«La farmacia española es más profesional como centro sanitario ahora que hace 25 años»

«La farmacia española es más profesional como centro sanitario ahora que hace 25 años»
«La farmacia española es más profesional como centro sanitario ahora que hace 25 años»

María José Faus Dáder pronunciará la conferencia inaugural del IX Congreso Nacional de Atención Farmacéutica. El Comité Científico le ha pedido que hable sobre el desarrollo de la atención farmacéutica en España desde su experiencia personal y ella asegura que le gusta el reto, «pues significa un esfuerzo por recordar todo este largo camino y a todas las personas que han sido protagonistas de éste. Son 25 años de historia de la farmacia asistencial, con sus luces y sus sombras, con sus momentos de éxito y sus fracasos». Confía en ser capaz «de contar una historia que interese a los asistentes» y avanza que la principal idea que quiere transmitir «es la de que todo es posible, de que siempre hay un camino para conseguir un sueño».

– Desde que en 1990 Hepler y Strand publicaron su famoso artículo «Opportunities and responsibilities in pharmaceutical care» han ocurrido muchas cosas en la farmacia española. El resumen de todas estas «cosas» ¿es positivo?
– Sí, por supuesto que es positivo. La farmacia española es más profesional como centro sanitario ahora que hace 25 años. La mayoría de los farmacéuticos de hoy, tanto a nivel hospitalario como comunitario, son más conscientes de su valor como profesionales clave en los equipos de salud, y esto es muy positivo desde la perspectiva de los pacientes.

– 25 años después de aquel artículo, ¿cuáles son los principales retos pendientes de la atención farmacéutica en España en 2015?
– El principal reto es la implantación de los servicios farmacéuticos incluidos en el término de atención farmacéutica, especialmente el del seguimiento farmacoterapéutico, por ser el más especializado y el que más beneficia al estado de salud de los pacientes. Ya tenemos desarrollados los conceptos y los procesos necesarios para entender y realizar estos servicios. Ya hemos demostrado que consiguen resultados positivos en salud y que son eficientes desde el punto de vista económico. Ahora hay que conseguir su implantación y sobre todo su sostenibilidad.

– En estos años, además, las circunstancias sociales/sanitarias en España han cambiado: crisis, incremento de la cronicidad, envejecimiento, pluripatología, polimedicación... ¿La atención farmacéutica ha sabido adaptarse a estas circunstancias? ¿Es muy distinta de la que se practicaba a finales del siglo XX?
– Si entendemos por atención farmacéutica al conjunto de servicios farmacéuticos orientados a conseguir resultados positivos en la salud de los pacientes, algunos de ellos, como la dispensación y la indicación farmacéutica, ya se realizaban de forma bastante profesional y efectiva en esos años, porque eran servicios que se venían haciendo y que sólo tenían que mejorar. El seguimiento farmacoterapéutico es un servicio nuevo, que ha necesitado de una investigación y de un desarrollo muy importantes. En este campo nos hemos beneficiado de las experiencias internacionales, pero me gustaría resaltar que nuestro país ha tenido un papel protagonista crucial. Y no hay duda del hecho de que en España cada vez hay más personas mayores, que lógicamente presentan enfermedades crónicas (hoy hasta el cáncer se está convirtiendo en una enfermedad crónica gracias a la utilización de medicamentos), que la mayoría de estos pacientes son pluripatológicos y por tanto polimedicados. Que además estamos inmersos en una crisis económica interminable, que nos obliga a obtener el máximo beneficio de los recursos sanitarios, tanto humanos como tecnológicos, y no olvidemos que los medicamentos son la tecnología sanitaria más utilizada. Por todo ello, no hay duda de que la atención farmacéutica puede ayudar mucho a los pacientes.

– ¿Cuál es en la actualidad el grado de implantación de la atención farmacéutica en las farmacias españolas?
– Pues depende del servicio y de la forma de realizarlo más o menos profesional. La dispensación y la indicación farmacéutica se hacen en todas las farmacias, pero podíamos preguntarnos si en todas se personalizan a las necesidades reales del paciente en materia de salud. Sin embargo, esto es algo que ocurre en cualquier servicio sanitario, y lo natural es que los pacientes seleccionen su farmacia y a su farmacéutico en función de su calidad profesional. En el caso de otros servicios farmacéuticos, la implantación es pequeña y a veces casi testimonial. Pienso que los farmacéuticos necesitan ayuda y estímulos para aumentar su implantación.

– El Congreso dedica dos mesas redondas a los grandes proyectos de investigación sobre atención farmacéutica. ¿Los resultados son positivos para la atención farmacéutica? ¿Son necesarios más proyectos?
– La investigación en servicios sanitarios siempre es necesaria, porque los conocimientos y necesidades en salud crecen y evolucionan de forma constante. Los resultados que se están obteniendo en este campo, cuando los estudios son rigurosos desde el punto de vista metodológico, son muy relevantes y positivos. En el Congreso se van a presentar los más interesantes.

– En varias ocasiones la OMC se ha mostrado contraria a la atención farmacéutica (la más reciente en un informe de 2014), acusando a los farmacéuticos de intrusismo, de fomentar la confusión en el paciente… ¿Cómo se puede cambiar esta percepción? ¿Cree que trabajos como los que se presentan en el Congreso pueden ayudar?
– Bueno, este posicionamiento de la OMC indica simplemente un desconocimiento de lo que son y persiguen los servicios farmacéuticos centrados en el paciente. Y también un posicionamiento corporativo, sin tener en cuenta la opinión de los médicos de a pie que tienen la suerte de compartir lugar con farmacéuticos, dentro de los equipos de salud. No hay que olvidar que el protagonista de un equipo de salud es el paciente, que cuenta con un médico para cuidar esa salud y que este trabajo crucial del médico se apoya en la colaboración con toda una serie de especialistas, entre los que se incluye el farmacéutico como el especialista en medicamentos. Nuestros resultados en la colaboración médico-farmacéutico son muy positivos, incluso espectaculares, y espero que ayuden a superar esa percepción errónea.

– Entre sus críticas la OMC incluía la falta de formación clínica de los farmacéuticos. ¿Coincide, al menos, en este punto? ¿Sigue faltando formación?
– Vuelvo a resaltar que el farmacéutico es el especialista en el medicamento. Que la responsabilidad de diagnóstico y seguimiento de las enfermedades corresponde por supuesto al médico, pero que el farmacéutico puede colaborar en el seguimiento del tratamiento con medicamentos de un paciente concreto, para asegurar que dicho tratamiento proporcione el máximo beneficio. Y para ello, estoy segura de que la formación básica del farmacéutico es la adecuada. La formación universitaria del farmacéutico tiene como núcleo central su especialidad en medicamentos, desde el punto de vista químico, farmacológico y tecnológico. Pero además se forma en bioquímica (todas las enfermedades tienen una base bioquímica y por tanto también la tienen sus tratamientos), anatomía, fisiología, fisiopatología, microbiología, parasitología, inmunología, nutrición, análisis biológicos, etc., que permiten al farmacéutico estar en condiciones para trabajar con pacientes.

– Se ha hablado mucho de la falta de evidencia… ¿Cuáles son los principales puntos débiles de la atención farmacéutica?
– También en este tema se habla sin saber. Las publicaciones en este campo a nivel internacional son numerosísimas en los últimos años, y cada vez de mayor calidad. Como ejemplo, nuestro Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada está en las primeras posiciones en producción científica dentro de nuestra institución. Desde el año 1993, en que se defendió nuestra primera tesis en esta rama de la ciencia sanitaria y hasta ahora, son 97 las tesis realizadas, muchas de ellas con mención internacional. En los últimos tres años hemos publicado 60 trabajos en revistas con índice de impacto. Y existen en el mundo científico otros grupos de similares características. Cuando me llegan estas afirmaciones inexactas, pienso si no estaremos fallando en la divulgación de todos estos datos.

– En 2013 Paco Martínez escribió un artículo titulado «La deuda de los farmacéuticos comunitarios con “la Faus”» que finalizaba con esta frase: «TODO se lo debemos a “la Faus”, que fue quien impulsó el acceso de los farmacéuticos comunitarios al mundo de la investigación en farmacia práctica». No le preguntaré si está de acuerdo o no, pero ¿es consciente de haber sido una pieza clave en lo que es la farmacia española hoy en día?
– En primer lugar, decir que me encanta el sobrenombre de «la Faus». En la Facultad de Granada todo el mundo me llama así y es como yo me suelo presentar. Creo que en general he sido una persona con suerte, y un hecho importante ha sido tener unos apellidos tan cortos, tan raros y tan bonitos. Me han permitido tener visibilidad. Bueno, en serio, esas afirmaciones del Dr. Martínez Romero son exageradas y a mí me sobrepasan. Yo no soy una pieza clave en la farmacia española, soy una pieza más, que ha tenido la enorme suerte de contar con unos compañeros de viaje excepcionales, entre los que se encuentran los doctores Fernando Martínez, Paco Martínez, Fernando Llimós, Manolo Machuca, Laura Tuneu, Miguel Ángel Gastelurrutia, Isabel Baena, Miguel Ángel Calleja, Charlie Benrimoj, Daniel Sabater, Emilio García, Pilar G. Delgado, Amparo Torres, Paloma Fajardo, Narjis Fikri, Victoria G Cárdenas y tantos otros que me han acompañado a lo largo de estos 25 años. Estoy orgullosa de haber sido un imán para atraer a tanta gente especial.

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