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  • Septiembre, vuelta al curso

Es de suponer que en todas partes cuecen habas, al menos eso dice la tradición, y no es aconsejable enfrentarse a las tradiciones (que se lo pregunten a Galileo si no), pero lo cierto es que la voluntad del sector de ser específico y especial es paradigmática; una supuesta especificidad del sector de las oficinas de farmacia sobre la que con tradicional frecuencia escribimos.

Una característica de esa especialidad es una elevada tendencia a la búsqueda de profetas. No creemos que esa necesidad casi compulsiva esté sustentada en un interés mayúsculo por lo que está por venir, sino en la necesidad de escudriñar en los mecanismos que pueden permitirle mantener precisamente esa especificidad.
Todos los sectores, al igual que los individuos, tienen su propia psicología colectiva y esa psicología no es buena ni mala por definición. Sencillamente es la que es. Es bastante evidente que el sector tiene una psicología conservadora y es normal que así sea. Hay mucho y bueno que conservar. Por eso, el sector busca permanentemente profetas que le den garantías, aunque sólo se trate de un milagroso bálsamo reparador, de que las cosas van a continuar razonablemente igual. Aunque haría bien en no confiar sólo en la confortabilidad de los aromas dulces del Tolú.
La frialdad de los datos muestra una clara tendencia al estancamiento de la factura de medicamentos dispensados en oficinas de farmacia financiados públicamente, un ligerísimo incremento de las unidades dispensadas fruto del aumento de los usuarios compensada por la desprescripción de diversas moléculas, la consolidación del copago como mecanismo de control de la factura, un aumento de prescripción de medicamentos no financiados para el cuidado de síndromes menores, un incremento del porcentaje de EFG dispensados, una disminución del precio medio de la receta, un incremento exponencial de la factura de medicamentos de uso ambulatorio dispensados fuera de la farmacia, una dificultad evidente para incorporar nuevos productos y servicios a la oferta, una desigualdad creciente entre tipologías de farmacia, un incipiente incremento del mercado del autocuidado de la salud y la entrada de nuevos actores que compiten en este segmento. A grandes rasgos eso es lo que hay. Los profetas continuarán esparciendo cálidas profecías, pero los que prefieren las realidades saben que lo único cierto es que el frío del invierno está a las puertas y lo importante es escoger el mejor combustible para tener la mejor calefacción que permita llegar en las mejores condiciones al próximo verano, que llegará. Seguro.

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