¿Qué es una gastroenteritis?

La gastroenteritis aguda es un cuadro clínico que se caracteriza por una diarrea de comienzo brusco, un aumento de las deposiciones y a menudo con vómitos, fiebre y dolor abdominal. Recientemente la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica y la Sociedad Europea de Enfermedades Infecciosas Pediátricas (ESPGHAN/ESPID) han definido la gastroenteritis como una reducción de la consistencia de las evacuaciones (líquidas o semilíquidas) y/o un incremento en la frecuencia de las mismas (por lo general ≥ 3 en un día), pudiéndose acompañar de fiebre o vómito. Se suele resolver en menos de 7 días y no más de 14 días. En lactantes alimentados únicamente con leche, el número de deposiciones normales suele ser > 3 (hasta 8).

¿Cuáles son las complicaciones de una gastroenteritis?

La mayoría de las gastroenteritis son procesos autolimitados y de corta duración que se resuelven sin ningún tipo de complicación. No obstante, en los niños pequeños y si no se interviene a tiempo, las principales complicaciones son: a) la deshidratación causada por la diarrea o los vómitos que puede llevar a los niños a un estado letárgico, shock y muerte y b) la afectación nutricional producida por la menor ingesta alimentaria y la malabsorción de nutrientes. Además, algunos patógenos pueden ser enteroinvasivos y provocar septicemia.

 

¿Cuáles son los microorganismos más frecuentes que producen gastroenteritis en niños?

Las gastroenteritis pueden tener un origen infeccioso (virus, bacterias y parásitos) y no infeccioso (intoxicaciones, alergias o intolerancia alimentaria, fármacos). Las causas varían dependiendo de las zonas geográficas, condiciones de salubridad y de la época del año, pero con diferencia, la causa más frecuente es la infección por virus: Rotavirus (10-35%), Norovirus (2-20%) y Adenovirus (2-10%). Entre los agentes bacterianos destacan: Campylobacter (4-13%), Salmonella (5-8%), E. coli enteropatogénica (1-4,5%), Yersinia (0,4-3%) y Shigella (0,3-1,4%). Las gastroenteritis de origen parasitario son poco frecuentes en España y suelen ser provocadas por Giardia lamblia.

 

¿Se pueden prevenir las gastroenteritis?

Las gastroenteritis son mayoritariamente una enfermedad infecciosa que se transmite persona a persona por contacto directo (oral-fecal). Por tanto, las medidas profilácticas van encaminadas a interrumpir la transmisión y a incrementar las tasas de vacunación frente a rotavirus en lactantes y de fiebre tifoidea y cólera cuando se viaje a zonas endémicas.

Las medidas higiénicas son básicas para prevenir las infecciones: lavado de manos, evitar consumir carnes y pescados crudos, cocción correcta de los alimentos, lavado de frutas y verduras, consumir alimentos tratados o manipulados higiénicamente, conservar adecuadamente los alimentos, etc. La limpieza debe ser muy exhaustiva sobre todo al cambiar los pañales, asear a los niños y antes de las comidas.

 

¿Cómo se tratan las gastroenteritis?

El objetivo principal del tratamiento de las gastroenteritis es prevenir la deshidratación y la recuperación nutricional. Por tanto, el tratamiento de primera elección es la administración de las soluciones de rehidratación oral (SRO). En la tabla 1 se incluye la composición de las SRO recomendadas por la ESPGHAN y la OMS.

El tratamiento farmacológico debe restringirse a determinadas situaciones.

Los antiinfecciosos sólo deben utilizarse en determinadas infecciones por Shigella, Vibrio cholerae, Entamoeba histolytica, Giardia lamblia, E. coli enterotoxigénico o enteropatogénico y Campylobacter en sus formas disentéricas. También puede ser necesario en casos de recién nacidos, niños desnutridos o con disfunciones inmunológicas, siempre bajo prescripción médica.

Los fármacos antidiarreicos y antieméticos no se consideran necesarios y en algunos casos están contraindicados, pero puede considerarse el uso de racecadotrilo (prescripción médica), ya que puede reducir la duración y el número de evacuaciones de la gastroenteritis.

Los probióticos son un tratamiento coadyuvante eficaz contra la diarrea. Las cepas que han demostrado mayor eficacia son Lactobacillus GG y Saccharomyces boulardi.

Desde el punto de vista del farmacéutico es muy importante aportar consejos sobre el tipo de alimentación, desterrando falsos mitos nutricionales, identificar el grado de deshidratación e instaurar precozmente la rehidratación con SRO.

 

Tratamiento no farmacológico

– Utilizar SRO ajustadas a la formulación de la ESPGHAN/OMS.

– No recomendar la administración de bebidas isotónicas, gaseosas, etc. de uso habitual en lugar de las SRO

– Recomendar la alimentación precoz una vez rehidratado el niño. No es necesario el reposo intestinal.

– Se debe mantener la lactancia materna en niños con gastroenteritis.

– La mayoría de los niños alimentados con formulas infantiles pueden realimentarse sin necesidad de diluir la leche.

– Recomendar la reintroducción de una dieta completa, evitando alimentos con alto contenido en azúcares elementales. Pueden tomarse hidratos de carbono complejos (trigo, arroz, patatas, pan, cereales), carnes magras, frutas, verduras. Sin embargo, no es necesaria la utilización de dietas altamente restrictivas o a base de alimentos altamente astringentes (arroz, manzana, pollo, zanahoria, pera).

– Tampoco se recomienda la administración de zumos con alto contenido en azúcares, ni bebidas con plantas (menta, anís) o utilizadas por deportistas.

– Se pueden recomendar productos a base de probióticos, principalmente, con Lactobacillus GG, S. boularii o Bifidobacterium lactis

– En países en vías de desarrollo, la OMS recomienda el tratamiento con cinc.

 

Criterios de derivación al médico

Niños que presenten alguna de las siguientes sintomatologías:

• Menores de 6 meses.

• Sangre o pus en las heces (heces negras).

• Fiebre elevada (38 ºC).

• Deshidratación notoria (vértigo, mareo, diuresis reducida, falta de elasticidad de la piel).

• Dolor abdominal que no desaparece después de una defecación.

• Diarrea que no mejora en 5 días (2 días para un bebé) o empeora.

• Vómitos durante más de 12 horas (en recién nacidos tan pronto como comiencen los vómitos o la diarrea).

• Repetición frecuente de cuadros diarreicos.

• Haber viajado recientemente a un país extranjero y presentar diarrea.

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