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«Uno de los brazos de la seguridad del paciente es, sin duda, la optimización de los resultados farmacoterapéuticos»

Una de cada tres admisiones en urgencias de los servicios hospitalarios de España está relacionada con el uso de medicamentos; con una correcta información y una adecuada planificación podrían haberse evitado hasta el 60% de estos acontecimientos adversos. Este es solo uno de los muchos argumentos clínicos y sociosanitarios que justifican la necesidad de fomentar y optimizar la formación de los farmacéuticos y de otros profesionales sanitarios que, de una u otra forma, participan en el proceso de decisión, administración y seguimiento de las terapias farmacológicas. Para cubrir esta necesidad, surgió el «Curso on-line de Farmacología para Profesionales Sanitarios», que ahora alcanza su quinta edición y que coordina el farmacéutico Francisco Martínez-Granados, con el que conversamos.   

¿Cuáles son los principales objetivos que se plantea alcanzar con este curso?

El sistema sanitario necesita optimizar los recursos farmacoterapéuticos en los que invierte. El objetivo de este curso es proporcionar un punto de partida a aquellos profesionales sanitarios que quieren com prometerse con la optimización de los resultados farmacoterapéuticos, y orientar su práctica asistencial a la evaluación de la indicación, efectividad clínica y seguridad que el tratamiento farmacológico tiene sobre la salud de los pacientes.

La seguridad del paciente es uno de los principales aspectos que se abordan en este curso, ¿hasta qué punto se trata de un concepto importante a nivel clínico, sociosanitario y económico?

La seguridad del paciente representa sobre todo un cambio de paradigma del proceso asistencial, hacia una concepción sistémica de los procesos y estructuras sanitarias, algo así como pasar a una estructura «en red». En este sentido, los agentes sanitarios implicados en el proceso farmacoterapéutico tenemos la obligación de responder a este cambio de paradigma aumentando nuestra capacidad de identificar oportunidades de optimización de los tratamientos farmacológicos y de orientar nuestro servicio asistencial a su prevención y resolución. Uno de los brazos de la seguridad del paciente es, sin duda, la optimización de los resultados farmacoterapéuticos.

¿Cómo casa este concepto en un contexto actual de recortes sanitarios y crisis económica?

Casan perfectamente. Se trata de cambiar el concepto de «gasto sanitario» por el de «inversión sanitaria», que es aquella que reporta al sistema un beneficio clínico que se acaba traduciendo en un ahorro para el sistema en términos económicos. Sin embargo, para pasar del paradigma del gasto al paradigma de la inversión en resultados farmacoterapéuticos, hace falta fortalecer al sistema sanitario, y uno de los elementos que deben potenciarse es el de la formación y preparación de los agentes sanitarios que estamos implicados en el proceso farmacoterapéutico, de manera que seamos garantes de que esos recursos no sean un gasto, sino una inversión, y que el paciente saque el máximo partido de la tecnología sanitaria que se le ofrece.

» Los medicamentos son tecnología sanitaria, y de su uso depende el resultado en salud que generan, es decir, comprar medicamentos y prescribirlos no garantiza la consecución del objetivo terapéutico; para ello hace falta, además, optimizar la forma en que estos medicamentos se emplean por parte de todos los agentes implicados en el proceso asistencial, incluido el centro de todo, que es el propio paciente. Por tanto, si una crisis implica un cambio, el cambio hacia la optimización de recursos sanitarios es algo lógico que, pienso, está en la dirección adecuada.

¿Se han introducido novedades en el curso respecto a ediciones anteriores?

No, por el momento no se ha introducido ninguna novedad, aunque no se descarta que se hagan en el futuro.

¿A quién va dirigido fundamentalmente?

Va dirigido a todo aquel profesional sanitario o departamento que decida incorporar en su cartera de servicios la optimización de resultados farmacoterapéuticos.

¿Por qué lo considera un curso necesario para estos profesionales?

En el proceso de optimización de resultados farmacoterapéuticos, en su fase de identificación de oportunidades, hay preguntas básicas que hay que hacerse, independientemente de la metodología de trabajo que cada uno tenga. La estructura de este curso trata de sincronizarse con el silogismo intrínseco a este proceso: ¿el tratamiento es efectivo?, ¿el tratamiento es seguro?... Para contestar a estas preguntas se necesita, en ocasiones, la observación de ciertos parámetros clínicos y/o biológicos. El curso trata de detallar qué parámetros clínicos y biológicos concretos debemos observar para garantizar un balance beneficio-riesgo favorable. La apuesta de este curso es conseguir una reformulación operativa del conocimiento farmacoterapéutico diseñado para optimizar los resultados farmacoterapéuticos.

¿Qué destacaría de los temas que se incluyen en el temario? ¿Por qué se han elegido esos?

En las primeras ediciones se trataba de cubrir un amplio abanico de la farmacoterapia actual, y esto es lo que ha conformado la estructura del curso: definir los parámetros clínicos y biológicos para la mayoría del arsenal farmacoterapéutico del que disponemos.

En general, ¿cómo valoran los alumnos este tipo de iniciativa?

No lo sé con certeza. Lo que sí puedo decir es que los autores de los módulos han dedicado un gran esfuerzo en la elaboración de este curso, trabajo que he podido constatar como director. El gran mérito de esta iniciativa de formación es de los autores, que han sabido poner su excelencia y experiencia en este ejercicio de reestructuración del conocimiento farmacoterapéutico que desde Ediciones Mayo se les exigió, y esto no es fácil: han tenido que hacer un trabajo excepcional.

¿Qué aporta a los profesionales de farmacia hospitalaria un curso de estas características? ¿Y el formato on-line?

La farmacia hospitalaria es una rama asistencial que lleva mucho tiempo desarrollando esta línea de trabajo a la que me estoy refiriendo y, por tanto, hay una experiencia acumulada por muchos servicios de Farmacia muy rica. No obstante, ver recopilado todo este conocimiento en una estructura tan operativa y con el objetivo explícito de optimizar resultados clínicos y biológicos es algo que puede ser de mucha utilidad, sobre todo para residentes; será, sin duda, un apoyo a la experiencia que van a vivir en sus servicios de Farmacia a lo largo de los cuatro años que dura la formación FIR, y un complemento a los recursos que pongan a su disposición.

»En cuanto al formato on-line, creo que es ideal, ya que fomenta la organización idiosincrásica del estudio, y esto es un proceso que, entiendo, debe durar toda la vida profesional.

¿Considera que existe un déficit de formación en este ámbito?

Considero que lo subyacente a la optimización farmacoterapéutica es un elemento cultural y que, por tanto, lleva tiempo su asentamiento y la consecución de la excelencia. Creo que estamos inmersos en un cambio de paradigma y que, por lo tanto, cualquier tentativa de reinvención del conocimiento farmacoterapéutico y de su reestructuración hacia la operatividad es positiva y tiene cabida, no tanto por cubrir un déficit, sino por la necesidad de reinventarse.

Personalmente, ¿cómo valora esta iniciativa de Ediciones Mayo y el formato del Aula Mayo?

Creo que la Editorial ha hecho una apuesta contundente, y he podido constatar en varias ocasiones que su principal objetivo es garantizar la calidad del curso ante todo. En momentos de crisis, es fundamental que cada uno dé lo mejor de sí mismo desde el lugar que ocupa, y creo que Ediciones Mayo está con su energía puesta en la innovación y el valor añadido.

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