Un vaso de agua. En verano, en las vacaciones de verano, bajo la tremenda presión solar de divertirse obligatoriamente todos los días en lugares predeterminados, son las cosas más sencillas las que nos sirven de consuelo.
Hablar de dinero denota, además de mal gusto, creer que con trampas viejas se cazan zorros jóvenes. Antes se sabía que un millón de pesetas pesaba un kilo, ahora nadie se ha molestado en pesar un millón de euros porque el dinero no pesa, pasa.