Workshop Microcaya: tecnologías d[e] análisis y capacitación como ejes fundamentales en los servicios profesionales de la oficina de farmacia.

La jornada se articuló entorno a tres mesas especializadas de debate. En primer lugar, se desarrolló la mesa de «Dermoanálisis», en la cual Gema Herrerías habló de la trascendencia de protocolizar el servicio: «Para ofrecer un servicio de calidad debe estar protocolizado y ofrecido por un profesional formado y actualizado. El uso de las tecnologías de análisis de piel y anejos cutáneos nos permite no solo una mejor determinación del estado de salud cutáneo, sino también un seguimiento de los pacientes». Virginia Barrau presentó un proyecto dirigido al cuidado dermocosmético del paciente oncológico y compartió su experiencia en la integración del analizador Multidermascope 1000 para conocer el estado de la piel y poder hacer un correcto asesoramiento en la rutina diaria y de los hábitos dermosaludables, tanto en piel sana como en pieles que tengan afección dermatológica. Pablo Naranjo abogó por la colaboración médico-farmacéutico e insistió en la falta de sensibilización poblacional en torno al cuidado de la piel y la prevención de enfermedades cutáneas.

La segunda mesa redonda, bajo el título «Análisis de la Composición Corporal y Bioimpedancia», estuvo integrada por Teresa Bonnin, Yolanda Pontes y Toscana Viar, todas ellas farmacéuticas y nutricionistas. En esta mesa se trató el servicio de nutrición en farmacia comunitaria desde diferentes enfoques, si bien en las tres intervenciones se resaltó la importancia del análisis de la composición corporal como base de toda intervención nutricional. «El IMC solo relaciona el peso con la talla. Es necesario conocer la masa muscular y la cantidad de grasa. Para ello utilizo InBody, que para mí es una herramienta imprescindible» señaló Yolanda Pontes, quien además hizo hincapié en la importancia del papel del farmacéutico en la educación nutricional de un modo sencillo y pragmático. Por su parte, Teresa Bonnin compartió su experiencia en la creación de una marca propia en un espacio diferenciado de la farmacia. Contar con un equipo especializado, tecnología de análisis adecuada y un plan de fidelización, fueron, según afirmó, sus claves del éxito. Por último, Toscana Viar aportó su conocimiento en nutrición deportiva, resaltando la necesidad de conocer la contribución del porcentaje de grasa corporal y masa musculo-esquelética de forma segmental, a través del analizador de composición corporal InBody, para poder fijar objetivos individuales en la dieta.

La mesa de «Análisis de riesgo cardiovascular» contó con la presencia de los farmacéuticos Sonia Sáenz de Buruaga y Guillermo Estrada, que compartieron sus experiencias en la detección precoz del RCV desde la farmacia. El análisis de AGEs (Productos de Glicación Avanzada) fue el eje central de la ponencia de Sonia Sáenz de Buruaga, quien aseguró que «también es posible hacer investigación desde la farmacia». Guillermo Estrada presentó el estudio que el COF de Toledo pondrá en marcha en distintas farmacias de esta ciudad, dirigido a detectar problemas cardiovasculares.

La ponencia final, de la mano de Carolina García-Barroso, aportó una visión holística de la situación actual de la oficina de farmacia y los factores influyentes en su futuro, proponiendo la interconexión de los servicios farmacéuticos con el fin de ofrecer una intervención global, completa y personalizada a los pacientes.