SEFAC se posiciona en contra de la venta de los cigarrillos electrónicos en farmacias

La Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) ha emitido un comunicado en el que se manifiesta contraria a la posibilidad de que los cigarrillos electrónicos puedan adquirirse en las farmacias comunitarias, tal como se recoge en el proyecto de Real Decreto por el que se regulan la fabricación, presentación y venta de productos del tabaco y los productos relacionados, que ha publicado el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y que está en periodo de alegaciones.

SEFAC se posiciona en contra de la venta de los cigarrillos electrónicos en farmacias
SEFAC se posiciona en contra de la venta de los cigarrillos electrónicos en farmacias

SEFAC considera, al igual que otras sociedades científicas, «que el cigarrillo electrónico no puede considerarse en estos momentos un producto recomendable como terapia para la cesación tabáquica». En el comunicado recuerda que faltan estudios que avalen tanto su efectividad como la completa inocuidad de sus componentes, sobre los que, dice, no hay información suficientemente transparente, y añade que organismos como la OMS no permiten publicitar este producto como instrumento para dejar de fumar, al margen de que perpetúa el hábito mano-boca, lo que puede dificultar el abandono del tabaquismo.
En opinión de SEFAC, el hecho de que en el proyecto de real decreto se incluya un artículo (32) dedicado a la vigilancia de reacciones adversas, sin que el cigarrillo electrónico tenga consideración de medicamento, refleja la falta de garantías que ofrece este producto de consumo para combatir el tabaquismo. Asimismo, destaca que el proyecto de real decreto «prohíbe cualquier promoción o publicidad sobre este producto como elemento para dejar de fumar o sobre su inocuidad, lo que debería servir también para evitar su comercialización en las farmacias, que son establecimientos de salud».
Por todo, SEFAC considera que «el cigarrillo electrónico, hoy por hoy, y a falta de datos sobre su seguridad y evidencia científica está planteado como una alternativa al tabaco, y por tanto debería ser tratado de la misma manera que él en cuanto a su consumo, distribución y promoción, ya que, además, puede fomentar el hábito de fumar entre las personas más jóvenes».

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