Las dificultades de una farmacia del Pirineo navarro

La farmacia rural está en boca de todos. De demasiados, seguramente. En este artículo intentaremos ponerla en el sitio justo. En las palabras de una farmacéutica rural de verdad.

Las dificultades de una farmacia del Pirineo navarro
Las dificultades de una farmacia del Pirineo navarro

Aribe es un municipio de Navarra en el valle de Aezkoa. El censo del municipio es de 41 habitantes, y el del valle de 873 repartidos en nueve pequeños municipios que, además de Aribe, son: Abaurrea Alta, Abaurrea Baja, Aria, Garayoa, Garralda, Villanueva de Aézcoa, Orbaiceta y Orbara (figura 1). A pesar de su escasísima población, que disminuye aún más en los meses de invierno, el municipio es un enclave importante en una zona de abrupta geografía. Está situado en un cruce de caminos y concentra diversos servicios, lo que lo convierte en un centro neurálgico del valle. Pertenece a la Zona Básica de Salud de Burguete, que, junto a las de Salazar y Roncal, pertenece al Pirineo, y, con otras diez zonas más, está considerada de «Especial Actuación» en la Ley Foral de Atención Farmacéutica. En los demás pueblos del valle, a excepción de Aria, hay consulta médica y ATS una vez a la semana.

Figura 1 Un dia en

M.ª Carmen de Carlos Iriarte es la farmacéutica de Aribe desde hace 30 años. Acabó sus estudios de la licenciatura en la Universidad de Navarra en el año 1980, y después de 8 años en los que tuvo diversos trabajos, realizó sustituciones en diversas farmacias y también aprovechó para ampliar sus conocimientos de farmacia y de inglés, en junio de 1988 abrió la farmacia en Aribe. Hasta que ella llegó, el pueblo no disponía de farmacia y era atendido por un botiquín que dependía de la farmacia de Burguete, lo que ha representado un aumento de las horas de atención al público notable. La farmacia está ubicada en un local de unos 70 m2, en los bajos de una casa situada junto a la carretera que va a Burguete. «No he recibido ninguna ayuda para establecer la farmacia, el Ayuntamiento es pequeño y no dispone de recursos», explica M.ª Carmen.

A pesar de las dificultades que le imponen sus condiciones especiales de trabajo, intenta mantener sus conocimientos actualizados. «Después de acceder a la titularidad de mi farmacia –comenta– he continuado formándome en diversos campos de la profesión. El último diploma que he obtenido ha sido el emitido por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos del curso online sobre elaboración de sistemas personalizados de dispensación.» Para poder implantar este servicio, también se necesita formación específica en informática y hacer alguna instalación, lo que requiere tiempo y recursos. «A los farmacéuticos con farmacias como la mía no nos lo ponen nada fácil, porque el tiempo y los recursos escasean», afirma M.ª Carmen.

M.ª Carmen no es farmacéutica por tradición familiar. Estudió farmacia impulsada por la atracción que ya de muy joven tenía por las Ciencias de la Salud. «También hubiera podido estudiar Medicina, pero la descarté porque me parecía una carrera muy larga», explica. Su proyecto profesional empieza y acaba exclusivamente en su propia trayectoria: «No tengo descendientes que vayan a continuar con la farmacia». Sin embargo, a ella le gustaría que el servicio farmacéutico continuara en su población y está convencida de que, para que la continuidad sea posible, deben tomarse medidas urgentemente.

M.ª Carmen va a ser la farmacéutica de Aribe de principio a fin. «La de Aribe fue mi primera farmacia y no tengo previsto cambiar de farmacia.» Su objetivo actual es poder llegar a la jubilación manteniendo la farmacia activa. «Este objetivo –razona– es posible si el Gobierno de Navarra nos ayuda. La viabilidad de las farmacias como la mía se ha visto muy comprometida por la bajada continua del precio de los medicamentos, la falta de implantación de nuevas empresas en la zona, la despoblación de estos territorios y los recortes en los márgenes.»

16 EF569 UN DIA EN LA FARMACIA 2Precariedad y farmacia rural
La farmacia de Aribe y las que como ella están ubicadas en zonas rurales con escasa población requieren de un gran esfuerzo y dedicación para poder ofrecer una buena calidad de servicio. «Mantengo la apuesta por una oferta de horarios amplia por la mañana y por la tarde, por la coordinación y la relación fluida con el resto de profesionales sanitarios de la zona, y por un abastecimiento amplio y rápido de medicamentos y demás productos sanitarios que, en mi caso, sólo es posible gracias a la gran eficiencia de la distribución farmacéutica cooperativa», puntualiza.

El 80% de su facturación proviene de las dispensaciones de medicamentos recetados por el médico de la sanidad pública, que visita regularmente en el consultorio del pueblo 3 días a la semana, aunque a menudo, al ser Aribe el centro del valle, esta frecuencia aumenta. El Centro de Salud está en Burguete. M.ª Carmen asume que su esperanza de crecimiento «es lo que pueda generar un aumento del turismo, y para eso es necesario que las Administraciones lo promuevan e inviertan en infraestructuras».

«Las farmacias del Pirineo –explica– tenemos una problemática común, en el fondo económica, que se genera por una confluencia de factores diversos, como son: la despoblación, la falta de personal dispuesto a trabajar en la zona, la dispersión geográfica y una orografía compleja que dificulta la movilidad». Sin embargo, y aunque existe este escenario común, M.ª Carmen está preocupada por la dificultad de encontrar posiciones firmes y criterios consensuados: «Cada uno tenemos nuestra problemática concreta y es difícil incluso encontrar fecha para poner las cuestiones en común».

La farmacia de Aribe tiene los problemas propios de la farmacia rural de pequeñas dimensiones. «Si tuviera que destacar dos puntos débiles de mi farmacia, serían los siguientes: la falta de disponibilidad de tiempo para actividades de formación y la dificultad para encontrar personal de sustitución.» Los horarios en los que se imparten los cursos, ya sea en el Colegio o en la Cooperativa, son incompatibles con los que tiene en la farmacia. «He propuesto en diversas ocasiones que impartan cursos los sábados por la mañana, pero no he recibido respuesta», aclara.

La escasez de suplentes que quieran trabajar en pueblos de la periferia de Navarra endurece de forma importante la exigencia y dificulta la posibilidad de realizar descansos y vacaciones; para encontrar solución a esta situación, apuesta por la implantación de incentivos profesionales. «La Ley Foral de Atención Farmacéutica debería introducir alguna modificación para que, a la hora de autorizarse una oficina de farmacia, cuente el tiempo de ejercicio en pueblos», propone.

En la mayoría de las farmacias de características similares a la que M.ª Carmen tiene en el Pirineo navarro, el titular trabaja solo. «No tengo empleados, por lo que todas las tareas y responsabilidades recaen en mi persona.» En Navarra esta situación no es excepcional; en la actualidad, el 13% de las farmacias están clasificadas como de Viabilidad Económica Comprometida, aunque no todas las de este grupo son rurales, también las hay en poblaciones urbanas.

Al estar sola en la farmacia y con un horario partido, en un pueblo céntrico pero muy pequeño, no le queda mucho tiempo libre. «Alguna vez he participado en algunas campañas sanitarias organizadas por el COF de Navarra, pero no en todas las que me hubiera gustado», se lamenta.

Su farmacia no está especializada en alguna actividad o área en concreto. «Mi farmacia es un centro de consulta y asesoramiento sanitario; en algunos temas de salud y de productos relacionados con ella me consultan antes de ir al médico.»

«Para una farmacia con un solo empleado que es el propio titular –explica M.ª Carmen–, resulta muy difícil afrontar con éxito los nuevos retos de la farmacia comunitaria: realizar el servicio personalizado de dosificación (sistema personalizado de dosificación [SPD]), seguimiento farmacoterapéutico, visitas a domicilio..., y todo sin una regulación en los honorarios, cuando los precios de los medicamentos bajan continuamente, con guardias no remuneradas y recortes como la aplicación del RDL 8/2010 de deducción en las compras de medicamentos.» Tener una facturación baja no significa tener una carga de trabajo también baja. «Los precios de los medicamentos más habituales han llegado a extremos que rayan lo ridículo; no se trata de añadir más trabajo para justificar un sueldo digno», puntualiza.

La receta electrónica se ha desplegado completamente en Navarra y también en la zona. «Tengo presencia en Internet, pero en lo más elemental». El correo electrónico (m.decarlos@nafarco.es) es su medio de comunicación preferente, así como el teléfono.

16 EF569 UN DIA EN LA FARMACIA 3Acciones para la supervivencia
M.ª Carmen está convencida de que la viabilidad futura de su farmacia depende de factores externos, de organismos como el Gobierno de Navarra y de los representantes de la zona, y propone diversas actuaciones y cambios para asegurar esta supervivencia:

Pagar las guardias a farmacias desfavorecidas ubicadas en zonas básicas de salud de «Especial Actuación».

Eliminar el RDL 8/2010 de deducción en las compras de medicamentos, empezando por las farmacias más vulnerables y necesarias.

Actualizar el baremo de las farmacias con viabilidad económica comprometida (VEC) para percibir ayudas y, para este fin, que los medicamentos de PVP superior a 143,04 euros computen sólo hasta esa cantidad, ya que a partir de esa cantidad no existe ningún beneficio marginal en ese medicamento. Se puede dar el caso de farmacias con facturaciones superiores a 200.000 euros/año, por lo que no tienen derecho a subvención, y en cambio no tener ningún margen en una parte significativa de esa facturación.

Contabilizar la experiencia en pueblos a la hora de autorizar una oficina de farmacia en Navarra.

M.ª Carmen también tiene propuestas para la promoción del turismo de la zona con el objetivo de crear nuevos puestos de trabajo y aumentar el número de visitantes, como la mejora del acceso a la Selva de Irati y de los servicios para sus visitantes; el impulso y la promoción del Recinto de la Real Fábrica de Municiones de Orbaizeta, una muestra de arqueología industrial de notable interés; o el de los varios hórreos edificados en el valle de Aézcoa.

Futuro
Cuando preguntas por el futuro de la farmacia a M.ª Carmen, contesta con la misma clave que ella ha conocido durante 30 años: «Si no se toman medidas, veo que la farmacia rural pequeña tiende a desaparecer, como la mayoría de los comercios de los pueblos. Muchos ponen cara de preocupación por la despoblación de estos pueblos –añade–, pero no hacen nada para evitar la disminución de servicios. Lo que deben hacer es crear puestos de trabajo para corregir el desequilibrio». En un mundo competitivo en el que todo está condicionado por la eficiencia y la competitividad, su opinión suena con contundencia: «Fomentar la competencia en farmacias como ésta es hundirlas en la miseria. Lo que necesitamos es apoyo». Tampoco cree que la solución sea sustituir farmacias por botiquines dependientes de farmacias cercanas cuando alguna se cierra. «Los botiquines –opina– no realizan guardias y tienen un horario de atención al público escaso. Ni la población autóctona ni el turismo lo aceptaría con satisfacción.»

M.ª Carmen es una luchadora nata; no ha dejado, junto con otros farmacéuticos de la zona, de presentar escritos solicitando soluciones al Colegio Oficial de Farmacéuticos, al Gobierno de Navarra, al Consejo de Salud de la zona, a la Mesa del Pirineo (representantes del Pirineo administrativo). Incluso acudió en persona con David García Navarro –que es titular de la farmacia de Valcarlos de la Zona Básica de Salud de Burguete, con quien comparte problemática y reivindicaciones– a la Ponencia del Pirineo, que está compuesta por los distintos partidos políticos del Parlamento Foral, y han visitado también al director general de Salud, que los recibió y ofreció la creación de una comisión que analizara la problemática. «A día de hoy, no hemos visto aún ningún resultado.» Una constatación que no la lleva a mostrar ningún tipo de victimismo y que refuerza, más si cabe, su firme voluntad de reivindicar la imperiosa necesidad de adoptar las medidas que ella, y muchos como ella, necesitan para que sus farmacias sean sostenibles.

Los amarillos, ocres y rojos cobrizos van estampando el monte, y el hayedo de Irati se prepara para el duro invierno, un invierno más en el que la farmacia de Aribe continuará abierta con M.ª Carmen allí, al pie del cañón.

Destacados

Lo más leído