Según datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER), el dolor cervical en la población española mayor de 20 años tiene una prevalencia estimada que va del 14,4 al 17,44%, y según el Dr. Francisco Gomar de la Universidad de Valencia ocupan entre el 12 y el 30% de las consultas de atención primaria*.    

En realidad, cuando se habla de «cervicalgia» no se está haciendo referencia a una enfermedad concreta, sino a la descripción de dolor en la zona cervical de la columna que puede ser debido a diferentes causas (problemas mecánicos, posturales o traumáticos, o problemas degenerativos como artrosis u osteoporosis, etc.). Se da con más frecuencia en mujeres que en hombres, debido probablemente a las tareas cotidianas y a trastornos relacionados con la menopausia (relacionada frecuentemente con problemas de artrosis u osteoporosis). El ser fumador o la exposición al tabaquismo también incrementa el riesgo de cervicalgia. Además se relaciona con el estrés psíquico. Se ha observado que la personalidad neurótica y la presencia de cuadros depresivos son factores que aumentan la posibilidad de recurrencia de dolor cervical (Côte P, 2010; Haldeman S, 2008/Página web www.fisterra.com).

En un porcentaje significativo de los casos la causa es mecánica y postural, por lo que la corrección de hábitos y posturas y el tratamiento sintomático suelen ser suficientes para resolver el problema; sin embargo, muchas veces el paciente presentará recaídas, ya que con el tiempo tiende a olvidar los buenos hábitos y vuelve a padecer el problema. Otro porcentaje significativo corresponde a problemas crónicos relacionados con artrosis de las articulaciones cervicales, diagnosticada y tratada, que se va manteniendo bajo control aunque, de vez en cuando, se manifiesta con una exacerbación del dolor. En uno y otro caso es frecuente que estos pacientes con dolor cervical (cuando no es muy intenso o incapacitante) acudan a la farmacia en demanda de «algo» para aliviar el dolor.

Sin embargo, debido a que el dolor en la zona cervical puede producirse por diversas causas o lesiones, es preciso identificar la causa concreta en cada paciente tanto para poder aplicar un tratamiento adecuado, como para evitar que el problema empeore y se cronifique.

Causas de cervicalgia

La columna cervical está formada por siete vértebras unidas entre sí. Su función principal es sostener la cabeza y permitir su movilidad. Su estructura encierra y protege la médula espinal, así como importantes nervios y vasos sanguíneos.

Las posturas inadecuadas, puntuales o repetidas (uso prolongado del ordenador, costura, hacer punto, bordar, escribir, leer, etc.), los esfuerzos, los traumatismos («latigazo cervical» tras un accidente de tráfico y otros), la tensión muscular, la ansiedad o la tensión nerviosa, el estrés, etc., pueden producir inflamación de las estructuras del cuello (articulaciones vertebrales, músculos, ligamentos, tendones, nervios...) y dar lugar a dolor y otros síntomas. Pero la cervicalgia también puede deberse a otros tipos de lesiones, y el problema subyacente puede ser una hernia discal, artrosis, espondilitis, osteoporosis, escoliosis o, más raramente, un daño estructural causado por tumores o infecciones (tabla 1).

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Tabla 1

Síntomas de cervicalgia

Los síntomas principales son: dolor localizado en el cuello o dolor en la zona cervical que se extiende a los hombros, a la cabeza o a la espalda. También pueden presentarse otros síntomas, como hormigueo, adormecimiento en los dedos de la mano, dolor u hormigueo que irradia a brazos o piernas, mareos, náuseas o disminución de fuerza en las extremidades. En caso de que se presenten los últimos síntomas referidos, el paciente debe ser remitido al médico.

Límites del consejo farmacéutico

El consejo farmacéutico se limitará a las cervicalgias con dolor leve a moderado asociado a causa mecánica o cervicalgias crónicas diagnosticadas. Ante toda consulta por dolor cervical no diagnosticado y que no pueda asociarse a un problema mecánico de mala higiene postural, el paciente deberá ser remitido al médico para su diagnóstico. Ha de tenerse en cuenta que el dolor por causas mecánicas mejora con el reposo y empeora con la actividad, que el dolor inflamatorio no mejora con el reposo y suele sentirse más durante la noche, y que un dolor constante incluso en reposo, de día y de noche, constituye una «bandera roja» que aconseja la remisión al médico.

Sin embargo, el farmacéutico también puede ayudar a aliviar el dolor de estos pacientes ofreciéndoles consejos posturales y tratamiento sintomático, advirtiéndoles, no obstante, que, aunque experimenten alivio, el problema puede subyacer y conviene que el médico realice su diagnóstico y aplique el tratamiento adecuado.

Asimismo, podrán aconsejarse medidas o tratamientos complementarios al prescrito por el médico si el paciente solicita alguna ayuda para reforzar su acción, siempre y cuando no interfieran en el tratamiento instaurado (aplicación de calor local, masajes con productos antiinflamatorios o rubefacientes, pomadas con tinturas madres homeopáticas, parches de acción local, etc.) (véase «check list»). El farmacéutico también puede impulsar actividades de educación sanitaria en su farmacia para informar a sus pacientes sobre cómo prevenir las cervicalgias y qué ejercicios puede realizar para rehabilitar y fortalecer sus cervicales.

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Check list

En todo caso, se remitirán al médico aquellos problemas que no mejoran o se solucionan en un periodo de 5 a 10 días.

Remitir siempre al médico

Deberán remitirse al médico todas las consultas en las que el paciente refiera los síntomas de alarma que se detallan en la tabla 2.

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Tabla 2

Tratamiento de las cervicalgias

Las cervicalgias leves que no están asociadas a traumatismos o enfermedad de la espalda suelen tratarse con reposo, tratamiento farmacológico (tabla 3), corrección de malas posturas y, en caso necesario, con inmovilización y ejercicios de fisioterapia.

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Tabla 3

Si el problema se debe a una distensión de los músculos y ligamentos del cuello, en la fase aguda puede estar indicado un collarín cervical para inmovilizar la zona, además de las medidas anteriormente descritas. Con el collarín se consigue una inmovilización parcial de la columna cervical (reduciendo el movimiento del cuello); además, produce una ligera tracción que ayuda a relajar la musculatura y a descomprimir los nervios. Su uso, sin embargo, es muy controvertido: no siempre está indicado, y debería ser prescrito por el médico; ha de tener una anchura adecuada para sostener el mentón sin forzar la postura, por lo que existen medidas adaptadas a las distintas longitudes del cuello; se aconseja que sea blando en el caso de cervicalgias no traumáticas, y rígido en la cervicalgias traumáticas en las que aún está pendiente de descartar una posible fractura, luxación, etc. Por otro lado, el collarín no debe usarse durante mucho tiempo para evitar que la musculatura del cuello pierda su tonicidad, y en ocasiones es aconsejable cuando la persona no puede evitar emprender un viaje, ya que mitiga las «sacudidas» vibratorias del transporte y evita la desalineación de la columna.

Para disminuir la inflamación, también puede ser útil aplicar frío en la zona, para lo que resultan muy adecuadas las bolsas de gel térmico enfriadas en la nevera o el congelador. Hay bolsas de frío instantáneo con dos compartimentos, uno con agua y otro con nitrato de amonio, de modo que, cuando se aprieta, el contenido se mezcla y produce frío.

Si el paciente ha sufrido una contractura muscular puede ser útil aplicar calor con una esterilla o una bolsa de gel térmico calentada en el microondas (alrededor de 20 segundos) o sumergiéndola en agua caliente durante 7 a 8 minutos (una vez retirada el agua del fuego). También pueden aplicarse parches térmicos o de capsaicina (sobre piel intacta, sin irritaciones ni heridas). Estas medidas relajan los músculos doloridos y aumentan la circulación de la sangre en la zona. Los masajes suaves con productos tópicos (crema, gel, espray, etc.) de acción analgésica, antiinflamatoria o rubefaciente también pueden contribuir a relajar las contracturas y a disminuir el dolor.

El tratamiento farmacológico es sintomático y está dirigido a aliviar el dolor con analgésicos (paracetamol) o con AINE (ácido acetilsalicílico, aceclofenaco, diclofenaco, ibuprofeno, etc.). Cuando es necesario relajar los músculos contraídos y la aplicación de calor no es suficiente, se indican relajantes musculares de síntesis (diazepam, tetrazepam, midazolam, metacarbamol) o fitoterápicos (valeriana o combinaciones de valeriana con otras plantas sedantes, como pasiflora o amapola de California) que rebajan el nivel de ansiedad y facilitan el descanso nocturno.

En diversos estudios se ha demostrado que la combinación de paracetamol o AINE con un complejo de vitamina B (B1, B6, B12) hace más eficaz el efecto analgésico y mejora la movilidad y la funcionalidad de la zona. Las vitaminas B1, B6 y B12 ejercen un efecto sinérgico: la vitamina B12 mantiene la integridad del sistema nervioso y promueve la síntesis de mielina1; la vitamina B6 participa en el metabolismo de los neurotransmisores neuronales, como el triptófano7, y la vitamina B1 interviene en el metabolismo de los carbohidratos y en la formación de acetilcolina10,4. Diferentes estudios han demostrado que la combinación de AINE orales con complejos de vitaminas B, en dosis terapéuticas, se asocian a un mayor alivio del dolor y a la rapidez de acción (mayor rapidez de recuperación), lo que supone una menor duración del tratamiento (mejorando así la calidad de vida del paciente), una reducción de dosis de AINE orales y, por lo tanto, una reducción de la posibilidad de que se produzcan reacciones adversas debidas a los AINE2,4,10.

A la hora de elegir un AINE tópico como piketoprofeno u otros es importante tener en cuenta la galénica del preparado, ya que puede potenciar la eficacia del preparado o no. Deberá tenerse en cuenta el tipo de lesión, la parte del cuerpo en que se ha de aplicar y el estado de la piel. Así, por ejemplo, si se trata de una contusión un gel con efecto frío contribuirá a aliviar la inflamación y el dolor; en zonas de acceso difícil o con vello estará más indicado un aerosol; y en el caso de una contractura las cremas con efecto calor ayudarán a la relajación de la musculatura y darán mayor sensación de alivio.

En el dolor cervical crónico, el tratamiento con complejo vitamínico (B1, B6, B12) refuerza el sistema nervioso y muscular y ayuda a reducir las recaídas.

La almohada que se utiliza en la cama no debe ser alta. Existen almohadas específicamente diseñadas (almohadas cervicales) para mantener el cuello y la cabeza en alineación con la columna vertebral, lo que reduce la presión sobre el cuello y facilita el descanso. Suelen recomendarse principalmente en caso de artrosis cervical. Los almacenes mayoristas disponen de varios modelos, con registro de Producto Sanitario de clase I.

La cirugía solo se utiliza cuando es necesario reducir la presión en la médula espinal o en las raíces nerviosas, cuando el dolor se debe a una hernia discal o a un estrechamiento del canal vertebral, o cuando una fractura o luxación ocasiona una inestabilidad vertebral.

Prevención

En el caso de dolor cervical crónico de origen postural, los ejercicios fisioterápicos pueden ayudar a aliviar el dolor y a corregir los problemas posturales que lo provocan o agravan. Como prevención, estos ejercicios resultan muy útiles para fortalecer la musculatura que soporta la columna cervical y, junto con la reeducación postural, prevenir posteriores episodios.

El tratamiento con complejo vitamínico (B1, B6, B12) en las cervicalgias crónicas refuerza el sistema nervioso y la musculatura, lo que ayudará a prevenir las recaídas.

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Cuadro

Bibliografía

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2. Bruggemann G, et al. Results of a double-blind study of diclofenac+ vitamin B1, B6, B12 versus diclofenac in patients with acute pain of the lumbar vertebrae multicenter study. Klin Wochenschr. 1990; 68(2): 116-120.

3. Carsi Lluch B. Dolor Cervical o Cervicalgia. Disponible en: http://www.netdoctor.es/XML/verArticuloMenu.jsp?XML=000288

4. Kuhlwein A, et al. Reduced diclofenac administration by B vitamins: results of a randomized double-blind study with reduced daily doses of diclofenac (75 mg diclofenac versus 75 mg diclofenac plus B vitamins) in acute lumbar vertebral sindromes. Klin Wochenschr. 1990; 68(2):107-115

5. López S, Luján D, Osorio RL. Cervicalgia y dorsalgia. Guías Clínicas Fisterra. Disponible en: http://www.fisterra.com/guias-clinicas/cervicalgia-dorsalgia/

6. Ortega JL, Neira F. Diagnóstico diferencial de las cervicalgias. Disponible en: http://www.intramed.net/UserFiles/DOLOR5VOLIII1.pdf

7. Reyes-García G, Medina-Santillán R, Flores-Murrieta FJ, Caram-Salas NL, Granados-Soto V. Analgesic effects of B vitamins: A review. Current Top Pharmacol. 2006; 10(1): 1-31. Disponible en: http://www.ligareumatologicaasturiana.com/

8. Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Dolor cervical. Consejos de salud para el dolor cervical. Disponible en: http://www.secot.es/content/dolor-cervical

9. Sociedad Española de Reumatología. Disponible en: http://www.ser.es/index.php

10. Vetter G, et al. Shortening diclofenac therapy by B vitamins. Results of a randomized double-blind study, diclofenac 50 mg versus diclofenac 50 mg plus B vitamins, in painful spinal diseases with degenerative changes. Z Rheumatol. 1988; 47(5): 351-362.

*La Unión de Mutuas y la Universidad de Valencia exponen los avances en diagnosis, cirugía y tratamiento del dolor cervical en la siguiente dirección electrónica: http://www.noticiasmedicas.es/medicina/noticias/3605/1/

 

CASO PRÁCTICO

Cervicalgia

Margarita (paciente de 35 años) trabaja en un «call center» (centro de llamadas) y pasa todo el día al teléfono delante del ordenador, haciendo y recibiendo llamadas de clientes y delegados de ventas. Reconoce que su trabajo, aunque le gusta, es estresante, y ocasionalmente tiene molestias cervicales al acabar la jornada, que generalmente desaparecen tomando un analgésico y que el médico ha diagnosticado como cervicalgia mecánica. Sin embargo, el sábado por la mañana acude a la farmacia porque el día anterior por la tarde tuvo un dolor agudo en la zona cervical izquierda que se produjo al mirar hacia un lado mientras tecleaba en el ordenador. El cuello se le puso rígido, y el dolor se extendió hacia la escápula, por lo que no pudo seguir trabajando y se tuvo que ir a casa. Reposando y tomando un paracetamol ha mejorado poco, y aún tiene rigidez de cuello y la escápula contracturada. Nos pide consejo y ayuda hasta el lunes, en que visitará de nuevo a su médico.

Tratamiento e higiene postural

Dado que el dolor parece asociado a inflamación, para calmarlo puede aconsejarse un AINE en lugar del paracetamol. También se le recomienda combinar el tratamiento de paracetamol o AINE con un complejo vitamínico (B1, B6, B12), que administrado por vía oral en tratamiento combinado ha demostrado que potencia el efecto analgésico y mejora la movilidad y la funcionalidad. La mayor rapidez de acción y el mayor alivio obtenido con estas combinaciones acortarán la duración y las dosis del tratamiento con AINE, con lo que se reducirá el riesgo de aparición de efectos adversos. Además, con ello se reducirá la posibilidad de aparición de recaídas por la actividad diaria. En todo caso deben tenerse en cuenta los posibles efectos adversos, contraindicaciones e interacciones de los tratamientos recomendados.

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Para aliviar la contractura y la rigidez conviene relajar la musculatura, por lo que como coadyuvante puede recomendarse valeriana (o un producto de valeriana combinado con otras plantas sedantes) mañana, tarde y noche, lo que también le facilitará el descanso nocturno y rebajará el estrés (que es causa de aumento de tono muscular y dificulta la desaparición de las contracturas). También como coadyuvante puede recomendarse calor local (con una esterilla o una bolsa de gel térmico caliente) y realizar un masaje suave con un gel o crema antiinflamatoria tres veces al día para aliviar la contractura. Otra alternativa es la aplicación de parches térmicos a base de hierro, carbón, agua y sal, que se calientan cuando entran en contacto con el oxígeno del aire, o de parches de capsaicina para reducir la sensación de dolor.

Como los episodios son repetidos, se le sugiere la conveniencia de cambiar su almohada (que reconoce que es un poco alta) por una almohada cervical para mantener el cuello y la cabeza alineados con la columna vertebral y reducir la presión sobre el cuello.

Al mismo tiempo, se le ofrece oportuna información sobre corrección de hábitos, y se revisa con la paciente su postura delante del ordenador (figura).

FICHA PARA EL PACIENTE

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