principio activo, una dispensación preferente del genérico, e incluso lo que ya plantea el anteproyecto de ley de permitir, a voluntad de las compañías que tienen medicamentos de marca, que haya una diferenciación de precio durante un año entre el genérico y el medicamento de referencia.
—La AESEG propone subir un 20 % el precio industrial mínimo y aplicar precios dinámicos para evitar retiradas del mercado. ¿Cómo se calculará ese umbral y qué impacto prevé en la rentabilidad de la farmacia? ¿Esto se calcularía a través del Observatorio?
—El Observatorio sería específicamente para el sistema de precios dinámicos, para medir estas cuotas de mercado, y, viendo que aumentan, se bajarían los precios. Por otro lado estaría la revisión del umbral mínimo de 1,6 euros que se fijó en el año 2014; lo que hemos solicitado al Ministerio es una subida generalizada.
»Casi un 50 % están por debajo del umbral mínimo de 1,6 euros de PVP, que es un precio irrisorio; con los costes que conlleva la producción de un envase, el prospecto, todos los costes energéticos, etc., es un precio realmente muy bajo. Además, lleva sin revisarse desde hace 11 años; en ningún sector se tienen precios estancados 11 años, aunque sea la subida del IPC. Por ello, nosotros hemos pedido una subida generalizada y el Ministerio está estudiando si se va a hacer de esa forma o va a ser empezando por lo más prioritario, aquello que ponga en riesgo esta inviabilidad comercial de medicamentos esenciales para tratamientos como el de la diabetes, por ejemplo.
—¿Qué incentivos regulatorios y fiscales propone la AESEG para reforzar la fabricación de genéricos en España y blindar o reforzar la seguridad de suministro?
—El tema de la fabricación lo estamos considerando como una línea de trabajo estratégica para los próximos años, y con ello todo lo que se refiere a la política industrial. Ahora mismo, a raíz de la estrategia farmacéutica europea que puso sobre la mesa la necesidad de que en Europa reforcemos o disminuyamos la necesidad de abastecernos de medicamentos de terceros países como China y la India, se han puesto en marcha una serie de políticas industriales. En España en concreto, se están materializando en la Ley de Industria y Autonomía Estratégica con lo que se ha llamado Reserva de Capacidades de Producción Industrial, y también con la propia estrategia de la industria farmacéutica española que aprobó el Consejo de Ministros en 2014. Esto viene a fomentar el desarrollo de políticas que favorezcan la reindustrialización en España de un sector como el de los medicamentos, donde los genéricos son absolutamente fundamentales. Del listado que ha sacado la Comisión Europea de lo que se consideran medicamentos críticos —es decir, que un país tiene que tener ya no un stock, porque un stock no sería viable, pero sí una garantía de poder fabricarlo en un momento puntual ante una crisis—, el 90 % de esos medicamentos críticos son genéricos.
»La industria de genéricos es estratégica para la parte industrial, pero es que además tenemos plantas de producción. En Madrid, por ejemplo, hay una planta de producción de estériles que exporta a Estados Unidos; por lo tanto, esa línea de trabajo es estratégica y nos lo hemos marcado como un objetivo a desarrollar durante el plan que estamos trabajando para los próximos dos años.
—¿En qué proyectos concretos colaborará la AESEG con la red de farmacias en los próximos dos años?
—Al farmacéutico comunitario lo hemos identificado como uno de los agentes que son para nosotros claves, estratégicos y esenciales. Es un agente, es un colaborador natural de la industria genérica, y también está contemplado como un punto de trabajo dentro de este plan estratégico a dos años. Tenemos pendiente una reunión para colaborar con la red de farmacias de los distintos colegios.
—¿Cree que la digitalización y la innovación en el futuro del medicamento genérico van a tener alguna relevancia?
—Sí, yo creo que todo lo que es digitalización e innovación, por supuesto, van a tener consecuencias e impacto en todos los sectores. Digitalización e inteligencia artificial van a tener un rol muy interesante. Por ejemplo, en el Plan Profarma que acaba de publicar el Ministerio de Industria, la transformación digital y tecnológica son aspectos claves que se han introducido como mecanismos para obtener puntuación por parte de la industria si participa en este tipo de proyectos. Es decir, todo afectará al medicamento genérico, y al sector en general.
—¿Contempla la AESEG algún tipo de formación para mejorar la información al paciente sobre la equivalencia terapéutica de los genéricos y combatir la desconfianza que aún existe en algunos sectores?
—Que se regule con la Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios sería lo ideal, y así lo contempla el borrador, con la prescripción por el principio activo. A la hora de la dispensación se contemplan una serie de casos en los que se podría hacer una sustitución. Están los llamados medicamentos equivalentes dispensables, con los que se faculta al paciente o a su representante a poder elegir dentro de un grupo de medicamentos que va a establecer la Agencia. Ahí hemos identificado un mecanismo de colaboración con las farmacias que es fundamental, y es quién va a formar a ese paciente, porque si la ley lo establece pero no se ha recibido información clara ni formación adecuada al respecto, se carecerá de los elementos necesarios para ejercer una decisión informada.
»Esto es una línea de trabajo que también hemos identificado y que creemos que debe ir de la mano del farmacéutico comunitario.
—¿Qué legado le gustaría construir en la AESEG durante su mandato?
—Podríamos hablar de tres cuestiones. Por un lado, reforzar el papel industrial que tiene el sector del genérico en España; yo creo que somos una fortaleza en todo el sistema y que tenemos una oportunidad ahora con toda la política industrial que se abre. Hay mucho por trabajar y mucho por hacer, pero existe una gran oportunidad.
»En segundo lugar, reforzar el valor social que tiene el medicamento genérico, no solamente como una medida de ahorro o como un elemento de eficiencia, sino también porque, a su vez, contribuye a liberar espacios para que entre la innovación y para garantizar el tratamiento de unos grandes volúmenes de pacientes, es decir, una accesibilidad a los tratamientos importante.
»Y el tercer legado iría en línea con la idea de la colaboración estratégica con todos los agentes del sector. Aquí, como decía al principio, creo que es fundamental el diálogo con la farmacia comunitaria, el diálogo con los fabricantes, con la industria de principios activos. Y, por supuesto, el diálogo abierto con la Administración y ofrecernos a colaborar en todo lo que sea necesario.
—¿Qué destacaría del legado que ha dejado Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda?
—Ángel Luis ha hecho una labor encomiable durante estos 17 años. Partió de un punto en el que el genérico estaba como descentrado, y ha conseguido posicionarlo y darle una visibilidad estratégica que no es nada fácil.