Sí, ya lo sé, no hace falta que me des más datos. No me cuentes que con el seguimiento farmacoterapéutico se ahorra mucho dinero, ya lo sabemos. Por cierto, los datos que manejas están anticuados. Por cada dólar invertido en estos servicios no se ahorran cuatro, sino mucho más. Nuestros técnicos, compañeros tuyos, por cierto, me han traído datos más recientes: la relación es uno a diez, aún más rentable. Es verdad, invertir en vosotros sería un gran negocio.
Vaya pregunta que me haces. ¿Que por qué no implantamos estos servicios si en otros lugares se ha demostrado este ahorro? Verás, nuestro sistema sanitario es público, mientras que el de Estados Unidos es privado. Allí hay una gran presión por dar beneficios a los accionistas de las aseguradoras, y porque éstas tengan herramientas de diferenciación para ganar clientes... allí todo es más fácil. Aquí los clientes nos los ganamos cada cuatro años, en las elecciones, y esos clientes deciden por otras cosas mucho más importantes.
Disculpa, quizá me haya explicado mal. No es que la sanidad no sea importante. Sí, claro, la salud, la educación, las pensiones, la corrupción de los jefes, el paro... Aquí la gente decide por otras cosas, y no por un tema del que sólo sois conscientes unos cuantos de vuestra profesión. ¿Cuántos sois, mil, dos mil? Aunque fueseis todos, eso es nada. Además, no tenéis buena fama, eso tú ya lo sabes. Ahora la gente está un poco más sensibilizada con vosotros por los problemas de pagos, pero durante los últimos años la imagen que habéis dado era que ganabais mucho dinero. Implantar algo en el sistema sanitario que provenga de los farmacéuticos, un tema en el que hay poca o ninguna sensibilización y que toca en el ego de los médicos, es bastante complicado. Los clientes que nos va a dar esto son pocos o ninguno. Si acaso viene bien para que los jefes os regalen el oído, pero nuestros clientes lo que nos piden son más farmacias y menos gasto farmacéutico.
Sí, gasto farmacéutico, no me mires así. Para eso estoy aquí y para eso me pagan. El gerente, que es economista, es lo que quiere. Y no le cuentes historias. Yo ya lo intenté y me dijo eso de zapatero a tus zapatos, que de las nuevas tecnologías ya se encargaba otro departamento. Y las nuevas tecnologías son aquellas que pueden dar minutos en los medios. Te lo digo aquí porque me caes bien, pero negaré en otro lugar lo que te digo: nos interesa más salir en una rueda de prensa con un paciente con trasplante múltiple que con cualquier otra noticia de atención primaria. La atención primaria no vende, y vosotros, perdona que te diga, menos todavía.
Aquí las cuentas se hacen de otra forma. ¿Que la atención farmacéutica ahorra ingresos hospitalarios? Disculpa, pero ése es otro epígrafe. ¿Que la atención farmacéutica ahorra bajas laborales, disminuye costes sociales? Eso no es que sea otro epígrafe, es que es otra Consejería. Mientras las cuentas las hagamos como nos las obligan a hacer ahora, hay poco que hacer.
No, no te digo que renuncies, pero estos tiempos son malos para estas cosas. Por mucho que ahorres. No sé si te gusta la historia, pero ahí puedes encontrar muchas respuestas a lo que pasa en este país. La península ibérica fue la primera en ser invadida por Roma y la última en romanizarse. Eso te lo digo porque sé que vosotros habéis sido pioneros en Europa con los temas de atención farmacéutica.
Pero no te desanimes. Algún día se le dará la vuelta a la tortilla y saldrá el sol, como tú dices. Y ten por seguro que, como siempre, a los que perdisteis la vida en estas batallas os erigirán una estatua, citarán frases que nunca pronunciasteis y os venerarán como santos. Ya sabes cómo somos por aquí. Este no es país para vivos.